Rusia redujo en mayo la compra de obligaciones del Tesoro de Estados Unidos a casi la mitad. El país se deshace así de aproximadamente el 50% de sus reservas internacionales en dólares y demuestra que la deuda de EEUU ya no es atractiva. ¿Por qué el Banco Central de Rusia ha tomado esta decisión? ¿Puede acabar haciendo China lo mismo?
george washington dollar
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Los nuevos datos los publicó el propio Departamento del Tesoro estadounidense. El Banco de Rusia vendió, concretamente, 47.500 millones de dólares, de modo que a primero de mayo las reservas internacionales del país contaban solo con 48.700 millones de billetes verdes; el 10% del total de divisas extranjeras con las que cuenta el Banco Central

De un día para otro, Moscú pasó de estar en el puesto 16 de Estados con mayor compra de deuda estadounidense a estar en el 22 y, a pesar de que Rusia nunca destacó en la lista, a ese 10% de dólares se le puede considerar una miseria, señala Natalia Dembrínskaya, columnista de Sputnik.

Una decisión estratégica

Los especialistas señalan que la venta masiva de dólares por parte de Rusia responde a la presión de las sanciones estadounidenses que pesan desde abril. Que los Estados compren deuda estadounidense siempre le salió rentable a Washington, ya que ello implica que un país está invirtiendo en otro y lo financia.
"El Banco Central lo deja bastante claro: Moscú no está dispuesto a financiar el presupuesto de un país que practica abiertamente una política hostil", añade Dembrínskaya.
La medida no solo resulta lógica desde el punto de vista político, sino también desde el económico. El gigante ruso del acero, Rusal, también cayó en las fauces de las sanciones con el aumento del 25% a los aranceles al acero ruso que se exporta a EEUU.

Por lo tanto, "que Rusia vendiese las obligaciones del Tesoro de EEUU en abril estuvo relacionado, sobre todo, con la adopción de sanciones" contra ella y contra una jugosa lista de sus compañías, advierte Mark Goighman, analista de la firma Teletrade al periódico ruso Vzglyad.

De hecho, es un movimiento que no solo responde a las sanciones que ya están sobre la mesa, sino a las que pueden estar por venir. Sobre todo si la situación se complica, en cuyo caso EEUU podría, incluso, congelar activos rusos, añade Andréi Vernikov, subdirector del bróker Zerich Capital Management.

No solo sanciones

Sin embargo, las sanciones podrían estar lejos de ser la única razón por la que Rusia se ha visto obligada a deshacerse de sus dólares, subraya Román Blinov, director del departamento de análisis del Centro Internacional de Finanzas de Moscú.

"Las sanciones son solo la mitad del problema. Existen otros factores como el aumento de los tipos o tasas de interés, lo que también influye en la rentabilidad de los títulos del Tesoro estadounidense", añade Blinov.

A fin de cuentas, que Rusia se deshaga de dinero estadounidense implica que el país es ahora menos dependiente de Estados Unidos. Lentamente, Rusia sigue mirando hacia el oro, activo que comprende el 18% de las reservas del país.
"Que el país esté acumulando oro significa que se está defendiendo de los riesgos monetarios. Es un seguro contra las sanciones y, evidentemente, da la oportunidad de ahorrar", explica Dembrínskaya.
Todos los analistas coinciden en algo: en que la venta de las obligaciones del Tesoro estadounidense por parte de Rusia no tiene precedentes. Nunca había vendido tantos bonos. Ni siquiera en todo un año.

A finales de abril, la rentabilidad de las obligaciones del Tesoro estadounidense a diez años alcanzó el 3%, lo que hizo que los valores se desplomasen. Para los economistas, el escenario -que no se veía desde 2008- no augura nada bueno a la economía estadounidense porque todo el mundo pensará en subir las tasas. "Es un escenario que alimenta los temores de un futuro colapso", señala el prestigioso inversor Jeffrey Gundlach.

China, la siguiente

Los analistas avisan que, si Washington sigue adelante con su guerra comercial contra China, Pekín podría acabar adoptando la misma decisión de Rusia en lo que respecta a la venta de bonos del Tesoro. El escenario será entonces incluso más desolador. Sobre todo porque el país asiático, a pesar de sus desavenencias con Washington, es el mejor y mayor comprador de deuda estadounidense del mundo.

Ya en 2017 se deshizo de una cantidad de valores que, aunque desdeñable, fue superior a la de años anteriores. Si China sigue 'de rebajas', el movimiento le puede salir caro a la economía estadounidense. Otros países podrían entonces predicar con el ejemplo chino y generar otro golpe contra la superioridad de Estados Unidos en el sistema económico internacional.