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El principal componente que han hallado es el mineral hematites, con tres tamaños granulares: inferior a una micra, a 10 micras y a 30 micras.

"Resulta sorprendente que el tamaño del grano de pigmento encontrado en algunas pinturas de la cueva de Tito Bustillo sea similar al usado hoy en día", explicó Antonio Hernanz, investigador del Departamento de Ciencias y Técnicas Fisicoquímicas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y autor principal del estudio.

Científicos de la UNED, de la Universidad de Castilla la Mancha y de la Universidad de Alcalá de Henares han analizado la composición de diferentes pinturas rupestres paleolíticas localizadas en las cuevas asturianas de Tito Bustillo y El Buxu.

El principal componente que han hallado es el mineral hematites, con tres tamaños granulares: inferior a una micra, a 10 micras y a 30 micras. "Son tamaños muy pequeños, y cuanto más fino es el grano, mayor es el poder de la pintura para cubrir una superficie", indica Hernanz.

El estudio, publicado en la revista Journal of Raman Spectroscopy, revela que las representaciones más antiguas (pertenecientes a la cultura auriñaciense, y con una antigüedad estimada de unos 30.000 años) tienen un grano más pequeño que el resto, inferior a una micra. Este tamaño sugiere que "en las pinturas más antiguas se ha usado una técnica más elaborada para preparar el pigmento", añade el investigador.

El estudio ha sido posible gracias a la utilización de diferentes técnicas microscópicas y espectroscópicas. Así se obtienen, además de imágenes de las micropartículas que constituyen los materiales pictóricos, conjuntos de señales (espectros) que permiten identificar su composición química y mineralógica.

Con estas herramientas, los expertos han podido confirmar que el color rojo de las pinturas fue producido con hematites, un mineral constituido por una de las formas de óxido de hierro. También hallaron hidroxiapatito, otro mineral del que están compuestos los huesos, lo que sugiere que a la pintura se añadieron pequeñas cantidades de huesos calcinados, relacionado quizá con algún tipo de ritual.

Los motivos más oscuros se consiguieron sumando a la pintura pigmentos como el mineral wüstita (otro óxido de hierro), carbón vegetal y compuestos de manganeso. Como materiales de carga (complementarios), los artistas del Paleolítico usaron calcita, cuarzo y minerales arcillosos. También se encontró anatasa (un óxido de titanio) en dos de las pictografías.

Se da la circunstancia de que en la cueva de Tito Bustillo existe un yacimiento de ocre, un material arcilloso rico en hematites. Sin embargo, según el estudio, este ocre no se utilizó para realizar las pinturas. "Se debieron usar otras vetas o yacimientos de pigmento rojo distintos a los que afloran en la propia cueva", sugiere el investigador de la UNED.