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Más de 990 mil hectáreas de cultivos como maíz, sorgo, frijoles y cítricos se encuentran seriamente afectados por una ola de frío que desde hace varios días azota la región norte de México.
Según Sergio Guajardo Maldonado, presidente de la Comisión de Desarrollo Rural del Congreso del estado de Tamaulipas, este año no será muy halagüeño pues existe la posibilidad de que los perjuicios aumenten y, con ello, la pobreza y carencias entre los productores agrícolas.

Las inusuales heladas y bajas temperaturas, consideradas por las autoridades locales las más severas en medio siglo, causaron destrucciones parciales y totales fundamentalmente en tres estados del país: Sinaloa, Tamaulipas y Sonora, donde las autoridades solicitaron la declaración de zonas de emergencia.

Adalberto Mustieles, funcionario de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, calificó los daños de los más graves de la historia, sobre todo en el maíz, cuya superficie de 496 mil hectáreas de cultivos representa casi cinco millones de toneladas del grano para elaborar tortillas.

A esto se une la falta de una política sólida de apoyo al campo y de estímulos económicos para el campesino por parte del gobierno federal, lo que ha provocado la estampida de cientos de pequeños agricultores de estas faenas, precisan algunos especialistas.

Laura Juárez Sánchez, investigadora de la Universidad Obrera de México, indicó que el desmantelamiento del aparato alimentario es otro problema que agrava la actual situación provocada por el frío, en tanto la economía campesina perdió su protagonismo estratégico en el desarrollo nacional y en la generación de empleos.

Indicó que esta falta de control estatal del sector se refleja hoy en la ausencia de un precio fijo en los alimentos y en la pérdida del control del mercado externo de los comestibles en cuanto a la exportación e importación.