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© EuropaPressMara (Zaragoza)
Las excavaciones arqueológicas que desde el 18 de julio se realizando en la ciudad celtibérica de Segeda I (Mara) por investigadores de la Universidad de Zaragoza han dejado al descubierto la existencia de enterramientos tardoimperiales realizados sobre los estratos de época celtibérica.

La aparición de un broche de cinturón del siglo V después de Cristo (d.C.), asociado a restos óseos, ha permitido datar estos hallazgos entre la etapa romana y la visigoda, ha informado la Universidad de Zaragoza en un comunicado.

El catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza y director de la Fundación Segeda, Francisco Burillo, ha destacado la "trascendencia" del hallazgo de estas tumbas, poco frecuentes, que han aparecido dentro de los niveles celtibéricos.

Diversos expertos trabajan ahora en el estudio de los restos de madera, piedras y clavos hallados en el interior de los enterramientos, así como en el análisis de identificación genética de los restos óseos encontrados.

La investigación de este proceso está siendo realizada por Julián Ortega, quien considera que no se espera que aparezcan muchos enterramientos por la disgregación social y económica de las ocupaciones rurales del momento. "Los asentamientos son muy poco conocidos y los enterramientos nunca alcanzan el modelo de las necrópolis visigodas", han apuntado las mismas fuentes.

Enterramiento Completo

Uno de los enterramientos ha aparecido completo y su estudio arqueológico está siendo realizado por Gloria Fernández García. La tumba se hallaba cubierta de lajas y piedras, que también se emplearon para limitarla.

Restos de madera, que están siendo identificados por la antracóloga Yolanda Carrión Marco, y clavos indican que en su interior se había colocado un ataúd. Los restos óseos han sido excavados por la antropóloga, Leire Alconchel Navarro.

La importancia de este hallazgo ha hecho que, siguiendo las indicaciones del laboratorio GENYCA, especializado en análisis de identificación genética, se hayan seleccionado aquellos huesos que más éxito tienen para el aislamiento de ácidos nucléicos, lo que permitirá establecer el AND nuclear y el mitocrondial, han indicado desde la institución académica.

"La importancia de esta información aislada es que permitirá en el futuro analizar otros individuos y plantear si existen o no vínculos familiares con el analizado", han agregado.

En las excavaciones realizadas en el año 2004 ya se detectó que el lugar donde se encuentra el Santuario de Segeda había sido utilizado para realizar enterramientos en una etapa posterior a la época celtibérica. La superficialidad de los restos había dado lugar a su destrucción por parte del arado.

No obstante, existía la información oral de los agricultores de Mara que identifican el lugar con el topónimo de 'cadalso', y señalaban que era un punto donde se ajusticiaba, razón con la que explicaban la aparición de huesos humanos en las labores agrícolas.

También indicaban que era un lugar visitado asiduamente en la década de los años ochenta por detectoristas, sin que se haya indicado qué tipo de objetos metálicos extraían.

Proyecto Segeda

El Proyecto Segeda está dirigido por el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel y director de la Fundación Segeda, Francisco Burillo.

En la dirección de las excavaciones, donde vienen participando 55 estudiantes y licenciados en arqueología, colaboran los licenciados Diego Franganillo Ródriguez y Elena Gallego Bermúdez, así como el técnico arqueólogo Carlos Merino Bellido.

Paralelo al desarrollo de la excavación, se realizan las labores de restauración, gracias al espacio cedido en Mara por el Ayuntamiento de esta localidad, que ha sido acondicionado dentro del plan turístico de la Comarca Comunidad de Calatayud, han señalado desde la Universidad de Zaragoza.

Ana Palacio Estévez lleva la dirección de la restauración y con ella colaboran ocho estudiantes y diplomados en esta materia. El próximo 18 de septiembre es el día de puertas abiertas, en el que se podrá visitar el resultado de las excavaciones arqueológicas y las construcciones con adobes realizadas en 'Segeda Nova', junto a la bodega y al lagar de Segeda.

El santuario astronómico de Segeda

En el año 2004, se descubrió una estructura monumental situada extramuros de la ciudad de Segeda, a 800 metros al sur del Poyo, e inmediata a la muralla causante de la declaración de guerra de Roma a Segeda.

Sorprendió su construcción monumental, con muros de dos hiladas de grandes sillares de yeso, rellenos con un enlosado de piedras y cubierto en la zona excavada con adobes que apoyaban directamente sobre los límites de los muros, han relatado desde la Universidad de Zaragoza.

Esto suponía que no existían indicios arqueológicos de elementos verticales sobre los que se sustentara una posible cubierta. Además, llamó la atención el hecho de que los muros no unieran en un ángulo de 90 grados sino de 120 grados.

Su situación en un punto destacado del paisaje, próxima a la entrada de la ciudad, llevó a clasificar esta plataforma monumental como un monumento conmemorativo sin función definida.

El 24 de abril de 2009, el profesor de Geodesia y Cartografía de la Universidad de Salamanca en la Escuela Politécnica Superior de Ávila y experto arqueoastrónomo, Manuel Pérez, realizó un estudio arqueoastronómico de la Plataforma Monumental de Segeda.

En él, demostró que la orientación de los muros de la plataforma y su ubicación en el punto topográfico más destacado del paisaje junto a la muralla de la ciudad de Segeda se debe a razones astronómicas.

Por un lado, el solsticio de verano queda marcado en su ocaso solar por la línea que une la bisectriz del ángulo de 120 grados de la piedra angular en que se unen los muros y la cima de 'La Atalaya', donde se pone el sol el 21 de junio. En el año 200 antes de Cristo (a.C.) este fenómeno podría observarse el 26 de junio.

Por otro, el lado menor más oriental de la Plataforma está perfectamente orientada en la dirección astronómica Norte-Sur. Además, existe una alineación entre el extremo de la piedra angular, marcada con el ángulo de 90 grados existente, con el Norte Astronómico, y el monte de Valderrando, otro de los relieves destacados del horizonte, donde actualmente tiene lugar el ocaso solar en los equinoccios, el 21 de septiembre y el 21 de marzo.

Además, los lados mayores de la Plataforma determinan una dirección de acimut astronómico 58 grados, dirección que coincide con el orto de la luna llena en su parada durante el Solsticio de Invierno.

Este suceso astronómico, que se repite cada 19 años, se conoce como Ciclo Metónico, ya que fue el astrónomo griego Metón, alrededor del año 432 a.C., quién determinó con precisión la adecuación del ciclo lunar al año solar, dando lugar al calendario ático.