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© DesconocidoDetalle de la web de Escape Earth 2012.
Como dijo el torero, hay gente pa' to. Y seguro que se quedó corto. Por ejemplo, hay panolis que están tan convencidos de que el fin del mundo llegará en diciembre de 2012 que, como no mueran, seguro que hasta se enfadan. Espero que les sirva de consuelo que se conocen varias miles de predicciones distintas sobre el fin del mundo y la mayoría de las veces estaban equivocadas. Lo importante es no perder la esperanza y confiar en que esta vez sea verdad.

A estas alturas, lo de explicar el calendario maya (la base de este delirio) me parece de una crueldad excesiva para los lectores. Basta decir que tenían una concepción cíclica del tiempo, a diferencia de la nuestra, que es lineal. Por eso sus calendarios 'acaban' y vuelven a empezar, pero solo sus calendarios. De hecho, su desaparición como sociedad no guarda ninguna relación como su manera de medir el tiempo. Los calendarios de mesa también se acaban y nadie se muere, de la misma manera que cuando se agota la batería de un móvil la gente no se vuelve sordomuda.

En los últimos tiempos, el discurso sobre el fin del mundo ha cambiado. Hace años, el dogma oficial era considerar que la película '2012' de Roland Emmerich era casi un documental. Ahora, cuando ya se ha rentabilizado el catastrofismo más extremo, lo que se dice es que será un año de grandes cambios 'en base a' y 'a nivel de' que lo vamos a flipar. Pero como no hay mal que cien años dure, una vez pase el 21 de diciembre de 2012 nadie reconocerá haberse creído la falsa profecía maya. Eso sí, ahí estarán las hemerotecas para recordarnos su arte.

Pero como todos nos podemos equivocar, más vale estar preparados. Y qué mejor que ponerse en contacto con la empresa norteamericana Escape Earth 2012, que por una cantidad simbólica (24.5 dólares, unos tristes 17 euros) ofrece la posibilidad de escapar a un planeta similar a la Tierra e iniciar una nueva vida. Salvación low cost: para que luego nos quejemos del sistema capitalista.

Es muy sencillo. Todo el que quiera salvarse compra su billete y, en vísperas del fin del mundo de 2012, podrá subirse a bordo del USS Ark 2012 para escapar a un planeta similar a la Tierra pero por estrenar. El que quiera también puede llevarse a su mascota (por otros 17 euros). Además, si se es un sibarita, puede uno estirarse y optar por la tarifa Superluminal (44.99 dólares, 31 euros) para disfrutar de una habitación de lujo (con pantalla plana y minibar) y acceso a las zonas nobles de la nave.

Por suerte, los responsables de esta iniciativa lo tienen todo pensado. Así, el precio incluye un pasaporte sideral (para no ir por el espacio en plan espalda mojada) y un libro-guía con respuestas a todas las preguntas que uno se pueda hacer mientras prepara su nueva vida. De momento, según el correo que le han mandado a mi compañero Angeloti, ya hay más de cien personas que han pasado por caja. Y parece que la cosa va a más.

Y, pregunto, ¿no podría ser que esto fuera un timo y que alguien se quiera aprovechar de la credulidad general? Evidentemente, no. El proyecto tiene todas las garantías. Si el fin del mundo ocurre en esa fecha, la empresa se compromete a trasladar a otro planeta a todos sus clientes o a devolver el importe íntegro. Y que conste que lo dice bien, sin letra pequeña para que no haya dudas. En otras palabras, garantizan que el que pague sobrevivirá al fin del mundo de 2012. Eso es seriedad y lo demás son tonterías.

¿Un fraude? ¡Imposible! Tras pagar (cheque, pay-pal, transferencia... aceptan hasta cromos del Coyote) la persona recibe por correo su billete de avión (bueno, de nave), su pasaporte intergaláctico en regla (intransferible, por razones de seguridad) y su guía y pase para la zona vip de la nave si ha contratado el servicio de 'Superluminal'. No puede ser, dirán algunos. Pues sí, amigos, esto es talmente como os lo vengo a referir.

Pero ¿puede ser la salvación tan barata? ¿Hay truco? Pues sí. Resulta que los hijos de puta te cobran 2 dólares más de gastos de envío. ¡Cómo se aprovechan!