Si bien la Administración de Trump aún cree que puede jugar suficientes juegos para descarrilar el oleoducto Nordstream 2 a través de sanciones y amenazas, la impotencia de su posición geopolítica se exhibió el otro día cuando la última tubería del primer tren del oleoducto Turkstream entró en las aguas del Mar Negro.
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Cuando se compara este evento con las interacciones tensas y poco entusiastas entre Erdogan y el presidente Trump, uno se da cuenta de que el mundo está avanzando a pesar del poder aparente de los Estados Unidos para descarrilar los eventos.
Y Turquía es el jugador clave en la región, geográfica, cultural y políticamente. Erdogan y Putin lo saben. Y también saben que Turquía, como corredor de tránsito de energía para Europa del Este, abre a esos países al poder económico y político del que no han disfrutado en mucho tiempo.
El primer tren de Turkstream servirá a Turquía directamente. Durante los próximos dos años, se construirá el segundo tren que servirá como punto de partida para llevar gas a Europa oriental y meridional.
Países como Bulgaria, Hungría, Italia, Grecia, Serbia y Eslovaquia se están alineando para acceder a la energía de Turkstream. Esto, de nuevo, contrasta con el increíblemente costoso oleoducto del Corredor de Transporte del Sur (STC, por sus siglas en inglés) establecido para llevar un tercio de la cantidad de gas a Italia a cinco veces el costo inicial.
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Realidades políticas
La verdadera historia detrás de Turkstream, sin embargo, es, a pesar de las protestas de Putin por el contrario, política. Ningún proyecto de este tamaño es puramente económico, incluso si tiene un inmenso sentido económico. Si ese fuera el caso, entonces el STC no existiría porque no tiene sentido económico, pero sí cierto sentido político, si no mucho.
No, este gasoducto, junto con otros proyectos importantes de energía entre Rusia y Turquía, tienen implicaciones políticas masivas a largo plazo para el Medio Oriente. Erdogan quiere volver a tomar el control del mundo islámico de los saudíes.
Esta es la razón por la que tienen a los saudíes en una fuente de goteo de tipo veneno residual de información relacionada con la muerte de Jamal Khashoggi para obtener el máximo valor de la situación, a medida que Erdogan enfrenta al estado profundo de Estados Unidos contra la alianza Trump/Mohammed bin Salman (MbS).
El estado profundo de EE.UU. quiere que Trump se debilite y que MbS sean eliminados del poder. Trump necesita a MbS para avanzar en sus planes para asegurar el futuro de Israel y prolongar la salud a largo plazo del dólar. Erdogan está utilizando esta brecha para obtener concesiones de izquierda a derecha mientras continúa haciendo lo que se le antoja frente a Siria, Irán y su creciente asociación con Rusia.
Erdogan está en condiciones de hacer una negociación muy dura sobre la participación de Estados Unidos en Siria, a la que ninguna de las dos facciones del gobierno de Estados Unidos (Trump y el estado profundo) quiere renunciar.
Al controlar los campos petroleros en la parte oriental de Siria y al bloquear las carreteras que conducen desde Irak, EE.UU. está jugando un juego que no puede ganar porque, en última instancia, los kurdos tendrán que ser traicionados por EE. UU. para mantener feliz a Erdogan o hacer un trato con el gobierno sirio por su futuro, enajenando a los EE.UU.
Este ha sido el fin último de la ocupación del este de Siria durante meses y el tiempo está del lado de Putin y Erdogan. Porque Estados Unidos no puede presionar a Turquía para que deje de acercarse a Rusia e Irán.
Eventualmente, las tropas estadounidenses en Siria no serán más que un escándalo político alrededor del cuello de Trump y éste tendrá que anunciar una retirada, lo cual será muy popular en su país y le ayudará en su campaña de reelección para el año 2020.
El gran perdedor de esto es Israel, que ahora tiene que defenderse políticamente desde que Putin doblegó a Benjamin Netanyahu por su participación en la muerte de 15 aviadores rusos en septiembre, al cerrar el espacio aéreo sirio y permitir la libre circulación de material al Líbano.
Netanyahu, como mencioné la semana pasada, ahora está en una posición muy precaria después de que Israel se vio obligado a demandar por la paz gracias a la respuesta sin precedentes de los palestinos en Gaza.
Elijah Magnier comentó recientemente que este fue el resultado neto del apoyo incondicional de Trump a Israel que unió a la resistencia árabe en lugar de dividirla y conquistarla.
Pero el establishment estadounidense decidió distanciarse de la causa palestina y abrazó incondicionalmente la política del apartheid israelí hacia Palestina: Estados Unidos apoya ciegamente a Israel. Ha reconocido a Jerusalén como la capital de Israel, suspendió la ayuda financiera a las instituciones de la ONU que apoyan a los refugiados palestinos (escuelas, atención médica, hogares), y rechazó el derecho de retorno de los palestinos. Todo esto ha empujado a varios grupos palestinos, incluida la Autoridad Palestina, a reconocer que cualquier negociación con Israel es inútil y también Estados Unidos ya no puede ser considerado un socio confiable. Por otra parte, el fallido cambio de régimen en Siria y las condiciones humillantes del apoyo financiero árabe fueron, en cierto modo, los últimos obstáculos que convencieron a Hamas de cambiar su posición, abandonando el acuerdo de Oslo y uniéndome al Eje de la Resistencia.El proyecto Netanyahu, como lo calificó Alistair Crooke, se basó en mantener dividido el apoyo de los palestinos al mantener a Hamás y la Autoridad Palestina en desacuerdo; y luego acabar con la resistencia en Gaza con el tiempo.
Los planes de Trump también involucraron la formación de la llamada "OTAN árabe", cuya cumbre se postergó hasta el próximo año gracias al hábil manejo de Erdogan del golpe saudí en el caso de Khashoggi. Todavía hay una serie de cuestiones pendientes - el bloqueo financiero de Qatar, la guerra en Yemen, etc. - y eso también debe resolverse antes de que todo esto sea posible de forma remota.
En este punto, ese plan ha fracasado y el enfrentamiento con Israel la semana pasada demostró que el mismo no es viable sin la aprobación tácita de Turquía, quien está atacando a los saudíes como líderes del mundo sunita.
Muéstrame el dinero
Pero, lo que es más importante, a lo largo del tiempo, una Turquía que pueda librarse del dólar estadounidense en la próxima década es una Turquía que puede sobrevivir políticamente a la agitación del orden institucional posterior a la Segunda Guerra Mundial en los próximos años.
Recuerde, todo esto sucede en el contexto de un orden político europeo y estadounidense que no logra mantener la confianza de la gente que gobierna.
El camino hacia la independencia del dólar será largo y difícil, pero será posible. Rusia es el modelo para esto, habiendo eliminado exitosamente al dólar de una gran parte de su comercio y ahora cosechando los beneficios de esa estabilidad.
Y proyectos como Turkstream y la "Tubería Poder de Siberia a China" que pronto se completará, comerciarán el gas de ambos intercambios sin el dólar como intermediario.
Si no cree que esta desdolarización de la economía rusa esté ocurriendo o sea significativa, eche un vistazo al rublo ruso en comparación con el precio del crudo Brent en las últimas semanas. Tuvimos otro colapso histórico en los precios del petróleo y, sin embargo, el rublo frente al dólar realmente no se ha movido en absoluto.
El movimiento ascendente de principios de este año en el rublo (no figura en el gráfico) provino de interrupciones en el mercado del aluminio y la amenaza de nuevas sanciones. Pero, mientras EE.UU. intenta ajustar aún más las finanzas de Rusia al reducir el precio del petróleo, el efecto sobre el rublo ha sido mínimo.
Las otras llamadas "monedas de productos básicos", como los dólares canadienses y australianos, se han visto muy afectadas, pero no el rublo.
Use la maquina del tiempo al 2014, cuando los precios del petróleo se desplomaron y verá un rublo en caída libre que culminó en una cima masiva que requirió un cambio fundamental en la política fiscal y monetaria para Rusia.
Esto tenía que ver con la enorme deuda denominada en dólares de su sector petrolero y de gas, lo adivinó. Hoy ese no es un punto de presión.
Hoy los precios más bajos del petróleo serán un factor adverso para las compañías petroleras rusas, pero una bonanza para la economía rusa que no experimentará una inflación masiva gracias a que el rublo se está vendiendo para cubrir los pasivos en dólares estadounidenses.
Esos días han terminado.
Y así también llegarán esos días para Turquía, que ahora está en el proceso de hacer lo que hizo Rusia en 2015: desprenderse de las obligaciones futuras en dólares mientras se diversifican las monedas en las que cotiza.
La estabilidad, la transparencia y la solvencia son las cosas que aumentan la demanda de una moneda no solo como medio de cambio sino también como activo de reserva. Rusia anunció las últimas cifras del comercio bilateral con China que evitó el dólar y RT recibió una cita muy interesante del Primer Ministro Dmitri Medvedev.
Ninguna moneda debe dominar el mercado, ya que esto nos hace a todos dependientes de la situación económica en el país que emite esta moneda de reserva, "incluso cuando estamos hablando de una economía fuerte como la de Estados Unidos", dijo Medvedev.Esa es la primera declaración de una importante figura rusa sobre el ascenso del rublo al estado de reserva, pero es algo que muchos, como yo, han especulado durante años.
Añadió que las sanciones de Estados Unidos han empujado a Moscú y Pekín a pensar en el uso de sus monedas nacionales en los pagos, algo que "Deberíamos haber hecho hace diez años".
"El comercio por rublos es nuestra prioridad absoluta, que, por cierto, eventualmente debería hace que el rublo pase de ser una moneda convertible a una moneda de reserva", dijo el primer ministro ruso.
Unir grandes economías como las de Turquía, Irán, China y, finalmente, la UE a través de proyectos energéticos que establecen el comercio en monedas locales es la gran amenaza para el programa político y económico actual de EE.UU. Es algo que la UE solo aceptará a regañadientes.
Es algo a lo que Estados Unidos se opondrá con vehemencia.
Y es algo que nadie se detendrá si tiene sentido para las personas a cada lado de la transacción. Por esta razón, Turkstream y Nordstream 2 son proyectos tan importantes que podrían cambiar toda la dinámica del flujo de capital global.
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