Conforme los avances de las tropas leales al presidente sirio, Bashar al-Ásad, van arrollando a los rebeldes en la provincia de Daraa, los terroristas rebeldes se concentran en las zonas aledañas a los altos del Golán y solicitan ayuda a Israel.
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El desplome definitivo de los terroristas en el sur de Siria es cuestión de días. El Ejército sirio ya ha liberado de presencia rebelde la frontera con Jordania y reabierto todos los pasos con el país vecino.

Únicamente en algunos barrios de la ciudad de Daraa y la frontera con Israel quedan aún fuera del control de Damasco. Mientras negocian un acuerdo para su rendición, los insurgentes han pedido formalmente a Israel que entre en territorio sirio.

Además de los rebeldes, gracias al paraguas aéreo proporcionado por la aviación judía, junto a las zonas controladas por Israel quedan focos de resistencia del Estado Islámico. Se especula con que, conforme los combates se aproximen a su frontera, el régimen israelí invada parte del territorio sirio
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