Traducido por el equipo de Sott.net

Estados Unidos, sus aliados de la UE y otros países del mundo han impuesto a Rusia las sanciones económicas más duras que jamás se hayan aplicado. En el pasado, incluso las naciones que estaban directamente en guerra seguían pagando las deudas que tenían entre sí.
gold bars bullion russia
© Sputnik / Ilya NaymushinLingotes de oro del mayor grado de pureza del 99,99% se ven en la planta de metales no ferrosos de Gulidov Krasnoyarsk (Krastsvetmet) en Krasnoyarsk, Rusia.
Ya que esta guerra está en Ucrania, veamos otra que tuvo lugar en la actual Ucrania entre 1854 y 56, durante la Guerra de Crimea.

Gran Bretaña (y Francia) estaba en guerra con Rusia. Sin embargo, a lo largo de la misma el gobierno ruso siguió pagando los intereses a los tenedores británicos de su deuda. El gobierno británico también siguió pagando sus deudas al gobierno ruso.

Un ministro británico dijo que las naciones civilizadas debían pagar sus deudas, incluso a un enemigo en tiempos de guerra.

Pero eso era entonces y esto es ahora. EEUU y sus aliados europeos fuera de Ucrania ni siquiera están directamente en guerra con Rusia (al menos no todavía), pero aun así han impuesto las sanciones económicas más punitivas de la historia.

En gran medida, la economía rusa ha sido excluida de la economía mundial.

Los efectos durarán décadas

Rusia ha sido expulsada del sistema mundial de telecomunicaciones financieras SWIFT. Una larga lista de bancos, oligarcas y grandes empresas rusas ha sido incluida entre los que no pueden realizar transacciones con occidentales. Entre ellas se encuentra Gazprom (la principal empresa rusa de gas natural), entre otras.

Biden también ha prohibido las exportaciones de semiconductores, equipos de alta tecnología y otras tecnologías a Rusia. Si sumamos todo esto, deberíamos esperar un descenso del orden del 25% del PIB ruso en la primera mitad de 2022. Eso es enorme.

Incluso cuando la guerra cinética termine, probablemente en un mes más o menos, la guerra económica continuará y los efectos en la economía mundial (no sólo en Rusia) durarán décadas. Aun así, Rusia no es un saco de boxeo que recibe golpes sin devolverlos.


Comentario: Eso si el sistema dura tanto tiempo; y hay razones para creer que el grupo Build Back Better no tiene intención de que continúe en su forma actual. Incluso entonces, parece poco probable que su demolición controlada salga como está previsto.


Combatirán las sanciones tanto con medidas de represalia propias como con soluciones ingeniosas diseñadas para superar las sanciones.

Por ejemplo, Rusia se asociará con China para implantar el sistema chino de tarjetas de crédito (UnionPay) para los consumidores rusos. Esto se produce después de que Visa y Mastercard pusieran fin a sus negocios con Rusia. Sus esfuerzos no terminarán ahí.

Buena suerte con las sanciones al oro ruso

Rusia está trabajando con bancos de China e India para restablecer los canales de pago en moneda fuerte.

Ahora hay una propuesta de ley en el Senado de Estados Unidos para congelar las reservas de oro en poder del Banco Central de Rusia.

El problema es el siguiente: el oro es físico, unas 2.300 toneladas métricas por valor de unos 150.000 millones de dólares, y está almacenado en Rusia. En realidad, no se puede congelar ni confiscar en absoluto.

La legislación impondría sanciones secundarias de boicot a cualquier parte que ayude a Rusia a transportar o realizar transacciones con oro. Pero esta presunta sanción sería fácil de evadir.

Por ejemplo, si Rusia pone 100 toneladas métricas de oro en un avión y lo lleva a Pekín a cambio de productos manufacturados, no va a emitir exactamente un comunicado de prensa al respecto. Ese es el tipo de transacción que pasará desapercibida para la inteligencia estadounidense.

El oro es un elemento, de número atómico 79, y fácilmente se funde y refina en nuevos lingotes de oro con marcas chinas que son imposibles de rastrear. El Banco Central de Rusia puede comprar más oro a los mineros rusos a cambio de rublos para compensar el envío.

De nuevo, ese oro es imposible de rastrear (tanto Rusia como China tienen numerosas refinerías de oro). Si esto es lo mejor que puede hacer EEUU, entonces Putin no sólo está en camino de ganar la guerra a tiros, sino que también puede ganar la guerra financiera.

Consecuencias imprevistas

Rusia también ha implementado controles de capital que trasladarán el peso de las sanciones de los prestatarios rusos a los prestamistas occidentales que ahora sufrirán impagos de los bonos rusos que poseen. Y Rusia ha anunciado que cortará las exportaciones de importantes productos químicos, metales y gases procesados a cualquier nación que haya sancionado a Rusia.

Estas exportaciones son indispensables para los procesos de fabricación, incluidos los semiconductores, los automóviles y la agricultura. Al final, la mayor parte del peso económico recaerá en la manufactura y la agricultura occidentales.

Aquí es donde entra en juego la ley de las consecuencias imprevistas. Más del 65% del gas de neón procesado que se utiliza para alimentar los láseres que fabrican semiconductores procede de Ucrania. Entre el 35% y el 50% de los metales estratégicos, como el titanio y el aluminio, utilizados en la fabricación de aviones por Boeing y Airbus proceden de Rusia. Gran parte del grano que alimenta a Oriente Medio y África procede de Ucrania o de Rusia.

Rusia también exporta metales utilizados en la producción de baterías para vehículos eléctricos, como litio, cobalto y níquel. La lista sigue encabezada por el petróleo, el gas natural y el carbón, de los que Rusia es el principal proveedor de Europa.


Comentario: Y ni siquiera los proveedores alternativos de la comunidad internacional pueden compensar la pérdida de Rusia en el mercado: El primer ministro británico vuelve de Arabia Saudí con las manos vacías tras rogar a los dictadores un aumento del petróleo


Si Rusia sigue adelante, podríamos estar ante un cierre de las principales industrias de todo el mundo, desde los semiconductores (esenciales para automóviles, electrodomésticos, electrónica, etc.) hasta los equipos pesados y el transporte.

El gobierno de Biden se dará cuenta por las malas de que en un mundo globalizado y altamente conectado, lo que pasa en Rusia no se queda en Rusia. Rusia puede ser la primera víctima de las sanciones estadounidenses. Pero el mundo entero pagará el precio final.

También lo hará el dólar...

Mi visión se está haciendo realidad

En 2009, facilité y participé en el primer juego de guerra financiero organizado por el Pentágono. Este juego de guerra se llevó a cabo en el Laboratorio de Análisis de Guerra de alto secreto de Estados Unidos (nombre en clave: WALRUS) ubicado en el Laboratorio de Física Aplicada, a mitad de camino entre Washington, D.C., y Baltimore.

Escribí sobre esto en 2011 en los capítulos 1 y 2 de mi libro Currency Wars (Guerras de divisas). El escenario que presenté entonces era que Rusia y China acumularían grandes reservas de oro, lo pondrían en común y lanzarían una nueva moneda digital respaldada por oro en lugar del dólar estadounidense.

Rusia y China insistirían entonces en que cualquier compra de energía rusa o de productos manufacturados chinos se pagara en la nueva moneda. Sería un claro esfuerzo por salir de la hegemonía del dólar estadounidense y protegerse de las sanciones económicas basadas en el dólar.

Por supuesto, eso es exactamente lo que está ocurriendo hoy.

La última puntilla para Rusia y el mundo

El dólar estadounidense tardó 33 años (1914-1944) en alcanzar su condición de principal moneda de reserva mundial. Perdió su vínculo con el oro en 1971, pero siguió siendo la principal moneda de reserva debido, en parte, al acuerdo sobre el petrodólar elaborado por Nixon y Kissinger en 1974.

El mundo se inundó de dólares mediante una combinación de impresión de dinero por parte de la Reserva Federal y déficits comerciales de EEUU.

Las dificultades comenzaron en la década de 1990 y a principios de la de 2000, cuando EEUU utilizó sanciones financieras para castigar a enemigos como Irán, Corea del Norte, Venezuela y, hasta cierto punto, Rusia. Estados Unidos volvió a recurrir a las sanciones una y otra vez.

Ahora que EEUU ha congelado las reservas del Banco Central de Rusia, esto es la gota que colma el vaso para Rusia y el mundo.

Después de todo, si las reservas de dólares ya no son un refugio seguro, entonces ¿quién necesita reservas de dólares? El mundo exigirá algo más fiable que no pueda ser congelado por los caprichos de EEUU.

Estados Unidos está destruyendo el valor del dólar al abusar de las sanciones. En el futuro, el dólar no será tan importante. No ocurrirá de la noche a la mañana, pero las sanciones sin precedentes contra Rusia no harán sino acelerar el proceso.

Los inversores pueden prepararse para el próximo colapso del dólar aumentando sus asignaciones al oro físico. Es la única forma de dinero que no se puede congelar ni confiscar.