La pirámide escalonada está decorada con símbolos del ojo y rostros en parte humanos y en parte animales.
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© Mohamed Abd El Ghany/Reuters
Arqueólogos han descubierto en China una ciudad de 4.300 años de antigüedad, que cuenta con una pirámide de 70 metros de altura y 24 hectáreas de base, así como vestigios de sacrificios humanos, reporta el portal Live Science. El lugar se conoce ahora por el nombre Shimao, pero no está claro cómo se denominaba en los tiempos antiguos.

La gran pirámide, que durante cinco siglos fue el centro de la vida en la urbe, consta de 11 escalones y está decorada con símbolos del ojo y rostros en parte humanos y en parte animales, lo que pudo "otorgar a la construcción un poder religioso especial", sugieren los investigadores.

En la parte superior de la pirámide se encontraban palacios y un gran depósito de agua. Se cree que allí residían los gobernantes de la ciudad, mientras que en los alrededores del complejo se llevaba a cabo la producción de artesanías.

Seis pozos con cabezas humanas

En Shimao fueron asimismo encontrados restos de numerosos sacrificios humanos. Así, en la entrada de un muro exterior se hallaron "seis pozos con cabezas humanas decapitadas" que pudieron haber pertenecido a pobladores de una ciudad vecina, tomados como prisioneros.

Los investigadores conocían de Shimao desde hace mucho tiempo, pero antes se creía que era solo parte de la Gran Muralla China y no se habían realizado excavaciones extensas. Ahora, las recientes labores establecieron que la urbe es mucho mayor que el legendario muro.