Destacados simpatizantes del batallón Azov*, batallón Aidar, Pravi Sektor* y del líder ultranacionalista ucraniano y colaborador de los nazis en la Segunda Guerra Mundial Stepán Bandera organizaron y hablaron en un mitin antirruso que recibió una brillante cobertura de los principales medios de comunicación la semana pasada.
Samantha Power
© AP Photo / Jose Luis Magana
A finales de febrero, Samantha Power, administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional — USAID, por sus siglas en inglés — , encabezó una cacareada concentración antirrusa organizada por partidarios declarados de militantes nazis en Ucrania, según revela un nuevo informe.

Un reportaje del periodista Alex Rubinstein para el medio de investigación independiente estadounidense The Grayzone descubrió que tanto uno de los principales organizadores como uno de los oradores de lo que USAID anunció como una "concentración pública" el 25 de febrero para "solidarizarse con el pueblo ucraniano" habían declarado pública y orgullosamente su lealtad a criminales de guerra y notorios colaboradores nazis.

Podría decirse que la conducta más alarmante vino de Nadezhda Shaporínskaya, fundadora de un grupo agresivamente rusófobo conocido como Activistas Ucranianos de EEUU — USUA, por sus siglas en inglés — que al parecer fue la principal fuerza organizadora de la manifestación.
Como explica el medio, "las publicaciones de Shaporínskaya en Facebook [esta red social está prohibida en Rusia por ser extremista] a lo largo de los años revelan su apoyo entusiasta y la recaudación de fondos para las milicias ucranianas declaradamente fascistas, incluido Pravi Sektor y su líder, Dmitró Yárosh, el batallón Azov, el batallón Aidar y el excomandante del Batallón Donbás Semión Semiónchenko".
Según The Grayzone, Shaporínskaya "organizó un concierto benéfico para Azov y el batallón Aidar en enero de 2015", bajo los auspicios de otro grupo que fundó llamado United Help for Ukraine.

"United Help for Ukraine describió a su cofundadora, Tania Aldave, como una 'verdadera banderita', es decir, una admiradora del colaborador nazi ucraniano Bandera", señaló Rubinstein.

Estos "activistas banderistas aparecen constantemente junto a la embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oxana Markarova, en fotos publicadas en las redes sociales", observa el medio, un hecho que, según The Grayzone, demuestra "su estrecha relación de trabajo con el Gobierno de [el presidente ucraniano, Volodímir] Zelenski en Kiev".

Shaporínskaya y sus colegas publicaron previamente fotografías de sí mismos vestidos de rojo y negro en posts que describían al grupo como la rama de Pravi Sektor de Washington DC en los que juraban su "apoyo" al entonces líder de la notoria milicia nazi también en 2015, informa Rubinstein.

Meses después, "Shaporínskaya organizó otro 'concierto benéfico', esta vez con el jefe militar georgiano Mamuka Mamulashvili como invitado de honor". El año pasado, el infame Mamulashvili prometió ejecutar a todos y cada uno de los militares rusos capturados por sus fuerzas.

Pero el principal organizador del mitin no era el único con una inclinación no tan oculta hacia los autodeclarados militantes nazis. Además, intervinieron:
  • La administradora de USAID, Samantha Power.
  • La embajadora ucraniana, Oxana Markarova.
  • La subsecretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos de Biden, Karen Donfried.
  • La secretaria de Estado del Distrito de Columbia, Kimberly Bassett.
  • El presidente del Consejo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Mark Ordan.
  • El embajador de la UE en EEUU, Stavros Lambrinidis.
  • El presidente del Congreso Mundial Ucraniano, Paul Grod.
Como señala Rubinstein, "Grod hizo carrera defendiendo el legado de los colaboracionistas nazis, e incluso una vez solicitó al Gobierno canadiense que reconociera oficialmente a la genocida Organización de Nacionalistas Ucranianos, o OUN*, como 'combatientes de la resistencia designados'", una designación que, señala, "habría canalizado el dinero de los impuestos canadienses directamente a las cuentas de pensiones de los colaboracionistas nazis".

Además, en 2010, Grod "honró el legado de la 14.ª División de Granaderos Waffen-SS, el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA)* y la Organización de Nacionalistas Ucranianos como héroes que lucharon 'por la libertad de su patria ancestral ucraniana'".

Al ser consultado por Sputnik, Rubinstein explicó que habiendo "visto las fotos de nuestro actual comandante en jefe con el neonazi Oleh Tiahnybok", no debería sorprender que "veamos a miembros del Gobierno estadounidense colaborando con fascistas".

"Aquellos que prestaron algo de atención" durante el golpe de Maidán de 2014 son "muy conscientes de cómo EEUU se asoció con la llamada 'sociedad civil' para ser la cara de las protestas mientras violentos ultranacionalistas arrasaban justo fuera de cámara", señala el periodista.
"Esta asociación entre las agencias estadounidenses de cambio de régimen como USAID y los llamados activistas de la 'democracia' fue una característica de la Administración Obama y, con Samantha Power en USAID, está claro que la Administración Biden está tratando de traerla de vuelta".
"Trabajará con cualquiera que pueda ser útil para el imperio estadounidense: sectarios, yihadistas, banderistas", aseguró Rubinstein, haciendo referencia a una historia anterior que publicó en la que se revelaba que Power habló una vez en "una conferencia organizada por la Iglesia de la Cienciología".

Rubinstein criticó la cobertura de los medios de comunicación corporativos de la manifestación pro-guerra, que universalmente ignoraron las simpatías fascistas de sus organizadores y oradores.
"Los principales medios corporativos actuaron obedientemente al omitir cualquier mención a elementos ultranacionalistas, limitándose a referirse a los organizadores y manifestantes como la 'comunidad ucraniana'". destacó Rubinstein.
"A pesar de la abundancia de banderas fascistas rojas y negras en la manifestación", un lector "habría salido del consumo de la cobertura mediática con una justa ira por sus penurias", un fenómeno que se produce "a propósito", afirma. Por el contrario, la reciente concentración de Rage Against the War Machine, en la que se reunieron en el Lincoln Memorial ex representantes de Estados Unidos como Tulsi Gabbard, Ron Paul y Dennis Kucinich, fue "atacada sin piedad ni tregua" por los medios de comunicación corporativos.

La disparidad en la cobertura demuestra que "la Casa Blanca y los principales medios de comunicación están haciendo claramente todo lo que está en su mano para elevar las voces a favor de la guerra y censurar a cualquiera que amenace sus enormes beneficios bélicos", añadió.


Desde el 24 de febrero de 2022 Rusia lleva a cabo una operación militar especial para defender las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, frente al genocidio por parte de Kiev. Uno de los objetivos fundamentales de la operación el presidente Vladímir Putin lo definió como la desmilitarización y desnazificación de Ucrania.

Numerosos países condenaron la operación, empezando a apoyar a Kiev con suministros de armas, donaciones, ayuda humanitaria y sanciones contra Moscú.

Rusia, por su parte, envió notas de protesta a todos los Estados que suministran armas a Ucrania. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, advirtió que cualquier cargamento con armas para Kiev se convertirá en un blanco legítimo para las Fuerzas Armadas rusas.