El presidente estadounidense Donald Trump anunció triunfalmente al mundo la eliminación física ‎del "Califa" del Emirato Islámica (Daesh) [1].‎
Abu Bakr al Baghdadi apareció por última vez en un video difundido en abril de este año.
© AFPAbu Bakr al Baghdadi apareció por última vez en un video difundido en abril de este año.
Según los detalles divulgados desde que el presidente Trump anunció personalmente la noticia -el ‎‎27 de octubre de 2019- al-Baghdadi fue localizado en la gobernación siria de Idlib (noroeste ‎de Siria) gracias a informaciones recogidas por Irak. Con esa información, las fuerzas especiales ‎estadounidenses montaron una operación secreta desde Erbil (capital del gobierno regional del Kurdistán ‎iraquí). Siete u 8 helicópteros cruzaron el territorio sirio, 2 ‎aterrizaron para desembarcar los comandos mientras que los demás les garantizaban una ‎cobertura aérea. El califa huyó por un túnel llevándose como escudos humanos a 3 de sus hijos y, ‎arrinconado por perros de los comandos estadounidenses, accionó un cinturón explosivo que ‎llevaba puesto matando también a sus 3 hijos en la explosión. Nueve de sus escoltas y otro niño ‎también habrían muerto durante el asalto de las fuerzas especiales estadounidenses. La muerte ‎de al-Baghdadi fue rápidamente confirmada mediante un análisis del ADN de los restos de ‎su cuerpo. Los comandos estadounidenses no sufrieron bajas en la acción. ‎

Happy end y... God Bless America. ‎

En esta superproducción, el papel del Califa lo hizo un descendiente directo del profeta Mahoma. ‎Nacido en Faluya, bastión de la resistencia iraquí contra la invasión estadounidense en Irak, este ‎individuo pasó 10 meses en los campamentos de Bucca y Adder, donde la CIA y la Marina de ‎Guerra de Estados Unidos realizaron experimentos de acondicionamiento mental con los ‎prisioneros, aunque se ignora si al-Baghdadi estuvo entre los elementos sometidos a esos ‎experimentos. En todo caso, 10 años después, en julio de 2014, al-Baghdadi proclamó ‎solemnemente el Califato en la ciudad iraquí de Mosul. Sin embargo, después de haber realizado ‎aquella actuación, al-Baghdadi no parece haber desempeñado ninguna responsabilidad en el ‎seno del grupo terrorista designado indistintamente como Emirato Islámico, Estado Islámico, EIIL, ‎ISIS, EI o Daesh, limitándose solamente a leer algunos comunicados atribuidos a esa organización yihadista. ‎

Según la versión oficial, al-Baghdadi se escondía en la aldea siria de Barisha, que se halla ‎en la gobernación de Idlib, donde aún hay zonas controladas por los yihadistas de al-Qaeda y ‎Daesh, empujados hasta allí por las operaciones de las tropas del gobierno sirio. Los yihadistas ‎que aún controlan parte de la gobernación gozan de la protección del ejército turco mientras que ‎las tropas gubernamentales sirias los asedian desde el sur y el este. La aldea de Barisha está muy ‎cerca de la frontera con Turquía. La insistencia en esta precisión sobre la situación geográfica de ‎Barisha es una forma de acusar al ejército turco de haber protegido al califa de Daesh. ‎

En su anuncio, el presidente Trump agradeció a Rusia, Turquía, Siria, Irak y también a los kurdos ‎de Siria -por cierto, es la primera vez en mucho tiempo que Estados Unidos agradece algo ‎a Siria. ‎

Sin embargo, el estado mayor ruso hizo saber de inmediato que no dispone de absolutamente ‎ninguna información que demuestre la existencia tal operación estadounidense y ni siquiera el ‎desplazamiento de algún grupo de helicópteros en la región, ni el sábado pasado ni los demás ‎días de la semana. También recalcó que las fuerzas armadas de la Federación Rusa no saben qué ‎les agradeció el presidente-candidato Donald Trump. ‎

[1] "Donald Trump on the Death of Abu Bakr al-Baghdadi", por Donald Trump, Voltaire Network, 27 de octubre de 2019.