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Aumentan las pruebas de que el bisfenol A contribuye al cáncer de mama. A los cultivos in vitro y a los modelos en ratones se le suma una estudio reciente en primates. Muestro mundo moderno es muy diferente de la sabana africana que nos vio nacer como especie. Como animales que somos tenemos mecanismos biológicos que fomentan nuestro egoísmo, nos hacen acumular sobrepeso, o nos facilitan que pensemos en tonterías como el más allá. Pero como especie social también tenemos sistemas que fomentan la cooperación entre nosotros. Sentimos el dolor ajeno de otros seres humanos y estamos precondicionados para castigar a los humanos aprovechados que parasitan la sociedad.
Lo malo del mundo moderno es que, a veces, las unidades que componen la sociedad no sólo son seres humanos, sino otras instituciones más grandes como empresas, compañías o partidos políticos.
Una compañía no se comporta como cabría esperar de un ser humano y no detendrá ciertas acciones aunque con ello lleve el sufrimiento y la muerte a seres humanos. Su cotización en bolsa o sus beneficios están por encima del bien de la población. Esto puede beneficiar la economía global, pero no necesariamente a las personas.
Podemos creer que la incidencia del cáncer en el mundo moderno es algo natural. Incluso
tratan de convencernos de que, como ahora vivimos más, necesariamente hay más casos cáncer en la vejez. Simplemente la evolución no tiene manera de evitar una causa de muerte que se dé tiempo después de que te hayas reproducido. Pero esto entra en contradicción con la lógica aplastante de que muchos casos de cáncer no se dan en la vejez, sino a edades muy tempranas, en la juventud o a comienzos de la edad adulta. Algunas veces es por nuestra culpa, pues fumamos o tenemos hábitos que son claramente perjudiciales. Quizás sea planteable hacer pagar a los fumadores el coste de su tratamiento ahora que parece estar tan de moda el copago sanitario. Puede ser un buen incentivo para que dejen de fumar de una vez.
También podemos ser absolutamente ingenuos y pensar que todos los miles de productos químicos que hemos introducido en nuestras vidas son inocuos, como los pesticidas, plásticos variados, conservantes, etc. No hará falta mucho esfuerzo para encontrar a quienes apoyen esta tesis.
Esta historia comienza cuando unos investigadores estudiaban un problema hormonal con unos cultivos de laboratorio. Se estaban volviendo locos porque no eran capaces de explicar los resultados que obtenía. Al final se dieron cuenta de que los tubos de ensayos que estaban usando estaban hechos de un plástico que interfería con sus resultados.
Al parecer algunos componentes de los plásticos imitan el comportamiento de ciertas hormonas humanas.
Comentario: Aunque el artículo presenta información muy útil sobre estas tóxicas sustancias que nos rodean a diario, es necesario aclarar que, a diferencia de lo que dice el autor,
SOTT no considera que pensar en el más allá sea una tontería.
Además, como hemos ya expuesto en repetidas ocaciones, SOTT no se adhiere a la crencia general de que el tabaco produce cancer, aunque sí es cierto que muchos de los aditivos que tienen los cigarrillos de consumo generalizado (metales pesados y otros) pueden ocacionar cancer y otras enfermedades. Al respecto SOTT ya se ha expresado en artículos como
¡Vamos Todos a Encenderlo! y
Pestilencia, la Gran Peste y la Cura del Tabaco.
Comentario: Aunque el artículo presenta información muy útil sobre estas tóxicas sustancias que nos rodean a diario, es necesario aclarar que, a diferencia de lo que dice el autor, SOTT no considera que pensar en el más allá sea una tontería.
Además, como hemos ya expuesto en repetidas ocaciones, SOTT no se adhiere a la crencia general de que el tabaco produce cancer, aunque sí es cierto que muchos de los aditivos que tienen los cigarrillos de consumo generalizado (metales pesados y otros) pueden ocacionar cancer y otras enfermedades. Al respecto SOTT ya se ha expresado en artículos como ¡Vamos Todos a Encenderlo! y Pestilencia, la Gran Peste y la Cura del Tabaco.