El ensayo de un misil balístico de Corea del Norte ha agitado las aguas de las relaciones internacionales en el Pacífico. ¿Estamos ante una escalada de tensión? ¿La intimidación se abre paso en detrimento de la diplomacia? Javier Rodríguez Carrasco analiza en 'El Zoom' de esta semana los sistemas globales de seguridad y las amenazas comunes y plantea la teoría de "las guerras de nuevo cuño". ¿Se considera usted realmente a salvo?
misil balísitoc
La última prueba de un misil balístico de medio alcance por parte de Corea del Norte no ha llegado en este momento por casualidad, opina Javier Rodríguez Carrasco. El lanzamiento se produjo justo cuando Donald Trump mantenía un encuentro con el primer ministro japonés, sobrecargando la tensión en la comunidad internacional.


Y esta tensión puede ser máxima en marzo, cuando se realicen maniobras conjuntas entre Seúl y Washington. El presentador piensa que este es el punto en que el Сonsejo de Seguridad de la ONU tiene que "ponerse las pilas" y demostrar que ese organismo no es un lugar donde los amigos quedan para charlar y compadrear.

El presentador del programa opina que las alianzas existentes (Tokio y Washington, Pekín y Pionyang) juegan un papel clave y evidente en la actual situación de la región, pero el mundo también se ve afectado por factores más generales que se mueven en la sombra, como los 'hackers' y el extremismo.

Por su parte, Roberto Muñoz Bolañoz, un especialista en historia militar invitado para este programa, dice que las acciones de Pionyang "no tienen mayor importancia" y opina que más bien son una reacción a la intimidación por parte de EE.UU. Detrás de esto, China quiere enviar a Trump el mensaje de que este es un mundo multipolar y que "esta es nuestra región, no te metas", remarca el presentador.

Todo esto apunta a un nuevo tipo de conflictos que ya no se resuelven "con la firma de un tratado de Versalles", indica Rodríguez Carrasco. Ante esto, los ejércitos no sirven ni para coaccionar ni para disuadir, según concluye el presentador del programa, y cualquier esfuerzo por defender los intereses propios en el lugar que sea de nada servirá si se lleva a cabo por la fuerza y no por la palabra.