La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cancelar su reunión con el líder norcoreano Kim Jong-un, anunciada el 24 de mayo, sembró dudas acerca de las verdaderas intenciones de la Casa Blanca. El experto ruso Konstantín Asmólov explicó en una entrevista con Sputnik qué se esconde detrás del juego de la Casa Blanca.
kim jun
Las dudas acerca de la necesidad del viaje de Trump a la cumbre con Kim Jong-un existían desde el principio. El nivel de demonización de Kim como el líder de un 'país malvado' es tan alto que cualquier encuentro con él se percibe como un error grande, expuso el experto.

"Sí se puede organizar una cumbre entre Trump y Kim, pero si no llegan a ningún acuerdo, entonces ¿qué sentido tiene todo esto?", se preguntó Asmólov.

Resultó que la información según la cual las sanciones presionaron a los norcoreanos hasta tal punto de que estaban listos para rendirse no tuvo nada que ver con la realidad, profundizó.

"Cuando Washington pensó que todo iba sobre ruedas, empezó a hurgar incluso más en la herida presentando cada vez más exigencias. Pensaron que los norcoreanos se rajaron, por lo cual, se los podía aplastar a tope", dijo Asmólov.

Los norcoreanos dijeron que están listos para celebrar la cumbre en cualquier momento, pero propusieron "hablar y no medir quién tiene el botón rojo más grande", interpretó el entrevistado.


EEUU sabe poco de diplomacia real y casi siempre le apuesta a la fuerza bruta y tácticas de miedo.


Además, Pyongyang afirma estar a favor de la desnuclearización, pero aboga por la idea de que es un proceso largo y paulatino, apuntó.

"Los norcoreanos dicen: "si nosotros damos un paso, ustedes también deben darlo. Ya hicimos gestos de buena voluntad, pues ¿dónde están los suyos?", reflexionó Asmólov.

Trump quería evitar que la cumbre se celebrara bajo el lema de que él le había plantado a Kim por lo cual quería Corea del Norte cancelara el evento por iniciativa propia. Sin embargo, más tarde se hizo claro que no habría ninguna capitulación por parte de Pyongyang.

Según recordó, entonces Pyongyang proclamó que si Washington siguiera recurriendo a la estrategia de presión unilateral, la cumbre podría ser cancelada.

"En aquella situación quedó claro que en caso los norcoreanos hubieran sido los primeros en cancelar la cumbre, esto habría sido una humillación enorme para Trump. Por eso el presidente estadounidense encontró una justificación para ser el primero en cancelar la reunión", subrayó el entrevistado.

Si bien la cancelación es un hecho bastante triste, no hay que esperar una escalada en un instante, aseveró el analista.

"Esto es solo posible si continúa el lenguaje acalorado y si se introducen nuevas sanciones contra Pyongyang. Una de las posibles opciones es el traslado del foco de las tensiones hacia Irán", enfatizó.

Asmólov tachó de insinuaciones los informes acerca de que Kim tenía miedo de viajar lejos de su país, en particular, a Singapur para reunirse con el líder de Estados Unidos. Subrayó que el dirigente norcoreano ya había viajado a China para reunirse con el presidente chino Xi Jinping.

El experto también trató el tema del 'escenario libio' para Corea del Norte.

Las recientes menciones del 'escenario libio' fueron percibidas en Corea del Norte de manera negativa. Asmólov precisó que al mencionar dicha opción Trump no quería decir que iba a invadir el norte para matar a Kim Jong-un.

No obstante, esto fue percibido como una amenaza en Pyongyang. A Washington le faltó el entendimiento de la naturaleza específica de Corea del Norte, precisó.

"Si Kim fuera otra persona, se podría sobornarlo con dinero y garantías de seguridad. Pero el líder norcoreano no es así", explicó.

El pasado 24 de mayo Trump envió una carta al líder norcoreano, Kim Jong-un, anunciando su decisión de cancelar la reunión bilateral, prevista inicialmente para el 12 de junio, debido a la "hostilidad" de Pyongyang.

Fue precisamente el 24 de mayo cuando Corea del Norte desmanteló su polígono de pruebas nucleares en Punggye-ri.

No obstante, Kim Jong-un expresó su disposición a sentarse a la mesa de negociaciones con el mandatario de EEUU "en cualquier fecha y formato".

Trump calificó de "muy buenas noticias" la reacción de Pyongyang, e incluso más tarde declaró que la cancelada cumbre con Kim podría llevarse a cabo el 12 de junio en Singapur, tal y como estaba previsto