Las autoridades estatales y federales estadounidenses no tienen ni idea de dónde se encuentran esos materiales, critica una organización de periodismo de investigación.
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© Christian Ohde / www.globallookpress.com
Las autoridades estadounidenses han mantenido en silencio por más de un año el robo de una cantidad desconocida de material nuclear radioactivo, que fue sustraído a expertos en seguridad del Departamento de Energía, denuncia un informe publicado este lunes por la organización periodística de investigación The Center for Public Integrity (CPI).

En marzo de 2017, dos expertos en seguridad del Laboratorio Nacional de Idaho del Departamento de Energía se trasladaron a San Antonio (Texas) para recoger "materiales nucleares peligrosos" de un centro de investigación. En el camino de regreso, los especialistas se hospedaron en un hotel localizado en un "vecindario de alta criminalidad" y dejaron el material radioactivo en el asiento trasero del vehículo en el que desplazaban.

A la mañana siguiente, los expertos en seguridad se encontraron con la ventana rota del coche y las valijas que contenían el material habían desaparecido. Entre los elementos sustraídos se encontraban un disco de plutonio - "un material que puede usarse para alimentar armas nucleares"- y otro de cesio -"un isótopo altamente radioactivo que podría usarse en una bomba sucia".

Más de un año después, las autoridades estatales y federales no tienen ni idea de dónde se encuentran esos materiales, señala la CPI. Desde que ocurrió aquel robo ni la Policía ni el FBI han hecho ningún anuncio público, mientras que los funcionarios del Departamento de Energía han declinado precisar la cantidad exacta de plutonio y cesio que fue sustraída. Pero una portavoz del Laboratorio Nacional de Idaho dijo a la CPI que el plutonio robado no bastaba para fabricar una bomba nuclear.