Pobladores del proyecto habitacional Ciudad del Ángel no duermen por temor a que la tierra se los trague, ya que escuchan a las paredes como si les hablaran cada vez que se remecen.
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Las 180 familias viven en la zona bajo la incertidumbre de que en cualquier momento sus viviendas se podrían desplomar como piezas de dominó debido a la vulnerabilidad del terreno.

Algunas personas manifestaron que no se van porque no tienen dónde ir, unos que no tienen ni cómo pagar un alquiler ya que todos sus ahorros los invirtieron para gastos de adquisición de la casa y otros tienen la esperanza que la empresa contratista les devuelva el dinero.

Demandaron ayuda de las autoridades competentes ya que, según ellos, personal de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna) y la empresa constructora Bienes y Raíces Arias tienen culpabilidad en la problemática de que se estén cayendo las viviendas.

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A la AMDC le señalan por dejar construir en el terreno donde desde 1985 se detectó que hay una falla geológica y existe un informe de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) declarando la zona inhabitable, pero "como en este país todo es posible, prácticamente nos estafaron, poniendo en riesgo nuestras vidas", lamentó acongojado Arturo López, uno de los afectados.

Agregó que a la Serna le cuestionan por aprobar que se podía ejecutar la construcción donde levantaron una investigación positiva ambiental del terreno y "eso es corrupción en complicidad con el banco donde pagamos la cuota mensual que varía desde 9,500 hasta 15,000 lempiras", apuntó.

A otros vecinos les fue peor porque pagaron al contado las casas y hace dos años están luchando para que les devuelvan el dinero, pero hasta el momento los responsables del proyecto ni se asoman, pese a que el martes pasado se derrumbaron cuatro viviendas, aseguró.
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Alarmados y Tristes

Desde hace dos años, los vecinos sintieron que las casas empezaron a temblar, al igual los techos y patios, mientras que en las paredes de un día para otro aparecían fisuras como resultado de una falla geológica que cruza por el sector.

En ese entonces, dos viviendas fueron las afectadas en su totalidad, mientras que en las demás se resquebrajan las paredes y suelo y ya se derrumbaron otras cuatro casas producto de las grietas que se han formado con el paso de los años.

Por suerte, las familias habían evacuado desde hace un mes, ya que tenían miedo, no podían dormir, porque cada día miraban que se caían los pedazos de paredes y no les quedó de otra que abandonar el inmueble que con sacrificio adquirieron.

Los pobladores están alarmados y tristes porque no saben qué hacer, ya que están endeudados "hasta la coronilla" con los bancos y en sus trabajos y lo peor de todo es que el personal de Copeco les advierte que deben desalojar.
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"Para dónde nos vamos a ir, si todos los ahorros están aquí, el dinero por el que he trabajado toda mi vida; es terrible que nos digan que nos vayamos, al menos que nos aseguren que devolverán el dinero o que nos van a quitar la deuda con el banco", planteó Ezequiel Solórzano, otro de los afectados.
Estaban Ilusionados

La pareja de jubilados María del Carmen Barrientos y su esposo Carlos Rivera se enamoraron del proyecto en el cual pretendían pasar el resto de sus años y gozando de su vejez tranquilamente y en una zona agradable, pero la ilusión les duró poco, ya que su casa fue la primera que se derrumbó hace dos años.
"Hace cinco años que adquirimos la casa bonita, nos encantó el diseño para vivir el resto de nuestra vida y vendimos la casa de campo que teníamos para comprar esta, pero desgraciadamente al poco tiempo escuchábamos claramente en las noches cómo tronaba el piso, las canaletas y el patio, esto nos incomodó", contó Barrientos.

"Y me acuerdo que en junio de 2011 nos visitó un gran amigo que es arquitecto y nos dijo que nos fuéramos porque el proyecto realmente era un desastre y que en cualquier momento se iba a caer, ahora mi viejito y yo estamos viviendo donde mi hija, en la Miraflores", añadió.
La problemática se presentó con el paso de varios meses, en las paredes aparecían fisuras, el piso de cerámica se comenzó a levantar, las puertas se desplomaron y las calles vehiculares presentaron severas grietas.

A lo anterior se sumaron las constantes filtraciones de agua, fallas en los sistemas eléctricos y enorme contaminación como resultado de la fugas de aguas negras.

Los Reclamos

Los vecinos presentaron sus reclamos a los propietarios de la sociedad mercantil denominada Bienes y Raíces Arias, de origen guatemalteco, quienes fueron los encargados de ejecutar la obra, pero hasta el momento no se asoman.

Además, acudieron a audiencias en la Dirección de Protección al Consumidor de la Secretaría de Industria y Comercio (SIC), donde demandaban un informe, pero los de la empresa encargada alegaban que no se habían hecho estudios geológicos y por eso no podían resolver nada.
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A los pocos minutos que recientemente se cayeron las cuatro casas, sumando ya seis, se hizo presente al lugar el titular de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Lisandro Rosales, en compañía del personal técnico de la institución.
"De 200 viviendas solo 180 están habitadas, este es un problema al que se le ha dado seguimiento hace más de un año", indicó.
Agregó que la mayoría de las casas presentan un elevado índice de afectación por la falla geológica que existe, en vista de que el terreno no es apto para ningún tipo de construcción.
"Para estabilizar el suelo hay que construir obras de mitigación que podrían triplicar el costo total de la urbanización, pero todos los inmuebles tienen severos daños", señaló.

"La residencial Ciudad del Ángel está situada al pie de este escudo y según muestra una antigua imagen satelital, en el área de construcción existían pequeñas lagunas dentro de depresiones circulares que fueron cubiertas durante los trabajos de terracería y lotificación", detalló.
Con base en esos estudios, hace más de un año Copeco confirmó que la residencial fue afectada por factores detonantes como la fracturación de rocas, pendientes fuertes, infiltración de aguas lluvias y presencia de aguas subterráneas.

También afectó la construcción de viviendas al pie del cerro y en zona de fallas y cortes de taludes, que son suelos frágiles y lo mejor es tomar las medidas de prevención necesarias.