Los ataques contra Nord Stream obligan a Alemania a sustituir su dependencia del gas ruso por el de EEUU, más caro y dañino, expresó el miembro de la Comisión de Política Internacional del Bundestag, Andrej Hunko. En sus palabras, los sabotajes fueron parte de una guerra económica que libra EEUU contra Alemania en particular y Europa en general.
Gasoducto
© AP Photo / Matthias Rietschel
Andrej Hunko recordó que Alemania solía obtener de Rusia un gas natural más económico a través de los dos gasoductos, pero debido al sabotaje contra los Nord Stream, esa opción ya no está disponible. Por otro lado, subrayó el político, "ahora recibimos mucho gas de Estados Unidos, GNL, que es mucho más caro y peor desde el punto de vista medioambiental".

"La dependencia del gas ruso se ha convertido ahora en dependencia del gas de EEUU, lo que también es un problema. A Alemania le privaron de la posibilidad de elegir qué gas es mejor, más barato y cuál es mejor desde el punto de vista medioambiental", afirmó Hunko al diario Global Times.

En sus palabras, se está debatiendo si los gasoductos Nord Stream pueden repararse, pero en cualquier caso ahora no existe tal posibilidad. El legislador añadió que el socavamiento de los gasoductos es una especie de guerra económica no solo contra Alemania sino también contra la Unión Europea (UE), y que la disposición de los organismos de la comunidad política a investigar el delito era aún peor que en Berlín.
"¿A quién beneficia esto? Está claro. Predominan los países que exportan gas a Alemania, principalmente Estados Unidos", señaló Hunko.
Sin embargo, explicó que esto no solo supone un aumento del precio del gas para la población alemana, sino también un problema para la industria nacional, ya que el modelo económico del país depende en gran medida de los bajos precios de la energía, de una mano de obra altamente cualificada y de las exportaciones.
"Y cuando los precios de la energía suben así, las grandes empresas ya no están tan interesadas en quedarse en Alemania. Ahora algunas se trasladan a Estados Unidos. Es una especie de competencia económica entre EEUU, Alemania y Europa", añadió.

En un contexto de rechazo de las entregas de gas ruso debido a la operación militar especial en el territorio de Ucrania, el Gobierno alemán promueve activamente la construcción de terminales receptoras de importaciones de GNL. Consisten principalmente en buques e infraestructuras en tierra y pueden ponerse en funcionamiento más rápidamente que las terminales fijas. Está previsto que en 2026 estén en funcionamiento un total de 11 terminales de GNL, tres de ellas estacionarias.

No obstante, el costo de las terminales flotantes de gas natural licuado (GNL) pendientes de construcción en Alemania se triplicó con creceshasta alcanzar los 10.000 millones de euros
en diciembre de 2022. De acuerdo con el Ministerio Federal de Economía, se trata del "importe máximo de los costos previstos que pueden producirse entre 2022 y 2038".

Entre tanto, pese a la necesidad de los energéticos rusos, EEUU y la UE impulsaron sanciones contra el gas y petróleo provenientes de Moscú, llegando incluso a cancelar la puesta en marcha del gaseoducto Nord Stream 2, el cual facilitaría la distribución de este energético a Europa e incluso permitiría a países como Alemania vender este producto. Otro obstáculo fueron los ataques contra Nord Stream 1, que la Fiscalía General de Rusia nombró como un caso de acto de terrorismo internacional.