El fenómeno meteorológico conocido como Calle de los Vórtices de Kárman guarda una hermosura proporcional a su implacable capacidad destructiva.
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Entre las múltiples lecciones que la naturaleza tiene para nosotros existen situaciones en las que, eludiendo cualquier precepto de su contraparte artificial, la cultura, da vida a una especie de sublime oxímoron, asociando dos pilares arquetípicos, fundamentales para nuestra noción de realidad: la destrucción y la belleza.
Si bien ambos conceptos son, culturalmente hablando, opuestos, lo cierto es que en un contexto natural, y admirándolos con objetividad estética, se presentan con frecuencia. Para confirmar esto basta observar la espectacular hermosura de fenómenos como los tornados o las erupciones volcánicas. Pero si tuviésemos que elegir la muestra más radical de esta combinación, es decir un fenómeno altamente destructivo y a la vez profundamente hermoso, tal vez el más prístino representante serían los Vórtices de Karman.
Comentario: Está claro que los engaños y las estafas están a la orden del día en lo que respecta al cuestionado "calentamiento global antropogénico" y al evidente cambio climático que es posible notar sin mucho esfuerzo día a día. La realidad es que hay un pequeño grupo de sujetos que saca verdadera ventaja en medio de esta confusión. Manipular a la sociedad y dividirla en los que están a favor y los que están en contra haciendo que haya pequeños trozos de verdad en ambos lados es una estrategia muy simple y al mismo tiempo efectiva. Apenas deja lugar a posiciones diferentes, más objetivas y cercanas a la verdad.
Para conocer una de estas posiciones le sugerimos la lectaura de la serie de artículos "Cometas y Catástrofes". Al final de cada artículo encontrará un vínculo al siguiente de la serie.