us troops syria
© AP Photo/ Hammurabi's Justice News
Cuando el gobierno de Estados Unidos, o el Estado Profundo, decidió por primera vez que el "cambio de régimen" era necesario en Siria (alrededor del 2006) (ante todo como una forma de frenar a Irán), optó (junto con sus aliados del Golfo e Israel) por utilizar una fuerza subsidiaria de decenas de miles de mercenarios yihadistas junto con facciones kurdas, que combatieran con armas y entrenamiento provistos por EEUU. El objetivo era destruir al Ejército Sirio, derrocar al gobierno de Assad que fue elegido democráticamente, e instalar una administración vasalla. La forma de cubrir esta conquista imperial fue iniciando una "revolución del color" en 2011 que tuvo poco apoyo del pueblo sirio (a pesar de la propaganda mediática occidental) y luego comenzó su guerra subsidiaria.

Para el verano de 2015, el proyecto estaba a punto de alcanzar sus objetivos. El ejército árabe sirio estaba muy presionado y al borde de la derrota. Pero a finales de septiembre de 2015, los militares rusos intervinieron en el conflicto y, en los últimos dos años, derrotaron a las fuerzas subsidiarias respaldadas por Occidente e invirtieron decisivamente la situación a favor del ejército árabe sirio, asegurando en el poder al gobierno de Assad. Uno habría pensado que, habiendo frustrado sus planes en Siria, EEUU se retiraría con gracia, pero estamos hablando aquí de la "nación excepcional", que no conoce ni reconoce la derrota.

Sin embargo, la realidad del involucramiento ruso en Siria impactó sobre el complot del cambio de régimen del imperio, y éste se vio obligado a recurrir a un "plan B" que implicaba usar lo que quedaba de las fuerzas subsidiarias para anexar lo más posible del noreste de Siria, con la intención de reconocerlo en última instancia como un "estado independiente", posiblemente de nombre kurdo, o quizás una combinación entre los kurdos y otros grupos "rebeldes" y tribales.

A principios de este mes, en un informe de Sputnik News, un alto funcionario occidental anónimo declaró que Washington está planificando "medidas concretas" para proporcionar reconocimiento diplomático a una zona controlada por las Fuerzas Democráticas Sirias, en la zona oriental del Éufrates del norte de Siria (que es tres veces más grande que el Líbano). En los últimos días, estos informes han sido confirmados por el coronel Thomas Veale, oficial de asuntos públicos de la coalición liderada por Estados Unidos "que está combatiendo contra Daesh", quien dijo en una entrevista con The Defense Post que la coalición, apoyada por la Fuerza de Defensa Siria dirigida por los kurdos (SDF, por sus siglas en inglés), estaba trabajando para establecer una fuerza de 30.000 efectivos para mantener la seguridad a lo largo de las fronteras sirias.

El uso del término "fronteras de Siria" aquí no significa las fronteras reales de Siria (con Irak, Turquía, Jordania, el Líbano o Israel) sino más bien las nuevas fronteras de un nuevo enclave dentro de Siria que el ejército estadounidense planea imponer.
Syrian US border force
Hace unos días, el subsecretario de estado interino David Satterfield fue interrogado por el congreso estadounidense sobre las intenciones militares y políticas de Estados Unidos en Siria. Cuando se le preguntó por qué se quedarían más de 2.000 soldados estadounidenses (y muchos "asesores" adicionales) en Siria, sin mandato legal ni invitación, Satterfield dijo que Estados Unidos:
"... no saldría de Siria, no declararía la victoria y se marcharía... nos vamos a quedar por varias razones; para la estabilización y asistencia en las zonas vitales del norte y noreste; y la protección de nuestros aliados, las Fuerzas Democráticas Sirias [mercenarios yihadistas] que han luchado tan valientemente contra el Estado Islámico [y a veces con ellos] en el noreste. Tratamos de trabajar para transformar las estructuras políticas en esa zona en un modelo para el resto de Siria y que sean capaces de ser representados creíblemente en un nuevo estado sirio, pero por otras razones también, incluyendo la de contrarrestar a Irán y su capacidad de incrementar su presencia en Siria".
Mientras que Satterfield afirmó que el objetivo era tener un territorio en el noreste de Siria que fuera "creíblemente representado en un nuevo estado sirio", nadie debería hacerse la ilusión de que si Estados Unidos no logra controlar toda Siria (sin Assad, por supuesto), entonces reconocería unilateralmente al noreste de Siria como totalmente independiente. ¡Ya vemos qué tan cierta era la promesa de campaña de Trump de terminar con la "construcción de las naciones"!

Debemos reconocerle a varios miembros del Congreso que cuestionaran la estrategia. El senador Ben Cardin, D-Md., el principal demócrata del comité, expresó su preocupación de que el gobierno de Trump no tenga la autorización legal necesaria del Congreso para mantener a las tropas estadounidenses en Siria después de la derrota del EI. Cardin le dijo a Satterfield: "Es difícil entender su respuesta, incluso bajo las perspectivas más amplias [de la autorización de guerra existente] que cubren algo parecido a lo que usted está diciendo." Lo cual es, por supuesto, muy cierto. La presencia de Estados Unidos en Siria no sólo es una flagrante violación del derecho internacional, sino que también viola la legislación estadounidense formulada en la Resolución de las Potencias de Guerra y la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar contra los Terroristas (ahora que el EI no representa una amenaza creíble para Estados Unidos).

Es más problemático un punto planteado por el ex embajador de Estados Unidos en Siria bajo Obama, Robert Ford, quien dijo que la presencia y la influencia militar iraní se concentra en el sur de Siria, cerca de las fronteras israelíes y jordanas, en lugar del noreste de Siria, donde la mayoría de las tropas estadounidenses están estacionadas. "No tengo claro que este despliegue de tropas cumpliría el objetivo estratégico de limitar la influencia iraní en Siria de una manera significativa", dijo Ford a Al-Monitor. Ford cree que el objetivo final del gobierno de Trump probablemente se dirija más a obligar al régimen de Assad a hacer concesiones en un eventual acuerdo político que a confrontar a Irán realmente.

El otro pequeño problema con la creación de un Kurdistán independiente en el noreste de Siria es Turquía. Como la gente debería saber, Turquía ha estado involucrada en un conflicto con su población kurda durante más de 30 años. Lo último que el gobierno turco quiere ver es cualquier cosa parecida a un estado kurdo en su frontera sur en Siria que, según cree, envalentonaría a los separatistas kurdos en Turquía. El presidente turco Erdogan dijo que "Turquía sofocará a este ejército terrorista antes de que nazca". En la práctica, esto significa que los militares turcos intervendrán en el norte de Siria para impedir que esta fuerza consolide una única región autónoma, incluyendo Afrin, a lo largo de la frontera turca.

Greater Kurdistan
Kurdistán sirio e iraquí, con Afrin a la izquierda.
Mientras tanto, los rusos tienen previsto continuar el proceso de paz de Astana a finales de este mes, reuniendo a todas las partes legítimas interesadas para llegar a una solución pacífica del conflicto sirio. Desde la perspectiva rusa y siria (y ahora turca), esa solución no incluye a Estados Unidos, que sólo estuvo en el país para "derrotar al EI". Ahora que Rusia ha derrotado al EI, Estados Unidos debería, naturalmente, irse a casa. Sin embargo, también "naturalmente", Estados Unidos parece decidido no sólo a quedarse, sino a oponerse a la presencia rusa remanente, como vimos con el reciente ataque de un enjambre de drones por parte del "EI" en sus bases aéreas y navales en la costa siria, un incidente del cual los rusos acusaron implícitamente a los estadounidenses de llevar a cabo.

trump syria tweet 2013
Donald J. Trump: UNA VEZ MÁS, PARA NUESTRO ESTÚPIDO LÍDER, NO ATAQUES A SIRIA. ¡S LO HACES VAN A PASAR MUCHAS COSAS MUY MALAS Y EEUU NO OBTENDRÁ NADA DE ESE PELEA! - 5 Septiembre 2013
Existen varias teorías sobre cuál interés geoestratégico espera Estados Unidos satisfacer al forzar la creación de un nuevo estado en territorio sirio. ¿Realmente se trata de reducir la creciente influencia iraní en la región? ¿Es eso siquiera posible? ¿Se trata de oleoductos y gasoductos? ¿Es para proteger la supuesta "única democracia en Oriente Medio" (Israel)? Todas éstas (y otras) son hipótesis razonables, pero cuando se trata del imperialismo estadounidense, ganar y conservar "bienes raíces" en todo el mundo siempre ha sido un fin en sí mismo. No hay inconvenientes para los constructores de imperios en expandir una marca imperial. Es su razón de ser, está en su sangre; al menos hasta que se expanden demasiado y todo el edificio se derrumba.

Incluso aceptando la realpolitik de los "grandes juegos" que han jugado los imperios desde siempre, y sin querer ser demasiado aprensivos o, por Dios, "justicieros sociales", todavía hay algo muy desagradable e inoportuno en el imperialismo norteamericano que asume una misión casi divinamente asignada de civilizar y vigilar el mundo. Sería una cosa si Estados Unidos, como el imperio global más nuevo, mantuviera realmente tales promesas y aumentara la estabilidad y prosperidad globales. Sin embargo, es evidente que esto no es el resultado de la intervención estadounidense en otras naciones durante los últimos 70 años. Algunos podrían argumentar que la conquista imperial, por definición, implica desestabilización y destrucción de la nación objetivo, pero el involuctamiento ruso en Siria y Ucrania, y las "conquistas" económicas chinas en todas partes, han demostrado, hasta ahora, que esto no tiene por qué ser cierto. Es posible un escenario en el que tanto los invasores como los invadidos ganen. O, como le gusta decir a la izquierda estadounidense: "Otro mundo es posible".

Sólo tienes que evitar ser un codicioso, imprudente, hipócrita e insincero imbécil.

tear drop memorial
"A la Lucha Contra el Terrorismo Global", también conocido como el "Monumento de la Lágrima", una escultura de altura de 10 pisos de Zurab Tsereteli. Fue entregada a Estados Unidos como regalo oficial del gobierno ruso como un monumento a las víctimas de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y del atentado con bombas del World Trade Center en 1993. Se encuentra al final de la antigua terminal marítima militar en Bayonne, Nueva Jersey.