Las cosas en Paraguay parecen estar cada vez peor, mostrando la trágica realidad de cómo los políticos en esta nación siguen la dinámica sangrienta de quienes se apoderaron completamente del país (EE.UU./Israel). Una noticia llamativa del mes concierne a la versión paraguaya de Hillary Clinton, la senadora Mirta Gusinky, quien nos dice (con toda la seriedad de quien realmente cree lo que está diciendo) que tiremos bombas y matemos a todos (incluyendo a gente inocente) para deshacernos del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo), un grupo de unos 10 tipos armados que increíblemente logran evadir a toda la fuerza militar nacional entrenada por los expertos en terrorismo en el norte.

© Desconocido¿Serán parientes?
Las palabras de la senadora fueron:
"El secuestro, el narcoterrorismo es un cáncer y muchas veces para matar el cáncer tenemos que matar células vírgenes, que son buenas (...) una vez que hemos identificado a través de radares o medios tecnológicos dónde están ellos, vamos a tener que tirar bombas o granadas y, seguramente, cuando los matemos a ellos van a tener que morir gente inocente, pero de cualquier manera también está muriendo gente inocente"
Seguramente, en la forma de ver al mundo de esta senadora, la gente inocente que sería afectada no importa tanto, ya que son en su mayoría campesinos, la población desamparada del país a quienes pocos escuchan y los que verdaderamente sufren de las políticas adoptadas por uno de los estados más corruptos del mundo.
Lo peor de todo es que Gusinki habla desde la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Senadores e incluso fue titular de ese órgano parlamentario anteriormente. Cuando una persona que dice cosas como estas puede encargarse de "velar por los Derechos Humanos", nos damos cuenta de que realmente estamos en un
mundo bizarro,
retorcido y distópico. Lamentablemente, no se trata de un caso aislado, vean por ejemplo el caso del presidente
Obama, el Nobel de la Paz que bombardeó 7 países en menos de 6 años de presidencia.
Comentario: Es importante resaltar que EEUU no quiso desarrollar otra estrategia que evitara o redujera las muertes de civiles porque tenían la urgencia de mostrar su poderío nuclear. La justificación de que 'no estaban dispuestos a renunciar a cualquier precio, así que teníamos que tomar medidas extremas', es el tipo de reduccionismo psicopático que se espera de la patocrácia.