El triángulo de alianzas, acuerdos y pactos encubiertos entre Estados Unidos-Israel-Arabia Saudí, países que sostienen la política divisionista en Oriente medio, son la cara visible de un tetraedro invisible que los relaciona con un cuarto vértice, el conjunto de fundamentalistas yihadistas que constituyen degeneraciones de intolerancia por fuera de la esencia del Islam. La relación entre Estados Unidos y sus aliados con estos grupos extremistas de ideología enfrentada, pero descentralizados, con vida propia y autodeterminación, oscila entre dos puntas desde la negociación por mutuo beneficio y conveniencia temporal, hasta convertirse en enemigos a muerte, aunque en este caso la estrategia de Washington es encontrar la forma en que sigan siendo funcionales a sus intereses, aún en forma involuntaria.
Esta aparente paradoja, sirve para confundir a parte de la opinión pública mundial regida por las reglas sociales de la moral occidental, programada para no aceptar que en las relaciones exteriores de los países imperialistas y colonialistas no existe moral sino solo intereses. Como decía Raúl Scalabrini Ortiz '...Hacen de nuestra ignorancia el pedestal de su poder'. Como se verá, esto permitió al Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Chuck Hagel, declamar con liviandad '...Daesh (1) es más sofisticado y bien financiado que cualquier grupo que hayamos visto... Están más allá que un grupo terrorista. Abrazan una ideología, una sofisticación estratégica y táctica de valor militar. Están tremendamente bien financiados. Oh, esto está más allá de todo lo que hemos visto. Así que hay que prepararse para todo...'.
Comentario: ¡Exacto! La carencia de conciencia moral es lo que subyace todas las acciones de los gobernantes de estos países. Les mueven sus propios intereses de poder y su sed de sangre.
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Comentario: Los psicópatas de Washington y sus aliados sumisos están desesperados por no perder el poder global que se ganaron por medio de la fuerza, la manipulación constante de las masas a través de la propaganda y la creación del Caos por operaciones encubiertas. No sería sorprendente ver que realicen una operación de falsa bandera masiva que busque generar un estado de shock y justificar más acciones militares, más muertes, más destrucción.
¿Queremos seguir creyendo en sus mentiras? ¿Queremos seguir validando sus acciones a través de nuestro silencio?
Es tiempo de exponer sus crímenes y negarnos a que sigan realizándolos. También es tiempo de mostrar nuestro apoyo a quienes parecen tener consciencia y velar por la verdadera Paz, como dijo JFK: