El presidente sirio, Bashar al-Assad, se reunió el domingo con los líderes emiratíes en Abu Dabi, su segunda visita a países árabes del Golfo Pérsico desde el terremoto del mes pasado, lo que impulsó esfuerzos renovados para que Damasco vuelva al redil árabe.
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Este viaje del mandatario sirio se produce después de una visita a Omán el mes pasado, sus únicos compromisos oficiales en países árabes desde el comienzo del conflicto armado en Siria en 2011.

El presidente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), el jeque Mohamad bin Zayed Al Nahyan, recibió a Bashar al-Asad y su esposa Asma en la capital. "Mantuvimos conversaciones constructivas destinadas a desarrollar lazos bilaterales", indicó el presidente emiratí, mediante un comunicado.

"Nuestras discusiones también exploraron formas de mejorar la cooperación para acelerar la estabilidad y el progreso en Siria y la región", agregó el mandatario emiratí.

Abu Dabi, que normalizó las relaciones con el Gobierno sirio en 2018, lideró los esfuerzos de ayuda tras el terremoto del 6 de febrero que azotó el sureste de Turquía y el norte de Siria, matando a decenas de miles.

Los Emiratos Árabes Unidos habían prometido más de 100 millones de dólares en asistencia para la Siria afectada por el terremoto, por mucho la suma más grande de una sola nación.

Y el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Abdulá bin Zayed Al Nahyan, se convirtió el mes pasado en el primer alto funcionario árabe en visitar Siria desde el terremoto.

La visita de Al-Asad marca una continuación en el deshielo en curso de las relaciones entre Siria y otros países árabes, más de una década después de que la Liga Árabe de 22 miembros suspendiera la membresía de Damasco tras el comienzo de la crisis en el país levantino.

Objetivos del viaje de Bashar al-Asad a Emiratos

La visita del presidente sirio a Abu Dabi fue diferente en todos los sentidos: la cálida acogida que recibió de los emiratíes, el momento y los objetivos del viaje.

Mohamad bin Zayed Al Nahyan recibió a al-Asad en el aeropuerto de Abu Dabi, donde estuvo acompañado por Tahnun bin Al Zayed, asesor de Seguridad Nacional de los EAU y otros funcionarios de alto rango.

Una delegación de ministros, como el de Economía y Comercio Exterior de Siria, también acompañó a Al-Asad.

Las conversaciones entre los dos presidentes abordaron las relaciones bilaterales entre los países y las formas de fortalecerlas. También se centraron en la dinámica positiva en la región y la importancia de lograr la estabilidad para el progreso y la prosperidad que los pueblos esperan de estos cambios.

Según los expertos, la visita de Al-Asad a los Emiratos Árabes Unidos tenía dos objetivos principales: el primero era político porque Abu Dabi tiene una importancia estratégica en la región y es considerado un actor importante. Y, además, tiene mucha influencia en los órganos de decisión internacionales.

Los expertos creen que los Emiratos Árabes Unidos pueden desempeñar un papel central para romper el hielo de las relaciones entre la comunidad internacional y Siria y reducir las sanciones occidentales contra Damasco.

El segundo propósito puede considerarse económico, porque Damasco está tratando de hacer de Abu Dabi su puerta de entrada económica al mundo exterior y restaurar su situación económica, que ha estado sufriendo muchos problemas durante años bajo la influencia del embargo estadounidense y el terremoto reciente.

¿Qué logros espera Damasco del viaje de Al-Asad?

Damasco espera que la reconciliación regional allane el camino para la tan esperada inversión en la reconstrucción del maltrecho país. Sin embargo, los analistas dicen que la realización de esta demanda es poco probable en la actualidad.

Uno de los obstáculos predominantes es la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y las demandas de Estados Unidos y Europa de Siria para normalizar las relaciones con este país, que Occidente dice que no se han cumplido.

El Banco Mundial ha anunciado que se prevé que el PIB (Producto Interno Bruto) real de Siria disminuya en 2023 tras el devastador terremoto, con daños físicos estimados en 3700 millones de dólares y pérdidas económicas en 1500 millones de dólares.