Reguladores estadounidenses revocaron el 10 de marzo la licencia del Banco Silicon Valley (SVB), luego de 40 años de funcionamiento, debido a su falta de liquidez. Con el fin de proteger a la clientela de la institución bancaria, crearon el 'Deposit Insurance National Bank of Santa Clara' (DINB), donde se transfirieron los depósitos.
Sillicon Valley Bank
© AP Photo / Jeff Chiu
Con tan solo una semana de diferencia, el SVB era considerado el decimosexto banco más grande de EEUU, cuya fortuna ascendía a 209.000 millones de dólares en activos, 175.400 millones de dólares reportados en depósitos y más de 8.500 empleados en todo el mundo.

Sin embargo, el 10 de febrero se cerraron las puertas del banco y este pasó a manos de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, que denominó a la nueva entidad como "Banco Nacional de Seguros de Depósitos de Santa Clara". A los funcionarios del quebrado banco se les manifestó que se les mantendría en sus puestos laborales tan solo durante 45 días más.

La nueva entidad se abrirá el lunes 13 de marzo y a lo largo del próximo mes y medio se irá liquidando gradualmente, pues durante este periodo de tiempo se pagarán dividendos a los titulares de depósitos no asegurados (que representan el 93% de todos los depósitos, según los registros de la Comisión de Bolsa y Valores) y se realizarán pagos a los clientes con participaciones inferiores a 250.000 dólares (la cantidad estándar del seguro de depósitos).

¿Qué ocurrió con el Banco Silicon Valley?

Todavía no se tiene certeza si un juego sucio tuvo que ver con el cierre del banco, pero sí es de conocimiento público que el director ejecutivo, Greg Becker, se deshizo de 3,6 millones de dólares en acciones de la empresa tan solo dos semanas antes de la bancarrota. Asimismo, durante el mes de febrero el director financiero, Daniel Beck; el abogado general, Michael Zucker, y la directora de marketing, Michelle Draper, también vendieron un gran porcentaje de sus acciones al banco.

El experto bancario David Tawil explicó que la agresiva política de tipos de interés de la Reserva Federal durante el 2022 — que tenía como fin tratar de controlar la inflación — fue lo que hizo colapsar a SVB.

Como muchas otras entidades crediticias o de depósito, SVB compró miles de millones de dólares en letras del Tesoro a largo plazo, de bajo riesgo y de bajo interés, cuyo valor cayó cuando las tasas de interés aumentaron, dejando al banco corto y necesitando vender esos bonos del Tesoro con pérdidas.

De esta manera, el 8 de marzo, después de reportar 1.800 millones de dólares en pérdidas en sus tenencias de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas, el banco anunció planes para recaudar 2.250 millones de dólares en capital a través de una venta de acciones, lo que llevó a las firmas de capital de riesgo a instar a los clientes a sacar su dinero, y los clientes se apresuraron al banco, lo que provocó que los precios de las acciones cayeran en picado.

En cuestión de horas, un mercado de valores sacudido comenzó una venta masiva, y los principales bancos, incluidos JPMorgan, Bank of America, Wells Fargo y Citigroup, vieron cómo se reducía a más de 52.000 millones de dólares su valor en el mercado.

El Tesoro emitió un breve comunicado el 10 de marzo indicando que la secretaria Janet Yellen se había reunido con reguladores para discutir sobre el SVB, en donde "expresó plena confianza en los reguladores bancarios para tomar las medidas apropiadas en respuesta" al colapso del banco.

Además, enfatizó "que el sistema bancario sigue siendo resistente y [que] los reguladores cuentan con herramientas efectivas para abordar este tipo de eventos". En la declaración no dio más detalles sobre cuáles eran estas medidas.

¿Qué efectos probables traerá la nueva bancarrota?

SVB era un banco enorme y un nombre muy conocido para algunos clientes, como nuevas empresas tecnológicas, empresas de atención sanitaria y biotecnología, criptomonedas y buitres de capital de riesgo, como Bain Capital y Polaris Partners.

El banco brindó servicios financieros a aproximadamente la mitad de todas las empresas emergentes, tecnológicas y de ciencias de la vida respaldadas por capital de riesgo con sede en EEUU. Es por ello, que por sobre todo las nuevas grandes empresas son las que se verán afectadas, tales como firmas de biotecnología y atención médica, así como empresas de criptografía y capitales de riesgo como Bain Capital y Polaris Partners.

El banco también tenía sucursales en aproximadamente una docena de oficinas en todo el mundo, prestando servicios a grupos tecnológicos en países como Canadá, Reino Unido, Israel, China, la India, Dinamarca, Alemania, Irlanda y Suecia.

Las empresas en Irlanda y la India parecían particularmente afectadas, a juzgar por lo que señalaban los medios de comunicación. Por otra parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió "medidas para ayudar a las empresas israelíes" si así fuese necesario frente a esta "gran crisis".

Se ha informado que First Republic Bank, empresa de gestión de patrimonio y banca con sede en San Francisco que ocupa el puesto 14 entre los bancos más grandes de EEUU, también puede quebrar en los próximos días o semanas.

El ente financiero emitió un comunicado el 11 de marzo asegurando que la "seguridad y la estabilidad continúa y las sólidas posiciones de capital y liquidez", incluida una "base de depósitos bien diversificada" de "más de 60.000 millones en capacidades de préstamo disponible y no utilizada por los Bancos Federales de Préstamos para la Vivienda y el Banco de Reserva Federal".

Sin embargo, los más fatalistas, o los más críticos de la banca fiduciaria, y los defensores del oro y las criptomonedas, tales como Peter Schiff, Erik Voorhees y Gabor Gurbacs, señalan que el colapso del SVB podría ser solo el comienzo.

Schiff, en ese sentido, especula que lo que está sucediendo resultará en"una ola de quiebras bancarias". Gurbacs, por otra parte, comenta que las personas "confían en los bancos más de lo que deberían" dado que el pago del seguro de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos es tan bajo que es "prácticamente inútil" para las empresas.

"Esta es una situación potencialmente negativa para otros bancos regionales medianos. Hasta el momento, el mercado evalúa como baja la probabilidad de contagio para los grandes bancos. El riesgo sistémico para los grandes bancos es menor que para los regionales en este momento", expresó el analista de inversiones de BKS Mir Igor Gerasimov.


El exdirector ejecutivo del Banco de Desarrollo de Exportaciones de Irán, Ahmad Khamati-Yazd, sugirió que los fatalistas pueden estar exagerando el alcance del daño, y enfatizó que, conforme a lo que sabemos hasta ahora, "la situación actual no se puede comparar con la crisis de 2008, que fue mucho más profunda y seria".
"Algunos bancos de EEUU pueden enfrentar la amenaza de la quiebra, y su destino depende en gran medida de las decisiones del Banco Central estadounidense, la Reserva Federal, y de si deciden salvar estos bancos o permitir que colapsen", agregó Khamati-Yazd.
David Tawil planteó que seguramente, pase lo que pase, el presidente de la Fed, Jerome Powell, va a pensar muy detenidamente antes de proceder con otro aumento en las tasas de interés en las próximas semanas.