Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Esta semana, sirios por todo el mundo votarán en las elecciones presidenciales de 2021 (los de Siria votarán el 26 de mayo). Eso, si las naciones occidentales vuelven a abrir las embajadas que tan democráticamente cerraron hace años.
Bashar al-Assad
© AFPMujeres sirias pasan por delante de una valla publicitaria de campaña electoral con un retrato del presidente sirio Bashar al-Assad
Los líderes occidentales afirmaron hipócritamente que se preocupaban por los sirios y que querían asegurarse de que vivieran democráticamente -financiando y armando a terroristas de todo el mundo para que los masacraran y destruyeran sus hogares, edificios gubernamentales y lugares históricos y culturales-, pero siguen haciendo todo lo que está en su mano para dificultar o imposibilitar que los sirios ejerzan su derecho a votar a su presidente.

Al cerrar las embajadas sirias en todo el mundo, la alianza por el cambio de régimen dejó muy claro que no quieren que el pueblo sirio ejerza su derecho democrático a votar en las elecciones presidenciales pasadas y futuras. Saben que los sirios saldrían en masa a votar por su presidente.

Alrededor de 2012, la mayoría de las embajadas en los países occidentales (y del Golfo) cerraron, alegando que ya no reconocían al gobierno sirio, alegando también que el gobierno sirio estaba atacando brutalmente a manifestantes pacíficos, de mentalidad democrática. Esas mentiras convencieron a muchos de que esta narrativa era la verdadera (increíblemente, después de las mentiras de las armas de destrucción masiva en Irak y la miríada de otras mentiras que vendieron guerras, sobre las que escribí en el aniversario de la guerra contra Siria).

Pero estamos en 2021, y a estas alturas ya sabemos que fue una guerra premeditada y cruel contra el pueblo de Siria, espoleada por los medios de comunicación a los que realmente no les importa la vida de los sirios.

Canadá fue uno de esos países que, con toda justicia, cortó los lazos con el gobierno sirio (mientras apoyaba encubiertamente el terrorismo en Siria, y más tarde apoyaba a los neonazis en Ucrania) y cerró las embajadas sirias.

Una amiga de Toronto y sirio-canadiense, Lulwa Kassawat, me contó que este año tampoco podrá votar, gracias al cierre de embajadas de Canadá.

En abril, escribió en Facebook:
"Con las elecciones que se avecinan en Siria, sin representación diplomática en Canadá para que los canadienses sirios puedan votar, con más sanciones a Siria que matan a los civiles, con acusaciones ilegales de ataques químicos que fueron montados, qué mejor manera de reforzar nuestro compromiso que estar al lado de Siria y de su pueblo y presidente.

Podéis impedirnos unas elecciones, pero no podéis impedirnos que apoyemos a nuestro Presidente".
Kevork Almassian, sirio residente en Alemania, lleva años siendo acosado implacablemente por los medios de comunicación alemanes por su postura de apoyo a su ejército y a su presidente, llegando incluso a presionar para que lo deportasen de vuelta a Siria.
"Si consiguen deportarme antes incluso de deportar a quienes suponen una amenaza para la seguridad de Alemania, incluidos los radicales islamistas que cometieron delitos en Alemania, es un precedente peligroso. Es esencialmente decirle a los sirios: cállate, no hables positivamente de tu gobierno. Mi caso es muy conocido en Alemania. La mayoría de los sirios progubernamentales en Alemania me conocen, debido a la campaña mediática contra mí. Por lo que me ha pasado, muchos sirios tienen miedo de ir a las manifestaciones o de votar".
En los últimos dos años, Almassian fue perseguido, calumniado, acosado e incluso agredido físicamente en múltiples ocasiones por los simpatizantes del Ejército Sirio Libre (FSA por sus siglas en inglés) y otros grupos terroristas. Estos ataques se produjeron tras una campaña de desprestigio por parte de los medios de comunicación alemanes y de los medios financiados por Turquía y Qatar.
"Los medios de comunicación están en contra de los patriotas sirios, al igual que el gobierno y la mayoría de los partidos políticos. Presentan a los que están con Assad como fascistas".
Para los refugiados sirios en Alemania, hay más factores que las posibles difamaciones o agresiones que podrían disuadirles de votar. Al no tener el estatus oficial de refugiado (tienen protección subsidiaria), según la legislación alemana, si la guerra se detiene (o el gobierno alemán cambia de opinión), corren el riesgo de ser deportados de vuelta a Siria -incluso si tienen un permiso de trabajo o están estudiando en la universidad-.

En 2014, aunque la embajada siria estaba abierta, el gobierno alemán prohibió a los sirios en Alemania votar. La policía de las embajadas impidió que la gente entrara a votar. Los sirios sí acudieron a la embajada para votar, pero la policía no les permitió entrar.

Este año, el gobierno alemán también prohibió votar a la comunidad siria.

El sirio-estadounidense Johnny Achi, me dijo:
"Al igual que en 2014, el cierre de las embajadas sirias hace muy difícil que muchos millones de sirios de todo el mundo puedan expresar su voz en lo que la mayoría de los países del mundo consideran no solo un derecho, sino un deber. Este año, al igual que en 2014, muchos sirios que pueden permitírselo deben soportar los gastos de viaje y desplazarse a Siria si desean ejercer su derecho al voto."
Elecciones de 2014

De hecho, en 2014, sirios volaron desde todo el mundo a Damasco simplemente para votar, ya que los países en los que residen habían cerrado sus embajadas.

En Líbano, donde me encontraba en ese momento, la participación de los votantes fue asombrosa, y la embajada abrió un segundo día no programado, para dar cabida a todos los sirios que acudieron a votar.

Como escribí entonces, "los sirios se apiñaron en uno de los interminables flujos de autobuses, salieron y continuaron a pie. Las masas optaron por caminar los pocos kilómetros restantes en lugar de sentarse en el atasco generado por las decenas de miles de personas que acudían a votar".

Caminé con ellos y pasé la mayor parte de la tarde hablando con los sirios sobre los motivos por los que habían venido a votar.

A pesar del segundo día de votación, todavía había muchos sirios en Líbano que, al no haber podido votar, se dirigían al paso fronterizo para intentar votar en Siria.

Días después, en Damasco, los colegios electorales también se mantuvieron abiertos más tarde de lo previsto, para dar cabida a la alta participación.

Lo que quizá muchos no sepan es que en las elecciones presidenciales de 2014, los sirios en Siria se enfrentaron a bombardeos terroristas para acudir a los colegios electorales.

Press TV informó:
"La agencia de noticias oficial de Siria, SANA, informó el sábado que al menos 39 personas habían perdido la vida en el ataque con mortero contra el mitin de la campaña electoral en la ciudad de Dara'a, al sur de Siria, a última hora del jueves.

Según el informe, unas 205 personas también resultaron heridas en el ataque, mientras que 14 de los heridos se encuentran en estado crítico".
Incluso antes del día de la votación, los terroristas bombardearon intensamente ciudades de todo el país en zonas que no estaban bajo su control, en un intento de intimidar a los sirios para que no votaran la semana siguiente.

El 31 de mayo, Press TV informó:
"Veinte personas han muerto en ataques de mortero llevados a cabo por militantes respaldados por fuerzas extranjeras en la ciudad noroccidental de Siria, Alepo.

Los grupos takfiríes han intensificado sus ataques contra los sirios en varias ciudades y pueblos mientras el país se prepara para las elecciones presidenciales del 3 de junio".
Y, como escribí un mes más tarde, en el aumento de los bombardeos, en gran parte considerados como ataques reivindicativos en el Día de la Inauguración, el 16 de julio, los terroristas dispararon 23 proyectiles sobre Damasco. El medio de comunicación estatal sirio informaron de que cuatro personas murieron y 30 resultaron heridas por los morteros, que tuvieron como objetivo el distrito de Shaalan, la plaza de los Omeyas y un parque cercano al hotel Sheraton.

Elecciones de 2021

Después de 14 visitas a Siria a lo largo de los años, algunas de ellas durante meses, puedo decir con toda honestidad que los sirios apoyan mayoritariamente a su presidente y a su ejército. Los medios de comunicación occidentales y de las empresas del Golfo quieren hacer creer lo contrario, pero eso es porque quieren derrocar al presidente e instalar un gobierno títere favorable a sus intereses y a los de Israel.

Pero las encuestas también lo demuestran. En las elecciones de 2014, el presidente Assad "ganó con el 88,7%, obteniendo 10.319.723 votos". Según el Tribunal Constitucional Supremo de Siria, el 73,42% de unos 15,8 millones de votantes con derecho a voto participaron en las elecciones."

La periodista Sharmine Narwani señaló entonces el cinismo de las naciones y los medios de comunicación occidentales respecto a este resultado, escribiendo:
"Los enemigos de Siria se lanzarán al ruedo con afirmaciones de que los votos son fraudulentos, pero difícilmente podrán rebatir las imágenes de millones de sirios votando.

Es por ello por lo que las "democracias" occidentales y muchos aliados árabes han tratado de inhibir el proceso democrático impidiendo a los sirios votar en sus embajadas. Es vergonzoso para ellos entonces que miles de refugiados sirios hayan cruzado la frontera libanesa para votar (Líbano amenazó inicialmente con que no podrían regresar), y que sirios de EEUU, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Francia, los Países Bajos y otros lugares hayan fletado vuelos a Damasco para que sus votos puedan ser contados."
Asimismo, preveo más de ese cinismo occidental si, como se espera, Assad gana las elecciones de este año.

Pero, eso es sólo un caso de amarga desilusión. Occidente perdió su proyecto de cambio de régimen.

Me consuela que, a diferencia de 2014, este año los terroristas no podrán bombardear la mayoría de las ciudades sirias, ya que se han visto obligados a abandonarlas en los años transcurridos, y la paz ha vuelto a las zonas que antes ocupaban.

Mientras los sirios luchan insoportablemente bajo las crueles y sádicas sanciones occidentales que los estrangulan, existe al menos la esperanza de que en el futuro, más naciones normalicen sus relaciones con el país. Quizás entonces, EEUU y compañía tiren la toalla y se retiren a lamerse sus heridas, dejando que los sirios vivan finalmente en paz.

Tras su reciente visita a Siria, Johnny Achi me dijo: "Cuando estuve en Siria me reuní con algunos funcionarios de alto rango que me aseguraron que para el año que viene, por estas fechas, decenas de embajadas volverán a abrir en Siria y se restablecerán los lazos diplomáticos plenos entre Siria y muchas de las naciones que la boicotean, incluidos muchas europeas."

Los sirios que voten en las próximas elecciones lo harán, como en 2014, desafiando los intentos de EEUU y sus aliados de derrocar a su gobierno. Y será una ocasión trascendental que marcará la victoria de Siria en la brutal y completamente innecesaria guerra de 10 años.
Eva Bartlett es una periodista independiente y activista canadiense. Ha pasado años sobre el terreno cubriendo zonas de conflicto en Oriente Medio, especialmente en Siria y Palestina (donde vivió durante casi cuatro años). Síguela en Twitter @EvaKBartlett