La mancha negra ya ha llegado a la costa, en tanto que las autoridades advierten a la población y a los visitantes que se mantengan alejado de las playas de la Isla Norte. Centenares de voluntarios acuden a la zona para ayudar a los equipos profesionales en las labores de rescate de aves y otros animales afectados.
Los intentos de limpiar la superficie acuática fracasan, pues el viento no permite dispersar las sustancias que aceleran la desintegración del petróleo. Hasta ahora los especialistas han logrado sacar del agua tan solo 10 toneladas del combustible.
El carguero todavía lleva a bordo unas 1.600 toneladas más y el mayor temor de los especialistas es que la nave se rompa derramando toda la carga en el mar.