En su primera entrevista tras dimitir, el exministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis, revela que el Eurogrupo está "total y absolutamente" controlado por Alemania, y ofrece su visión sobre el 'Grexit' y el nuevo acuerdo entre su país y los acreedores internacionales.
© javierilustrador.blogspot.com.arUna urna o el sanitario como destino de nuestro voto parecen ser la misma cosa...
En una entrevista con el portal
New Statesman, que tuvo lugar después de la dimisión y antes de que Grecia firmara el pacto con los acreedores, Varufakis
señaló que "nuestra eurozona es un lugar incómodo para las personas decentes".
El exministro griego argumentó que no le sorprendería que el primer ministro Alexis Tsipras acepte un "pésimo acuerdo". "Comprendo que se siente obligado con los que nos han apoyado y no quiere que nuestro país se convierta en un Estado fallido. Pero no voy a cambiar mi opinión, la misma desde 2010, de que Grecia debe dejar de aplazar y fingir, debemos dejar de pedir nuevos préstamos y fingir que hemos resuelto el problema, cuando no es verdad, cuando nuestra deuda es todavía menos sostenible con
nuevas medidas de austeridad que hunden aún más la economía y el peso recae cada vez más sobre los que no tienen nada, con una inevitable crisis humanitaria. No estoy dispuesto a aceptarlo. Que no cuenten conmigo".
Según el exministro de Finanzas, un acuerdo de corto plazo, con tres o cuatro reformas, podría haber sido firmado poco después de que Syriza llegó al poder a finales de enero. Sin embargo, el otro lado "insistió en un acuerdo global, es decir, en hablar de todo, que en mi opinión, equivale a no querer hablar de nada". "Querían todo desde el primer momento. Dijeron que si aprobábamos cualquier ley, lo considerarían una acción hostil y filtrarían a la prensa que estábamos haciéndoles perder tiempo. Era una auténtica trampa".
Comentario: ¡Deprimente y desolador!... estos son los términos que apenas alcanzan para expresar nuestro sentir. Las declaraciones de Varufakis nos permiten ver una vez más que los dementes que nos gobiernan no están allí por una manifestación de la voluntad popular, y que las elecciones y la democracia no tienen ningún valor para estos psicópatas.
El ministro de finanzas alemán lo dejó bien claro: "
El programa no se discute, porque el gobierno anterior lo aceptó y no vamos a cambiar por una elección.". ¿"No vamos a cambiar por una elección"?... Pero... ¿no se trata justamente de eso la democracia, de que los gobiernos encarnen la voluntad de sus pueblos?... Parece que la hipocresía, el descaro, y el cinismo de estos desgraciados nunca va a dejar de sorprendernos.
El acuerdo firmado por el primer ministro griego Alexis Tsipras hace apenas unos días pone de manifiesto una verdad tan devastadoramente trágica que todos los ciudadanos del mundo "libre y democrático" hoy deberíamos estar de pie pidiendo a gritos que estos lunáticos se vayan. Esa verdad tan contundente es simplemente que no somo ni libres ni democráticos, que los pueblos no autodeterminan su destino, que las elecciones son un montaje cinematográfico para entretener a las masas, y que no importa cuanto estemos sufriendo, si estamos muriendo de hambre, si nuestros hijos perecen por desnutrición, o si familias enteras caen en un abismo insalvable de la pobreza y la desesperación,
A ELLOS NO LES IMPORTA, NOS VAN A DEJAR MORIR MISERABLEMENTE ANTES DE PERDER EL PODER QUE TIENEN SOBRE NOSOTROS.
Hoy el pueblo griego está en la vidriera para que todos veamos qué es lo que ocurre cuando un puñado de psicópatas decide nuestro destino. Podemos pasar frente a ella e ignorarla... o detenernos, ver y sentir su dolor, y entender que indefectiblemente el lúgubre destino de estas personas podría ser el nuestro mañana mismo...
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Comentario: Si bien existen muchas teorías de la conspiración sin sentido relacionadas con este ejercicio militar allí a fuera, por ahora, tampoco se puede descartar una agenda subyacente. Este tipo de ejercicios no tienen precedentes en suelo estadounidense, y es normal que los habitantes de los estados involucrados sospechen e incluso les atemorice la idea. Y posiblemente, ese sea uno de los objetivos secundarios del mismo, una especie de operación psicológica, algo en la línea de la inhibición transmarginal.