Al día siguiente, Rusia anunciaba la retirada de sus tropas de la región de Kiev, y cinco días después surgieron imágenes de una supuesta masacre llevada a cabo por el ejército ruso en la ciudad de Bucha.
El 8 de abril, tan solo un par de días después, un mitin Tochka-U impacto sobre una estación del tren de Kramatorsk, donde fallecieron más de 50 civiles y más de cien resultaron heridos.
En Occidente inmediatamente se culpó a Rusia de la tragedia, sin embargo, la evidencia disponible apunta a que Bucha fue un montaje diseñado para dinamitar los resultados de las negociaciones.
El ataque en Kramatorks parece haber sido, ya sea un deliberado ataque de falsa bandera con el que culpar a Moscú, o un bombardeo accidental por parte de Ucrania, del que igual manera se intenta inculpar a Rusia.
Se hace completamente evidente que Washington es el único que desea que el conflicto en Ucrania continúe, ni Rusia, ni Ucrania, ni Europa lo desean.
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