Eres más raro que un perro verde. El refrán implica dos cosas: que ver a un can de ese color es algo excepcional pero que, sin embargo, a veces ocurre. Y eso es lo que ha pasado en Laguna de Duero (Valladolid), donde nacieron dos cachorros de podenco completamente verdes.
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© EFE/ Aída Vallelado
El hecho extraordinario pero no imposible tuvo lugar la semana pasada cuando, en el criadero de perros de caza Rehala Los Basares de la localidad vallisoletana, una perra podenco-grifón llamada Micaela daba a luz a cinco cachorritos. Tres eran de color blanco pero los otros dos habían nacido de un verde fosforito que parecía pintado.


Sin embargo, tal y como contaba su dueña, Aida Vallelado a la web local Laguna al día, trataron de limpiarlos, pero por mucho que frotaban "no se iba el color". Por eso, Vallelado llamó a su veterinario, que reconoce que nunca había visto un caso así. "No se trata ni de una mutación genética ni de simples manchas: nacieron verdes, ya con esa pigmentación", explica Daniel Valverde, veterinario de la clínica Colmillos y Zarpas, en el pueblo vecino de Cuéllar. Y por pigmentación se refiere que tanto el pelo como la piel son verdes y "sus órganos internos también", añade.

Uno de los perritos murió al poco de nacer. Tanto éste como su hermano de color nacieron más pequeños y eran más débiles que los otros tres. Valverde está convencido de que lo mismo que les hizo verdes los debilitó.

El veterinario, que no ha encontrado referencias científicas a algo parecido ni siquiera en internet, se puso en contacto con colegas del departamento de reproducción animal de la facultad de veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, a los que ha enviado muestras tanto del cachorro muerto como del que sigue con vida.

"Estoy convencido de que el verde de los perros está provocado por la biliverdina", dice el veterinario. Esta sustancia generada en el hígado es un subproducto de la descomposición de la hemoglobina de la sangre. En los humanos es, por ejemplo, la responsable del tono verdoso en la fase intermedia de un moratón.

La biliverdina está presente en la placenta en la que van creciendo las crías. De hecho es un desecho de las propias heces de los animalitos. Pero en condiciones normales nunca pasa de ahí. En el caso de estos dos animales, ya sea por ingestión o por asimilación, el pigmento acabó en su organismo.

"Lo que no sabemos es si se ha debido a una infección vírica o bacteriana de la propia madre", plantea Valverde. En eso es lo que están trabajando sus colegas de la Complutense. Así podrán explicar también porqué los otros tres cachorros de la camada no son verdes.

Trébol, como han llamado al perro verde superviviente, va poco a poco ganando peso y mejorando su estado de salud. Y a medida que mejora, está perdiendo su característico color, lo que refuerza la tesis del veterinario de que se trata de una intoxicación provocada por la biliverdina.

Aunque el caso de Laguna de Duero es raro, no es único. Ya en 2010 hubo otro perro verde en Brasil y hace dos años, en Reino Unido, aparecía otra cría de labrador. En ambos casos los nombraron Hulk, por la bestia verde de los cómics.