Sarkozy G-20
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Francia expuso hoy sus proyecciones al frente de Grupo de los 20 (G-20) con acento en reducir los desequilibrios globales, pero con señales de alerta roja ante una eventual crisis alimentaria mundial.

En una conferencia de prensa en el Palacio del Elíseo y ante 300 diplomáticos, el presidente de la República, Nicolás Sarkozy, hizo un resumen sucinto de las ideas francesas para dirigir el G-20 hasta noviembre y el semestre con el G-8.

Sarkozy hizo énfasis en los avances para la regulación de los mercados de dinero, aunque se quejó del problema con las materias primas.

"Si no hacemos nada, corremos el riesgo de que surjan disturbios por alimentos en los países más pobres, con un efecto muy desfavorable sobre el crecimiento económico global", recalcó en su tercer encuentro con los medios desde que asumió su mandato en 2007.

Al respecto subrayó que si llegara el día de los disturbios, será una enorme carga y preocupación para el G-20.

De tal modo, indicó que sus tres prioridades al frente de la concertación abarcan una respuesta a la volatilidad de los precios de las materias primas, explorar cambios en el sistema monetario internacional y reformar el gobierno económico mundial.

A tales efectos, sostuvo una cumbre bilateral con el presidente de China, Hu Jintao, el pasado año en Francia, y recientemente rindió una visita a Washington para conversar con su homólogo estadounidense Barack Obama.

Si bien Sarkozy no detalló los puntos de vista de París en torno a una entidad de mayor protagonismo en el sensible asunto de los alimentos días, atrás el Elíseo deslizó su deseo de contar con la FAO.

El viernes último al reunirse con el gobernante español, José Luis Rodríguez Zapatero, Francia pareció dar el espaldarazo al ex canciller Miguel Angel Moratinos para dirigir la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Sarkozy reiteró este lunes la necesidad de poner en marcha instrumentos para controlar el alza de los precios de las materias primas y así salirle al paso a la especulación con los alimentos, que se acercan a los niveles negativos de 2008.

El trigo, el maíz y los cereales en líneas generales están tocando fondo en el mercado internacional lo que genera expectativas de disturbios sociales, ante lo cual no podemos cruzarnos de brazos, puntualizó.

Igualmente volvió a favor de impedir a toda costa una guerra de monedas, pero fue más cauteloso respecto al dólar norteamericano, al precisar que su país no pretende cuestionar su "papel eminente" ni establecer control de capitales.