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Cuando preguntas ¿Para que usarías vitamina C?, lo normal es que siempre nombren el resfriado. Pero la vitamina C es mucho más que eso, no solo ayuda a fortalecer el sistema inmunitario sino que tiene importancia en otras funciones de tu organismo.

La vitamina C es un desintoxicante que ayuda en la eliminación de metales pesados, promueve la curación celular neutralizando los radicales libres e incluso ayuda a manejar el estrés, nos protege de los daños que a diario nos causan radiaciones y contaminación y las bacterias presentes en nuestra flora intestinal la usan para defenderse de ataques de otras bacterias no tan beneficiosas.

Nuestro cuerpo no fabrica vitamina C como sí hacen la mayoría de animales, nosotros tenemos que consumirla y es habitual vivir con una deficiencia crónica de esta vitamina, algo muy importante sobre todo en el caso de niños y adolescentes en periodos de crecimiento.

Si hacemos caso de las recomendaciones con tomar entre 60 a 90 mg diarios estaríamos protegidos ante deficiencias pero prevenir una deficiencia no es tener salud, poniendo un ejemplo es como hacer un largo viaje en carretera y llevar el coche con el depósito un poco por encima del nivel de reserva, lo justo para llegar a la siguiente gasolinera a repostar, así que viendo esa recomendación como un mínimo es fácil darse cuenta que hay que adecuar esa dosis según sea la necesidad.

Si nos fijamos en los animales que pueden sintetizar su propia vitamina C, y haciendo una proporción podremos tener una idea de qué cantidad necesitamos. Los animales que la producen están en un promedio de 30 mg por kilo de peso, si ponemos una persona de 75 kilos, esta debería consumir 2,2 gramos de vitamina C, además en situaciones de estrés, heridas o enfermedad pueden producir hasta 10 veces más.

La cantidad que necesitamos los humanos puede ser más difícil de cuantificar, depende de la dieta, edad, nivel de estrés, exposición a contaminantes, medicación, etc. Una cantidad genérica podría ser alrededor de los 2 gramos al día para una persona sana y estando enfermos subir hasta un mínimo de 3 a 10 gramos.

Si no quieres suplementar y prefieres consumir esa vitamina C con tu alimentación esta vitamina C es mucho más potente y barata pero debes saber que parte de la vitamina C se destruye con el procesamiento del alimento, por ello hay que intentar consumirla en alimentos crudos como pimientos, perejil, tomate, escaramujo..etc.

Si prefieres suplementar, la gran mayoría de esta vitamina C se obtiene del procesamiento de maíz transgénico, hay que detenerse buscando una marca que no trabaje con transgénicos y lo especifique así en su etiqueta. En caso que no quieras consumir productos derivados del maíz el precio va a incrementarse exponencialmente y tristemente pueden llegar a ser suplementos prohibitivos.

Es fácil saber si te estás pasando con la dosis de vitamina C y en caso que tomes más de 2000mg al día durante mucho tiempo puedes presentar diarrea, gases y dolor estomacal, pero lo solucionamos reduciendo la dosis hasta que no tengamos esa sintomatología.

La vitamina C no es tóxica y no es acumulativa. Sobre el papel puede parecer que la vitamina C es el ideal de salud, pero cada persona tiene en su cuerpo su propio laboratorio donde cada sustancia está relacionada con otras con las que interactúa y depende de muchos factores, no siempre nos alimentamos igual, la dieta en verano suele ser más alta en vitamina C que en invierno con lo que la dosis debe variar, en personas que presentan deficiencia de cobre un exceso de vitamina C puede ser contraproducente y personas que presentan altos o bajos niveles de hierro deben saber que la vitamina C ayuda a la absorción del hierro.

Atención especial merecen embarazadas que suplementen más de 6ooo mg diarios cuyos hijos al nacer pueden presentar enfermedades relacionadas con deficiencias de Vitamina C, porque al nacer dejan de percibirla repentinamente.

Queda mucho que decir de esta vitamina, y como podemos usarla, pero según nuestra salud y tipo de vida que llevemos, 1000mg al día puede ser suficiente y aumentar a 2000mg si la dieta no nos aporta la cantidad necesaria. Usarla a modo de cura si presentamos colesterol alto o en casos de diabetes donde puede ayudar a curar los daños que en los tejidos provocan las hiperglucemias.

En resumen:

- Si estás sano y te alimentas bien 1000mg al día es más que suficiente.

- Si estás en períodos de exceso de trabajo, no comes como debieras, te rodean "griposos" amenazándote con sus virus y bacterias, no duermes lo suficiente o simplemente te notas agotado: 2000mg hasta que cambies de situación.

- Si estás enfermo, cualquier tipo de enfermedad, ya sea crónica o temporal aumenta la dosis hasta un mínimo de 3ooomg y el máximo que puedas tolerar y te haga sentir cómodo, siempre pendiente de los demás niveles de vitaminas y minerales en especial de cobre y hierro.

- Para estómagos sensibles, usa una fórmula efervescente, o añade bicarbonato, así será mucho más suave.