No se supone que hace tanto frío en octubre. Todavía faltan casi dos meses para el comienzo oficial del invierno y, sin embargo, el clima en gran parte de la mitad occidental del país se asemeja ahora mismo a lo que cabría esperar a mediados de enero.
Debido a las lluvias sin precedentes y a las inundaciones extremas que se produjeron a principios de año, muchos agricultores se enfrentaron a retrasos extraordinarios en la plantación de sus cultivos, por lo que esperaban que el buen tiempo al final de la temporada les diera tiempo para madurar y cosechar plenamente sus cosechas.
Desafortunadamente, un escenario de pesadilla se ha materializado. Un par de monstruosas tormentas de nieve ya han rugido por el Medio Oeste, y ahora las bajas temperaturas récord amenazan con arruinar absolutamente el resto de la temporada de cosecha.
Es probable que las pérdidas de cosechas en muchas zonas sean graves. Y considerando lo que está sucediendo en otras partes del mundo en este momento, esto es algo que no podemos permitirnos.
A pesar de toda nuestra avanzada tecnología, los agricultores siguen dependiendo en gran medida del buen tiempo, y si los agricultores no cultivan nuestros alimentos, no comemos.
Este ya iba a ser un año absolutamente abismal para la agricultura estadounidense, y ahora esta ola de frío sin precedentes va a ser el clavo en el ataúd de muchos agricultores estadounidenses.
Sin duda, esta es una historia increíblemente importante, y continuaré manteniéndolos informados a medida que aprenda más.
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