Cambios Planetarios
Los torrentes de agua causaron la muerte de por lo menos diez personas; arrasaron autos, mobiliario urbano y peatones, e inundaron la ciudad de Toowoomba, al oeste de Brisbane. Los servicios de emergencias rescataron a más de 40 personas de los techos de sus hogares, pero otras 78 continuaban desaparecidas, la mayoría en el valle del río Lockyer, que fue arrasado por una tromba de agua, que en algunos lugares alcanzó ocho metros de altura.
Las peores inundaciones en el estado de Queensland en 50 años han dejado 14 muertos en las últimas dos semanas, pero la policía advierte que el balance de víctimas fatales podría aumentar, ya que muchas personas se podrían haber ahogado tras quedar atrapadas en autos y hogares sumergidos.
El alto nivel de las aguas ha obligado ha evacuar a miles de habitantes en Brisbane, capital del estado de Queensland y la tercera ciudad más grande del país, que ha sido declarada en un 80%, zona de catastrófica. Se prevé que al menos 40.000 ciudadanos resultarán damnificados por la anegación, mientras que más de 100.000 quedarán para algún periodo sin suministro eléctrico.
La localidad de Ipswich donde residen 15.000 personas ha sido inundada casi por completo. Ya han resultado dañados más de 12.000 edificios, mientras que hasta el jueves pueden ser anegadas 20.000 casas más en las áreas bajas de Brisbane, según advirtió el alcalde de la ciudad, Campbell Newman.
De acuerdo con el Sistema de Monitoreo del volcán, los demás parámetros se mantienen sin cambios. El semáforo de alerta volcánica continúa en amarillo fase dos, es decir, normal.
Un reporte de radio informó que autoridades piden a la población que se mantenga alerta en las próximas horas, ya que se esperan que el volcán lance cenizas y explosiones de nivel bajo y moderado.
La última vez que el volcán registró actividad violenta fue en diciembre del año 2000.
Entre los fallecidos hay diez hombres --siete de los cuales perecieron en su domicilio y tres en la calle-- y seis mujeres --una de ellas murió en la vía pública y las cinco restantes en su casa--, ha señalado dicho órgano.
Con el fin de evitar nuevos decesos a causa de la ola invernal, la Secretaría de Salud ha recomendado a la población que se abrigue, que evite el cambio brusco de temperaturas y que consuma gran cantidad de líquidos, frutas y verduras con vitaminas A y C.
En la misma línea, ha recordado que en esta época del año son frecuentes las muertes por intoxicación de monóxido de carbono, procedente de estufas y otros aparatos eléctricos, por lo que instó a la ciudadanía a hacer un uso responsable de los mismos.
El gobernador de la provincia de La Convención, en la región de Cuzco, Oscar Rodríguez Monterroso, informó a Radio Programas del Perú (RPP) que diez kilómetros de la carretera que comunica el poblado de Kepashiato con el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE) está cubierto de lodo y piedras por los deslizamientos de las últimas horas.
"Hay comerciantes y personas que realizan trámites y turistas nacionales que visitan el santuario arqueológico de Machu Picchu por esta zona y que, al quedarse varados, han tenido que caminar por varias horas", reportó la autoridad. El año pasado, la ciudadela de Machu Picchu se vio afectada por el desborde del río Vilcanota y tuvo que cerrar su atención al público por dos meses para poder reparar la vía del tren dañada por las inundaciones.
Este fenómeno meteorológico ha dejado a miles de personas sin electricidad en Mississipi y en el norte de Georgia. También los estados de Tennessee, Carolina del Norte y del Sur, Arkansas y Alabama se han visto afectados por las inclemencias del tiempo.
Por su parte, las autoridades del país trabajan para restablecer los servicios afectados. Mientras que los meteorólogos pronostican que el mal tiempo continuará este martes, por lo que en muchas regiones se ha declarado el estado de emergencia, y se han cerrado escuelas y las oficinas gubernamentales.
La mayoría de los vecinos han sido trasladados a un albergue de esta localidad, aunque algunos han preferido instalarse en las casas de sus familiares de forma provisional. El fuego ha consumido ya tres viviendas y ha herido a varios canguros, que han tenido que ser atendidos con quemaduras en un centro veterinario cercano.
Unos 150 bomberos trabajan para controlar el incendio, tarea difícil debido a las rachas de viento de hasta 50 kilómetros por hora que avivan las llamas. "Hemos logrado establecer una línea de seguridad en torno al fuego, pero el viento es nuestro enemigo", dijo Mike Venn, el coordinador del equipo.
El organismo señaló que desde hace más de un mes llueve intensamente, por lo que la ciudad de Divinolandia Minas, golpeada por las inundaciones, Bas-Saint Gerard, afectada por fuertes vientos, y Espíritu Santo de Oro, por deslizamientos de tierra, se sumaran a las zonas afectadas en ese estado, al sureste brasileño.
Los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro y Espíritu Santo también han resultado perjudicados por las precipitaciones.
Este domingo, en el estado Sao Paulo se registraron 11 muertes, y 57 ciudades, incluida la capital del mismo nombre, en estado de emergencia. Al menos seis mil 443 personas abandonaron sus hogares en ese estado habitado por 40 millones de ciudadanos.
En Río de Janeiro casi 70 mil personas fueron afectadas por las fuertes precipitaciones. 117 favelas (barrios pobres) están en estado de alerta, siendo la ciudad de Teresopolis la más afectada, informó Defensa Civil.
Por su parte, en el estado de Espíritu Santo resultaron afectados 16 mil personas, mientras que 63 ciudades fueron declaradas en emergencia.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro se ha registrado a unos 129 kilómetros al nor-noroeste de la ciudad de Concepción, ubicada en la región de Biobío, a una profundidad de 25 kilómetros. El seísmo se localizó a unos 25 kilómetros de profundidad.
"No ha habido reportes de heridos o daños a la infraestructura", informó una portavoz de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI). "Se ha descartado un tsunami", agregó.
"La contaminación tóxica de las granjas y localidades inundadas a lo largo de la costa de Queensland tendrá un impacto desastroso sobre los corales del Gran Arrecife de Coral y tendrá probablemente un impacto significativo en los dugongos, las tortugas y otra fauna marina", ha indicado el World Wild Life Fund (WWF) en un comunicado.