Traducido por el equipo de SOTT.net

Gates añade que no es realista esperar que la crisis climática pueda resolverse con decisiones personales como dejar de comer carne.
Bill Gates
© Justin Tallis/ReutersBill Gates, fundador de Microsoft y filántropo.
El fundador de Microsoft, Bill Gates, reiteró su opinión la semana pasada en el polémico debate sobre si el sacrificio individual puede marcar una diferencia tangible en la lucha contra el cambio climático, poniendo en duda la idea de que llevar un "estilo de vida empobrecido" o hacerse vegetariano pueda hacer mella en el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

"En los movimientos por el clima, se puede oír eso de 'Eh, hemos estado consumiendo demasiado' y 'Eh, quizá no deberíamos viajar más'", dijo Gates la semana pasada en unas declaraciones pronunciadas en la India. "No creo que podamos contar con que la gente lleve un estilo de vida empobrecido como solución al clima".

Gates, considerado la cuarta persona más rica del planeta, afirmó que no era realista esperar que la crisis climática pudiera resolverse con decisiones personales como dejar de comer carne.

"¿Se harán vegetarianos todos los indios? ¿Se harán vegetarianos todos los americanos? No me gustaría contar con ello. Si alguien quiere evangelizar eso, bienvenido sea", dijo Gates.

La idea de que el cambio climático es un problema demasiado grave para resolverlo con decisiones individuales sobre el estilo de vida es común entre muchos, como Gates, que trabajan para hacer frente a lo que consideran una crisis. Incluso John Kerry, el enviado del presidente Biden para el clima, ha señalado que será necesario desarrollar nuevas tecnologías para que el mundo alcance los objetivos de emisiones.

"El 50% de las reducciones que tenemos que hacer para llegar a cero neto en 2050 o 2045 van a proceder de tecnologías que aún no tenemos", declaró Kerry a la BBC en 2021.

Kerry destacó TerraPower, una empresa respaldada por Gates que trabaja en el desarrollo de reactores nucleares de fisión avanzados, como un ejemplo esperanzador.

"Hay muchas posibilidades ahí fuera", dijo. "Bill Gates persigue una pequeña capacidad nuclear modular de nueva generación. Vamos a encontrar el camino hacia las emisiones cero lo antes posible".

A falta de avances tecnológicos, las acciones individuales en materia de energía y emisiones se quedarán cortas en última instancia. Después de todo, un informe de 2017 de CDP, una organización medioambiental sin ánimo de lucro, reveló que el 70% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero procedían de solo 100 empresas, siendo los mayores emisores los gigantes petroleros ExxonMobil, Shell, BP y Chevron. Aunque es fácil culpar a las petroleras del aumento de la temperatura global -una consecuencia de la que eran muy conscientes desde hace décadas-, lo cierto es que siguen teniendo muchos clientes para su producto principal.

En contra de la opinión de Gates, las Naciones Unidas abogan desde hace tiempo por basar las opciones de estilo de vida en cómo afectan al aumento de la temperatura global.

"Todo el mundo puede ayudar a limitar el cambio climático. Desde la forma en que viajamos hasta la electricidad que utilizamos, los alimentos que comemos y las cosas que compramos, podemos marcar la diferencia", afirma la ONU en un sitio web en el que se destacan 10 medidas que los particulares pueden adoptar para hacer frente a la crisis climática.

La Ley de Reducción de la Inflación también pretende cambiar el comportamiento individual a una escala que se traduzca en reducciones significativas de las emisiones, ofreciendo créditos fiscales diseñados para destetar al público del petróleo, el gas y el carbón. La ley, aprobada en septiembre, incluye 7.500 millones de dólares en créditos fiscales para vehículos eléctricos, destinados a que la gente deje de conducir coches de gas, y 24.000 millones de dólares en créditos para ayudar a la gente a cambiar las calefacciones de gas por bombas de calor eléctricas y las cocinas de gas por cocinas de inducción.

En 2022, el 27% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos procedían del sector del transporte y el 13% de la quema de combustibles fósiles para generar calor en hogares y empresas, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente. Sin embargo, según datos de investigadores de la Universidad de Princeton, la nueva ley supondrá una reducción del 30% de las emisiones gracias a que los consumidores pasarán de los coches de gas a los eléctricos y abandonarán la calefacción y los electrodomésticos de gas.

En otras palabras, si se incentiva a un número suficiente de personas para que cambien su comportamiento, el resultado colectivo podría tener realmente un impacto.

Por otra parte, incluso una transición a gran escala para abandonar los combustibles fósiles puede ayudar a ralentizar el ritmo del cambio climático, pero no a resolver el problema.

Un análisis de las disposiciones climáticas de la Ley de Reducción de la Inflación realizado por el Servicio de Investigación del Congreso concluyó que la ley estaba preparada para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos entre un 24% y un 30% para 2030, un objetivo meritorio pero aún muy por debajo de la promesa de Biden de reducirlas entre un 50% y un 52% para ese año.