La decisión de Kosovo de crear su propio Ejército decepcionó a varios países, menos a EEUU. Los analistas ven la iniciativa como un intento de Pristina de vengarse de Serbia y la UE y, al mismo tiempo, manifestar su soberanía.
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© AP Photo / Visar KryeziuLas Fuerzas de Seguridad de Kosovo.
A su vez, Belgrado criticó la decisión de Pristina y afirmó que "es un golpe muy serio y muy peligroso a la estabilidad y la seguridad no solo de Serbia, sino de toda la región de los Balcanes". La Unión Europea tampoco elogió la iniciativa, mientras que la OTAN indicó que esta fue una decisión "inoportuna".

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, también se mostró alarmado por la decisión kosovar de formar un ejército propio.

El único gran actor del escenario mundial que parece respaldar la idea es EEUU.

Con la presencia en su territorio de la Fuerza de Kosovo (KFOR) liderada por la OTAN y las Fuerzas de Seguridad de Kosovo -paramilitares que cuentan con la participación de unas 8.000 personas-, la creación de un ejército oficial podría parecer una medida excesiva y costosa. No obstante, tiene un claro valor político.

Es decir, la presencia de un Ejército propio contribuye a la 'estadidad' que busca obtener Kosovo.

"El Ejército es uno de los requisitos evidentes de la soberanía y estadidad, las que Kosovo busca tener desde el principio", indicó a RT el historiador Vladímir Putiatin.

El investigador agregó que Kosovo posiblemente desea reforzar su defensa nacional y armar el Ejército recién establecido con armamento de artillería, sistemas de defensa aérea e incluso crear tropas de defensa química y biológica.

Sin embargo, estas perspectivas dependerán plenamente del mayor patrocinador del Ejército kosovar: EEUU, según asegura Pável Kandel, especialista en conflictos étnicos y políticos del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia.

"De todas maneras, Pristina no tiene dinero para respaldar un Ejército. Si EEUU quiere pagar por las armas y por la capacitación de los militares, dentro de 10 años sí que se formará uno. Pero si no lo hacen, solo será un cambio simbólico de nombre. Esta fuerza no es necesaria y tampoco puede participar en las guerras. Está destinada exclusivamente para organizar provocaciones", aseveró.

Elena Guskova, directora del Centro de Análisis de la Crisis Contemporánea de los Balcanes de la Academia de Ciencias de Rusia, hizo referencia a los orígenes del Ejército en cuestión. La experta sugirió que se basará en las Fuerzas de Seguridad de Kosovo, que, por su parte, se formaron a partir de las fuerzas paramilitares nacionalistas de Albania, el Ejército de Liberación de Kosovo, que se encargaban de 'liberar' Kosovo en la década de 1990.

La transformación de los antiguos rebeldes en tropas oficiales puede indicar que las minorías albaneses están dispuestas a luchar por su independencia en otros países de la región. Así, el estatus oficial haría más probable las futuras intervenciones.

"Pueden respaldar a los albaneses en Macedonia, Montenegro, en el sur de Serbia. Esta será una fuerza militar seria, cuyos combatientes servían como milicias a finales de la década de 1990 y tienen experiencia de combate. Las tensiones se van a agravar", advirtió Guskova.

Aunque Belgrado no descartó dar una respuesta militar a la iniciativa de Pristina, los expertos coinciden en que es poco probable que Serbia empiece una guerra. En este contexto, las advertencias por parte del Belgrado son más bien un mero modo de manifestarse en contra de la independencia de Kosovo.

Más que eso, las autoridades serbias últimamente optan por una actitud flexible acerca de la cuestión kosovar y no descartan rotundamente la posibilidad de dialogar, según resalta Kandel. El experto admitió que Belgrado estaría examinando la posibilidad de adherirse a la UE y por lo tanto, evitaría demasiadas tensiones.

Al mismo tiempo, el país reconoce el peligro que corre la minoría serbia en Kosovo. En caso de que Kosovo se convierta en un territorio totalmente albanés, los serbios no tendrán otro remedio que escapar o asimilarse, destaca Guskova.

Mientras tanto, el norte de Kosovo sigue siendo un territorio habitado mayoritariamente por los serbios. Esto le otorga a los militares kosovares una posibilidad de organizar provocaciones allí para exigir concesiones por parte de la UE.

En general, la propia iniciativa de crear un Ejército kosovar puede considerarse como una herramienta para presionar a las autoridades europeas y organizaciones internacionales.

Aunque el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha considerado que la decisión del Parlamento kosovar "se ha tomado en un momento inoportuno", Kandel reiteró que la actitud de la Alianza será determinada por la postura de Washington. Este, por su parte, va a actuar de acuerdo a cómo vayan desarrollándose sus relaciones con la Unión Europea, concluyó el experto.