China ha abierto una línea de crédito de 10.000 millones de dólares para financiar proyectos de infraestructura en el país persa. Este hecho deja en 'papel mojado' las sanciones aprobadas por Washington contra Teherán.
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Según el presidente del banco central de Irán, Valiollá Seif, la empresa de inversiones estatal china CITIC abrió una línea de crédito en euros y yuanes para que varios bancos iraníes pudieran financiar proyectos desarrollados por Teherán en los campos de la energía, el transporte y otros proyectos de infraestructura.


Seif indicó que estos créditos, junto con las inversiones previas de China -valoradas en 15.000 millones de dólares-, muestran cuán fuerte es la voluntad de ambos países por mantener su cooperación.

Los créditos del país asiático forman parte del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda ideado por Xi Jinping y que prevé la creación de una red global de transporte que una a China y Europa.


Pekín es principal importador mundial de petróleo iraní y además absorbe una tercera parte de las exportaciones de Teherán.

Anteriormente, Pekín abrió dos líneas de crédito para Irán por valor de 4.200 millones de dólares que se utilizaron para construir las vías ferroviarias entre Teherán y las ciudades de Mashhad e Isfahán.

Por ahora, los bancos occidentales se muestran precavidos a la hora de abordar este asunto, especialmente después de que Washington impusiera sanciones a Teherán, congelara activos del país persa y limitara sus transferencias financieras.

Gracias a las inversiones chinas, estas restricciones han pasado a ser inútiles. De hecho Pekín no es el único país que quiere invertir en la economía persa.

Austria, Dinamarca y Alemania también barajan esta posibilidad a medida que progresan las negociaciones entre sus bancos y Teherán sobre la apertura de una línea de crédito de 22.000 millones de dólares.