El informe trimestral reveló una brusca disminución de los depósitos de los clientes y que muchos depósitos a plazo no fueron renovados.
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El primer informe trimestral del año del banco Credit Suisse reveló una nueva pérdida de activos, que le restaron 61.200 millones de francos suizos (68.500 millones de dólares). Además, la previsión apunta a que este panorama negativo no se detendrá, pese a su adquisición por UBS.

"Estas salidas, que fueron más agudas en los días inmediatamente anteriores y posteriores al anuncio de la fusión, se estabilizaron a niveles mucho más bajos, pero aún no se habían revertido al 24 de abril de 2023", detalló el informe, que agregó que los depósitos de los clientes cayeron en 67.000 millones de francos (unos 75.000 millones de dólares) entre enero y marzo y que muchos depósitos a plazo vencidos no habían sido renovados.

Este panorama negativo que afrontó el banco en el inicio de 2023 siguió a la salida de 110.500 millones de francos (cerca de 124.100 millones de dólares) que fueron extraídos por los clientes en el cuarto trimestre del año pasado.

El informe trimestral podría ser el último de la entidad antes de que se concluya su unión con UBS, que adquirió Credit Suisse por 3.200 millones de dólares. Sin embargo, analistas afirmaron que la capacidad para generar ingresos de la entidad que estuvo al borde la quiebra podría estar tan comprometida que "el acuerdo podría seguir siendo un lastre para los resultados operativos de UBS a menos que se anuncie un plan de reestructuración más profundo", explicó el Thomas Hallett, de la firma de inversión KBW.

En este contexto, los activos generados cayeron un 29 % hasta los 502.500 millones de francos (unos 565.000 millones de dólares) a fines de marzo respecto del mismo período del año pasado.

Más cifras del informe

La actividad de Credit Suisse tuvo en los primeros tres meses del año un incremento del 30 % en sus gastos operativos respecto al trimestre anterior, mientras que los clientes privados retiraron 6.900 millones de francos suizos (cerca de 7.700 millones de dólares) debido a la incertidumbre sobre su futuro.

También disminuyó el número de empleados, que se ubicó a finales de marzo en 48.000 trabajadores a tiempo completo, lo que representa un retroceso de 5 % respecto de diciembre.


El comienzo de la crisis

La debacle de Credit Suisse comenzó en marzo pasado, cuando sufrió importantes pérdidas en medio de la crisis bancaria en EE.UU. y después de que su principal accionista, Saudi National Bank, anunciara que no inyectaría más dinero a la entidad.

En ese contexto, el banco central suizo se vio obligado a prestarle 50.000 millones de francos suizos (unos 53.600 millones de dólares), aunque la financiación no logró estabilizar el precio de las acciones de la entidad financiera. El siguiente paso fue la compra por parte de UBS.

Tras esta operación, el fiscal general de Suiza anunció la apertura de una investigación sobre la compra, en un intento por reforzar la confianza pública en el sistema financiero occidental.