© Desconocido“El mundo está lleno de cosas obvias que nadie observa, ni por casualidad.” Sherlock Holmes
Estoy enferma y cansada de la cultura contra el tabaco que se ha apoderado del mundo entero. He tenido suficiente de escuchar "¡no fume, es malo para usted!" La ignorancia que traiciona tales observaciones es absolutamente abismal, sobre todo viniendo de personas que deberían saber mejor. Así que para todos aquellos que me han preguntado ¿por qué fumo realmente? Voy a explicar mis razones en este artículo.
Los activistas antitabaco me han parecido ser del tipo intolerante, juiciosos
seguidores autoritarios. Ellos creen y repiten como loros frases pegadizas cargadas emocionalmente, tomadas directamente de las propagandas gubernamentales contra el tabaquismo. Los médicos y no fumadores por igual son culpables de esto. Se sienten correctos al proveer de tales "consejos" y sin embargo no se dan cuenta de lo enfermos que se ven ellos mismos; y se olvidan de que, en muchos casos, sus propios problemas de salud fueron cuesta abajo cuando dejaron de fumar. Gracias a un pensamiento bastante serpentino, si son algún día diagnosticados con una enfermedad grave, más tarde culparán a sus "años de fumadores", pasando por alto a los verdaderos culpables de las enfermedades de hoy en día: dietas chatarra con alto contenido de hidratos de carbono y la toxicidad a escala industrial que ha inundado a nuestro medio ambiente.
Sí, los cambios en la dieta, sobre todo desde la introducción de la agricultura mecanizada, la Revolución Industrial y la llegada de la Edad Moderna "iluminada", han destruido sistemáticamente nuestra salud. El desajuste entre nuestra fisiología antigua - que prosperó con poco o nada de alimentos de origen vegetal comestibles - y nuestra dieta actual está en la raíz de muchas de las llamadas enfermedades de la civilización: la enfermedad coronaria, la obesidad, la hipertensión, la diabetes de tipo 2, cáncer, enfermedades autoinmunes, osteoporosis, etc, pero yo no estoy aquí para hablar de eso. Pueden leer más sobre ello
aquí. Mi objetivo es defender los derechos de las personas que deciden fumar. Tal vez le sorprenda saber que, mientras que el porcentaje de la población que fuma se ha reducido en los últimos años (debido a la propaganda del gobierno), la incidencia de la enfermedad cardíaca no ha disminuido. La razón, ¡shock! ¡horror!, es que ¡fumar no es el verdadero problema, para empezar!