María Zajárova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, citó una investigación realizada por un medio de comunicación de Estados Unidos en el que se reveló una serie de violaciones en biolaboratorios estadounidenses en el manejo de patógenos peligrosos.
Maria Zajarova
© Sputnik / Servicio de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia
El reportaje asegura que, en los últimos 20 años, ha habido cientos de incidentes en biolaboratorios estadounidenses, la mayoría de los cuales se han mantenido en secreto para el público.

Un ejemplo es el de un estudiante de posgrado de la Universidad de Washington, en St. Louis, que en 2016 se pinchó el dedo con una aguja después de inyectar a un ratón e infectarlo con una cepa recombinante del virus de Chikungunya. El estudiante mantuvo el incidente en secreto hasta que se enfermó. No fue el único en guardar silencio: las autoridades de salud de Estados Unidos decidieron ocultar esta información al público.

Zajárova señaló que una posible fuga de patógenos es beneficiosa para Estados Unidos, pues les permite vender medicamentos a una población infectada. Lo llamó una "lotería letal en la que todos ganan".

En marzo de 2022, el Ministerio de Defensa de Rusia afirmó contar con información de que Estados Unidos estuvo desarrollando un programa de investigación biológica en Ucrania, con un gasto de más de 200 millones de dólares, en 46 biolaboratorios emplazados en suelo ucraniano e integrados al plan militar biológico estadounidense.

Según esta información, Estados Unidos ha estado desarrollando armas biológicas en territorio ucraniano bajo el pretexto de desarrollar los sistemas de seguridad. Sin embargo, algunas de las evidencias fueron parcialmente destruidas el día que se inició la operación militar especial rusa, el 24 de febrero de 2022.


Mientras que, en octubre de este año, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, aseguró que su país dispone de información sobre los planes de Kiev de utilizar una bomba sucia para realizar un ataque de falsa bandera y culpar a Moscú.

Por dichas razones, Rusia presentó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas una propuesta para conformar un comité especial que indague las actividades de los laboratorios biológicos en Ucrania.

No obstante, el proyecto no obtuvo el apoyo de nueve de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, por lo que fue rechazado.