Este domingo han ascendido a 342 los muertos y a más de 600 los heridos en unas devastadoras inundaciones que han afectado a varias partes del país, donde autoridades y organizaciones no gubernamentales trabajan a contrarreloj para repartir ayuda.
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© Bloomberg
La mayoría de las víctimas mortales se concentran en la provincia norteña de Baghlan, con 315 fallecidos en distintas zonas de la región, según ha afirmado el Ministerio de Refugiados y Repatriación en un comunicado.

En medio del caos desatado por días de lluvias incesantes y unas inundaciones que sepultaron poblados enteros y destruyeron infraestructuras clave, como puentes y carreteras, el número de víctimas podría seguir aumentando.


"Teniendo en cuenta el número de víctimas y de pérdidas en las inundaciones, un gran número de personas en Baghlan y en otras provincias como Badakhshan o Takhar (...) necesitan ayuda humanitaria urgente", ha señalado el Ministerio.

Los equipos de gestión de desastres están repartiendo tiendas de campaña y comida a los supervivientes pero desde el Programa de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) han advertido de que la provincia de Baghlan es inaccesible para los camiones que llegan con ayuda humanitaria.

"La PMA ha tenido que recurrir a cualquier alternativa para hacer llegar comida a los supervivientes, que lo han perdido todo", ha señalado en un mensaje la agencia de la ONU a través de su cuenta oficial de X (antes Twitter).

Algunos habitantes locales han criticado la respuesta gubernamental y de las organizaciones internacionales, muchas de las cuales han reducido su presencia significativamente en Afganistán.

"Hasta ahora solo hemos recibido agua potable y los equipos de rescate del Gobierno de los talibanes están trabajando en la zona, pero no hay ninguna otra institución que al menos dé comida a la gente necesitada", ha dicho Qais Muhraeen, un residente del distrito de Burka, en Baghlan. El vecino también ha aclarado que la dispersión de las lluvias han facilitado las labores de rescate ese domingo.

Según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Afganistán es uno de los más vulnerables del mundo al cambio climático y el menos preparado para adaptarse. La interrupción de buena parte de las ayudas internacionales y la congelación de los fondos del país tras el retorno de los talibanes al poder se suman a las problemáticas que envuelven al país.