Este artículo se basa en un extracto de un próximo libro, que será publicado por Red Pill Press, basado en el concepto 'Universo Eléctrico', la teoría de la información, la astronomía, la paleogeología -y mucho más- para presentar una cosmología ampliada que vincula a los llamados "cambios climáticos" y "cambios en la Tierra" con el papel de la humanidad en el gran ambiente cósmico.
Escrito por Pierre Lescaudron, editor e investigador de SOTT.net, el siguiente artículo nos proporciona una explicación para el "raro" e "inesperado" comportamiento del cometa ISON hasta la fecha, sobre todo, en cuanto a su supervivencia inesperada al dar la vuelta al Sol el 28 de noviembre del 2013.
¿Cometas o Asteroides?
Como se muestra en la ilustración anterior, y es sostenido de manera rutinaria por la ciencia convencional, los cometas son "trozos de hielo y roca", también conocidos como "bolas de nieve sucias". Esta creencia, sin embargo, es incompatible con los datos reales. Por ejemplo, en 2011 el cometa Lovejoy se sumergió en la atmósfera del Sol y salió por el otro lado después de un viaje de una hora a través de la corona solar. Su tamaño y el brillo no parecieron disminuir.1 Aquí hay algunos comentarios (muy típicos) de los observadores de este evento:
Esta mañana, una armada de naves espaciales fue testigo de algo que muchos expertos creían imposible. El cometa Lovejoy voló a través de la atmósfera caliente del Sol y emergió intacto. "Es absolutamente asombroso", dice Karl Battams del Laboratorio de Investigación Naval en Washington DC. "No pensé que el núcleo helado del cometa era lo suficientemente grande como para sobrevivir la sumersión a través de la corona solar, a varios millones de grados, por cerca de una hora, pero el cometa Lovejoy está aún con nosotros." 2Pero si la temperatura de la corona solar es de varios millones de grados3, y si el cometa Lovejoy no es más que un trozo de hielo de estimadamente unos pocos cientos de metros de diámetro,4 ¿cómo es posible que no se haya vaporizado?
Comentario: Recomendamos al lector revisar el artículo Nubes noctilucentes: ¿preludio de una futura edad de hielo? para poner en un posible contexto a este singular fenómeno.