Es sintomático que todas estas 'señoras entrañables' entraditas en edad, o 'cercanas' algo más jóvenes (y no importa si hablamos de unas como
Ana Rosa Quintanao María Teresa Campos, o de otras como
Susanna Griso,
todas ellas estrellas mediáticas de la actual insignificancia cultural), tengan en común su tendencia al
clasismo más retrógrado y reaccionario. Y que al mismo tiempo ejerzan con relativo éxito de espejo y ejemplo para la sociedad a la que se dirigen. Esa sociedad mucho más próxima socioeconómicamente a la asistenta o al jornalero que a estas multimillonarias soberbias
con disfraz de gente del pueblo.© GoogleMaría Teresa Campos, la que produce "vergüenza ajena".
Tampoco es demasiado sorprendente que triunfen realitys televisivos sobre la vida de los millonarios y famosos,
sobre la sumisión a la jerarquía en el trabajo, los fenómenos paraanormales y los misterios infantiles (con los que hay de verdad), o la 'esforzada' lucha por el éxito en programas que recuerdan mucho al cuento de la lechera, pero siempre con 'final feliz' y entretanto religioso. Todo sea por manipular y volver más imbécil al personal.
A ese público que escapa de su realidad o vive por los ojos la vida que nunca tendrá.
Lo más fastidiado de todo es que esta pobre señora, por necesidad, probablemente no tenga más remedio que tragarse su dignidad en lugar de enganchar a su 'ama' por la pechera y decirle que ¿quién mierda se ha creído que es para tratar así a un semejante? Pero es lo que hay y el modelo social que provee con su voto y su mentalidad precisamente el espectador de estas basuras.
Comentario: Se muestran en la tele con su soberbia y su complejo de superioridad. La televisión como espejo de lo que tiene que ser, no de la realidad de todos los días, la realidad de los desahucios y los suicidios, del hambre, de las escuelas que no tienen calefacción en invierno. La televisión española en su gran mayoría es un paisaje falso hecho a la medida de los que mandan: vemos la realidad de esta elite que vive en una nube y que parece decirnos: este es nuestro paraíso, no el vuestro. Aquí reinamos con nuestras sirvientas y nuestras cenas entre amigas. Como en el tiempo de la España negra y profunda, paisaje desolador de injusticia y desigualdades, de ricos y muy pobres. Ah eso sí, estas elites fanfarronas tienen que mostrarse al público "soportando" a los esclavos. Esto es España y su tele, hasta ahora.
Comentario: Se muestran en la tele con su soberbia y su complejo de superioridad. La televisión como espejo de lo que tiene que ser, no de la realidad de todos los días, la realidad de los desahucios y los suicidios, del hambre, de las escuelas que no tienen calefacción en invierno. La televisión española en su gran mayoría es un paisaje falso hecho a la medida de los que mandan: vemos la realidad de esta elite que vive en una nube y que parece decirnos: este es nuestro paraíso, no el vuestro. Aquí reinamos con nuestras sirvientas y nuestras cenas entre amigas. Como en el tiempo de la España negra y profunda, paisaje desolador de injusticia y desigualdades, de ricos y muy pobres. Ah eso sí, estas elites fanfarronas tienen que mostrarse al público "soportando" a los esclavos. Esto es España y su tele, hasta ahora.