"Sencillamente, fue alucinante pensar que la había encontrado. Fue un milagro", cuenta el corredor.

El maratonista australiano, Dion Lenard, residente de Escocia, ha regresado a China para recoger a una perra callejera que lo acompañó durante la ultramaratón de 250 kilómetros a través del desierto de Gobi, en China, en el sistema montañoso de Tian Shan.
gobi lenard dog perro
© crowdfunder.co.uk / bring-gobi-home
La historia de Gobi y Lenard empezó al término del primer día del maratón, cuando el corredor acarició a la perra, momento a partir del cual, relata el maratonista, Gobi lo acompañaba todas las jornadas sin despegarse de él.


Comentario: Tal vez este es el mejor ejemplo de la importancia y lo valioso que es el contacto sincero. A veces una caricia es todo lo que se necesita para sembrar la aceptación incondicional.


Una vez terminado el maratón, Dion tuvo que volver a Edimburgo, pero antes quiso dejar a Gobi con un amigo en China, mientras él, desde Reino Unido, organizaba los trámites para poder adoptarla y traerla de China. Sin embargo, a principios de esta semana Gobi se escapó y desapareció en la ciudad de Urimqi.
gobi lenard perro dog
© crowdfunder.co.uk / bring-gobi-home
Para llevarse consigo a la perra, Lenard organizó una campaña llamada 'Bring Gobi Home' (llevar a Gobi a la casa), cuyo objetivo era reunir los 5.000 euros necesarios para completar todos los trámites necesarios para sacar al perrito de China. Conmovidos por esta historia entrañable, mucha gente se involucró en su búsqueda y colaboraron con donaciones, recaudándose más de 22.000 de euros. Durante la búsqueda varios voluntarios caminaron por las calles repartiendo fotos y poniendo carteles de recompensa en chino y uygur. También publicaron anuncios en un periódico local y en las redes sociales.


Este miércoles un hombre comunicó al maratonista que había recogido a un pequeño perro perdido en un parque y le envió fotos. Sin embargo, debido a la mala calidad de la imágenes, Dion decidió acudir a la cita.

"Al entrar en la habitación, donde había una decena de personas, yo pensaba que no sería Gobi. Pero entonces ella me vio y empezó a correr hacia mí", dijo Dion. La perra empezó a jugar con Dion y a dar ladridos de alegría. "Sencillamente, fue alucinante pensar que la había encontrado. Fue un milagro".


"Me quedaré aquí todo el tiempo que haga falta para asegurarme de que todo está en su lugar", ha afirmado Lenard a BBC. Por ahora Dion no puede llevar a Gobi consigo hasta que se concluyen los trámites. "La visitaré cuando me dejen y espero estar con ella en casa para Navidad", asegura el corredor.