Traducido por el equipo de SOTT.net

Los militares israelíes recibieron órdenes de bombardear viviendas israelíes e incluso sus propias bases al verse desbordados por los militantes de Hamás el 7 de octubre. ¿Cuántos ciudadanos israelíes de los que se dice que fueron "quemados vivos" murieron en realidad por fuego amigo?
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© The Grayzone
Varios nuevos testimonios de testigos israelíes del ataque sorpresa de Hamás del 7 de octubre contra el sur de Israel se suman a las crecientes pruebas de que el ejército israelí mató a sus propios ciudadanos cuando luchaban por neutralizar a los pistoleros palestinos.

Tuval Escapa, miembro del equipo de seguridad del kibutz Be'eri, estableció una línea directa para coordinar las acciones entre los residentes del kibutz y el ejército israelí. Declaró al diario israelí Haaretz que, cuando empezó a cundir la desesperación, "los comandantes sobre el terreno tomaron decisiones difíciles, como bombardear las casas y a sus ocupantes para eliminar a los terroristas junto con los rehenes."

Otro informe publicado en Haaretz señalaba que el ejército israelí se vio "obligado a solicitar un ataque aéreo" contra sus propias instalaciones dentro del paso fronterizo de Erez con Gaza "para repeler a los terroristas" que se habían hecho con el control. Esa base estaba llena de funcionarios y soldados de la Administración Civil israelí en ese momento.

Estos informes indican que desde el alto mando militar se dieron órdenes de atacar viviendas y otras zonas dentro de Israel, incluso a costa de muchas vidas israelíes.

Omer Fichman/Flash90
Una vivienda en el kibutz Be'eri, demolida por las FDI el 7 de octubre para "atrapar a militantes de Hamás".
Una israelí llamada Yasmin Porat confirmó en una entrevista con Radio Israel que los militares "sin duda" mataron a numerosos no combatientes israelíes durante los tiroteos con militantes de Hamás el 7 de octubre. "Eliminaron a todos, incluidos los rehenes", declaró, refiriéndose a las fuerzas especiales israelíes.

Como informaron David Sheen y Ali Abunimah en Electronic Intifada, Porat describió un "fuego cruzado muy, muy intenso" y bombardeos de tanques israelíes, que causaron numerosas bajas entre los israelíes.

Mientras estaba retenida por los pistoleros de Hamás, Porat recordó: "No abusaron de nosotros. Nos trataron con mucha humanidad... Nadie nos trató con violencia".

Y añadió: "El objetivo era secuestrarnos para llevarnos a Gaza, no asesinarnos".

Según Haaretz, el ejército sólo pudo restablecer el control sobre Be'eri después de "bombardear" las casas de los israelíes que habían sido tomados cautivos. "El precio fue terrible: al menos 112 residentes de Be'eri murieron", relataba el periódico. "Otros fueron secuestrados. Ayer, 11 días después de la masacre, se descubrieron los cadáveres de una madre y su hijo en una de las casas destruidas. Se cree que aún hay más cadáveres entre los escombros".

Gran parte de los bombardeos de Be'eri fueron llevados a cabo por tanques israelíes. Como señaló un reportero del medio de comunicación i24, patrocinado por el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, durante una visita a Be'eri, "pequeñas y pintorescas casas [fueron] bombardeadas o destruidas", y "céspedes bien cuidados [fueron] destrozados por las orugas de un vehículo blindado, tal vez un tanque."

Los helicópteros de ataque Apache también tuvieron una gran importancia en la respuesta del ejército israelí el 7 de octubre. Los pilotos han declarado a los medios de comunicación israelíes que acudieron al campo de batalla sin ningún tipo de información de inteligencia, incapaces de diferenciar entre combatientes de Hamás y no combatientes israelíes, pero decididos a "vaciar el vientre" de sus máquinas de guerra. "Me encuentro en un dilema sobre a qué disparar, porque son muchos", comentó un piloto de Apache.

Un vídeo filmado por pistoleros uniformados de Hamás deja claro que dispararon intencionadamente a muchos israelíes con fusiles Kalashnikov el 7 de octubre. Sin embargo, el gobierno israelí no se ha contentado con confiar en pruebas de vídeo verificadas. En lugar de ello, sigue promoviendo afirmaciones desacreditadas de "bebés decapitados" y distribuyendo fotografías de "cuerpos calcinados hasta quedar irreconocibles" para insistir en que los militantes inmolaron sádicamente a sus cautivos e incluso violaron a algunos antes de quemarlos vivos.

El objetivo detrás de la exhibición de atrocidades de Tel Aviv es claro: pintar a Hamás como "peor que ISIS" mientras se cultiva el apoyo al bombardeo en curso del ejército israelí sobre la Franja de Gaza, que ha dejado más de 7000 muertos, incluyendo al menos 2500 niños en el momento de la publicación. Mientras que cientos de niños heridos en Gaza han sido tratados por lo que un cirujano describió como "quemaduras de cuarto grado" causadas por las nuevas armas, los medios de comunicación occidentales siguen centrándose en los ciudadanos israelíes supuestamente "quemados vivos" el 7 de octubre.

Sin embargo, las pruebas cada vez más numerosas de órdenes de fuego amigo impartidas por mandos del ejército israelí sugieren claramente que al menos algunas de las imágenes más espeluznantes de cadáveres israelíes carbonizados, casas israelíes reducidas a escombros y vehículos calcinados presentadas a los medios de comunicación occidentales eran, de hecho, obra de tripulaciones de tanques y pilotos de helicópteros que cubrían el territorio israelí con proyectiles, cañonazos y misiles Hellfire.

De hecho, parece que el 7 de octubre, el ejército israelí recurrió a las mismas tácticas que ha empleado contra los civiles en Gaza, aumentando el número de muertos entre sus propios ciudadanos con el uso indiscriminado de armas pesadas.

Israel bombardea su propia base, centro neurálgico del asedio a Gaza

Hamás y la Yihad Islámica Palestina (YIP) lanzaron la Operación Inundación de Al-Aqsa a las 6 de la mañana del 7 de octubre, arrollando rápidamente las bases militares desde las que Israel mantiene su asedio a la Franja de Gaza. Uno de los principales objetivos de Hamás y la Yihad Islámica Palestina era liberar a los palestinos encarcelados por Israel, entre ellos 700 niños y 1117 palestinos detenidos sin cargos.

El canje de 2011 por Gilad Shalit, soldado israelí capturado cinco años antes y liberado a cambio de 1027 prisioneros, sirvió de clara inspiración para la Inundación de Al-Aqsa. Asaltando bases militares y kibutz, los militantes palestinos pretendían capturar al mayor número posible de soldados y civiles israelíes y llevarlos vivos de vuelta a Gaza.

El ataque relámpago desbordó de inmediato a la División de Gaza de Israel. Los vídeos grabados con cámaras GoPro montadas en los cascos de los combatientes palestinos muestran a soldados israelíes abatidos en rápida sucesión, muchos de ellos aún vestidos con ropa interior y sorprendidos con la guardia baja. Al menos 340 soldados en activo y oficiales de inteligencia murieron el 7 de octubre, lo que supone cerca del 50% de las muertes israelíes confirmadas. Entre las bajas había oficiales de alto rango como el coronel Jonathan Steinberg, comandante de la brigada israelí Nahal. (También murieron muchos socorristas y civiles israelíes armados).

El paso fronterizo de Erez alberga una enorme instalación militar y de Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios [Ocupados] (COGAT) que funciona como centro neurálgico del asedio israelí a Gaza. Cuando fue invadido por combatientes palestinos el 7 de octubre con montones de burócratas del ejército en su interior, los militares israelíes entraron en pánico.

Según Haaretz, el comandante de la División Gaza, el general de brigada Avi Rosenfeld, "se atrincheró en la sala de guerra subterránea de la división junto con un puñado de soldados de ambos sexos, intentando desesperadamente rescatar y organizar el sector atacado".
Muchos de los soldados, la mayoría de los cuales no eran personal de combate, murieron o resultaron heridos en el exterior. La división se vio obligada a solicitar un ataque aéreo contra la propia base [del cruce de Erez] para repeler a los terroristas".

Un vídeo publicado por el COGAT de Israel diez días después de la batalla -y del ataque aéreo israelí- muestra graves daños estructurales en el tejado de las instalaciones del paso fronterizo de Erez.


Helicópteros Apache israelíes atacan dentro de Israel: "Me encuentro en el dilema de a qué disparar"

A las 10:30 de la mañana, según un relato que los militares dieron al medio de noticias israelí Mako, "la mayoría de las fuerzas [palestinas] de la oleada de invasión original ya habían abandonado la zona en dirección a Gaza".Pero con el rápido colapso de la División Gaza del ejército israelí, saqueadores, curiosos comunes y guerrilleros de bajo nivel no necesariamente bajo el mando de Hamás fluyeron libremente hacia Israel.

Para entonces, los dos escuadrones de helicópteros Apache de Israel contaban con 8 helicópteros en el aire, "y casi no había información de inteligencia que ayudara a tomar decisiones fatídicas", informó Mako. Los escuadrones no alcanzaron su plena capacidad hasta el mediodía.

Mientras la oleada de infiltraciones desde Gaza sembraba el caos sobre el terreno, los desconcertados pilotos israelíes desataban un frenesí de salvas de misiles y ametralladoras: "Los pilotos de Apache testifican que dispararon una enorme cantidad de municiones, vaciaron la 'panza del helicóptero' en minutos, volaron para rearmarse y volvieron al aire, una y otra vez. Pero no sirvió de nada y lo entienden", informó Mako.

Al parecer, los helicópteros Apache se centraron en los vehículos que regresaban a Gaza desde el festival de música electrónica Nova y los kibutz cercanos, atacaron coches con aparente conocimiento de que en su interior podía haber cautivos israelíes. También dispararon contra personas desarmadas que salían de los coches o caminaban a pie por los campos de la periferia de Gaza.

En una entrevista concedida al medio de comunicación israelí Mako, un piloto de Apache reflexionó sobre el tortuoso dilema de disparar o no contra las personas y los coches que regresaban a Gaza. Sabía que muchos de esos vehículos podían contener cautivos israelíes. Pero optó por abrir fuego de todos modos. "Elijo objetivos así", reflexionó el piloto, "en los que me digo a mí mismo que la posibilidad de que dispare aquí también contra rehenes es baja". Sin embargo, admitió que su juicio "no fue del 100%".

"Entiendo que tenemos que disparar aquí y rápidamente", dijo el comandante de la unidad Apache, el teniente coronel E., a Mako en un informe separado. "Disparar a gente en nuestro territorio: esto es algo que nunca pensé que haría".

El teniente coronel A., piloto de reserva en la misma unidad, describió una niebla de confusión: "Me encuentro en un dilema sobre a qué disparar, porque son muchos".

Un informe sobre los escuadrones Apache del medio israelí Yedioth Aharanoth señalaba que "los pilotos se dieron cuenta de que había una tremenda dificultad para distinguir dentro de los puestos avanzados y asentamientos ocupados quién era un terrorista y quién un soldado o un civil. [...] La cadencia de fuego contra los miles de terroristas fue tremenda al principio, y sólo en cierto momento los pilotos empezaron a ralentizar los ataques y a seleccionar cuidadosamente los objetivos."

Un comandante de escuadrón explicó a Mako cómo estuvo a punto de atacar la casa de una familia israelí ocupada por militantes de Hamás, y acabó disparando junto a ella con balas de cañón. "Nuestras fuerzas aún no habían tenido tiempo de llegar a este asentamiento", recordó el piloto, "y ya me había quedado sin misiles allí, que es el armamento más preciso".

Con la familia dentro de un refugio antiaéreo fortificado, el piloto "decidió disparar un cañón a 30 metros de esta casa, una decisión muy difícil. Disparo para que si están allí en ese momento, oigan las bombas dentro de la casa, que entiendan que se sabe que están allí, y con la esperanza de que abandonen esa casa. También te digo la verdad, se me pasó por la cabeza disparar contra la casa".

En última instancia, los pilotos de los helicópteros israelíes culparon a las hábiles tácticas de Hamás de su incapacidad para distinguir entre los militantes armados y los no combatientes israelíes. "Resulta que el ejército de Hamás se lo puso difícil deliberadamente a los pilotos de helicóptero y a los operadores de los UAV", afirmó Yedioth Ahronoth.

Según el periódico israelí, "quedó claro que en las últimas sesiones informativas se pidió a las fuerzas invasoras que entraran despacio en los asentamientos y puestos avanzados o dentro de ellos, y que en ningún caso corrieran, para hacer creer a los pilotos que eran israelíes. Este engaño funcionó durante un tiempo considerable, hasta que los pilotos de los Apache se dieron cuenta de que tenían que saltarse todas las restricciones. No fue hasta alrededor de las 9 de la mañana cuando algunos de ellos empezaron a rociar a los terroristas con los cañones por su cuenta, sin autorización de sus superiores."

Y así, sin ningún tipo de inteligencia ni capacidad para distinguir entre palestinos e israelíes, los pilotos soltaron una furia de cañonazos y misiles sobre las zonas israelíes situadas más abajo.
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© The GrayzoneUna de las muchas casas del kibutz Be'eri que parece haber sido bombardeada con armamento pesado.
El ejército israelí "eliminó a todos, incluidos los rehenes", disparando proyectiles de tanque contra las casas de kibbutz

Las fotografías de las secuelas de los combates en el interior de kibutz como Be'eri -y de los bombardeos israelíes de estas comunidades- muestran escombros y casas carbonizadas que recuerdan a las secuelas de los ataques de tanques y artillería israelíes en el interior de Gaza. Según declaró a Haaretz Tuval Escapa, coordinador de seguridad del kibutz Be'eri, los mandos del ejército israelí habían ordenado "bombardear [las] casas contra sus ocupantes para eliminar a los terroristas junto con los rehenes".

Yasmin Porat, una asistente al festival de música Nova que huyó al kibutz Be'eri, declaró a Radio Israel que cuando llegaron las fuerzas especiales israelíes durante un enfrentamiento con rehenes, "eliminaron a todos, incluidos los rehenes, porque hubo un fuego cruzado muy, muy intenso."

"Después de un fuego cruzado demencial", continuó Porat, "dispararon dos proyectiles de tanque contra la casa. Es una pequeña casa de kibutz, nada grande".
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© The GrayzoneViviendas destruidas en el kibutz Be'eri tras los enfrentamientos del 7 de octubre, que incluyeron el bombardeo de residencias con tanques israelíes.
Un vídeo publicado por la cuenta de Telegram de los South Responders de Israel muestra los cadáveres de israelíes descubiertos bajo los escombros de una casa destruida por una potente explosión, probablemente un proyectil de tanque. El diario derechista New York Post publicó un reportaje sobre un incidente similar, en el que aparecía el cadáver de un niño calcinado bajo las ruinas de su casa en Be'eri.

El fenómeno de los cadáveres carbonizados con las manos y los tobillos atados, encontrados en grupos bajo los escombros de casas destruidas, también plantea dudas sobre el fuego "amigo" de los tanques.

Yasmin Porat, la rehén que sobrevivió a un enfrentamiento en Be'eri, describió cómo los militantes de Hamás ataron las manos de su compañero a la espalda. Después de que un comandante militante se rindiera, utilizándola a ella como escudo humano para garantizar su seguridad, vio a su compañero tendido en el suelo, aún con vida. Afirmó que las fuerzas de seguridad israelíes "sin duda" lo mataron a él y a los demás rehenes al abrir fuego contra los militantes que quedaban dentro, incluso con proyectiles de tanque.

Las fuerzas de seguridad israelíes también abrieron fuego contra israelíes que huían y a los que confundieron con pistoleros de Hamás. Una residente de Ashkelon llamada Danielle Rachiel describió cómo estuvo a punto de morir tras escapar del festival de música Nova cuando fue atacado por militantes de Gaza. "Al llegar a la rotonda [de un kibutz], ¡vimos a las fuerzas de seguridad israelíes!". recordó Rachiel. "Agachamos la cabeza [porque] automáticamente supimos que sospecharían de nosotros, en un pequeño coche destartalado... desde la misma dirección de la que venían los terroristas. ¡Nuestras fuerzas empezaron a dispararnos!".

"Cuando nuestras fuerzas nos dispararon, nuestras ventanas se hicieron añicos", continuó. Sólo cuando gritaron en hebreo: "¡Somos israelíes!", cesaron los disparos y los pusieron a salvo.
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© The GrayzoneDel testimonio en vídeo de Danielle Rachiel del 7 de octubre
Algunos israelíes no tuvieron tanta suerte como Rachiel. Adi Ohana murió por disparos de la policía israelí cerca de su casa tras ser confundido con un guerrillero palestino. "Un hombre inocente fue asesinado de la forma más negligente posible", se quejó su sobrina. Los medios de comunicación israelíes se llenan ahora de noticias sobre militares que matan a tiros a compatriotas israelíes, incluso cuando defendían sus casas de pistoleros palestinos.

¿Las fotos israelíes de la "atrocidad de Hamás", ahora desaparecidas, mostraban combatientes de Hamás muertos?

Uno de los vídeos más espantosos de las secuelas del 7 de octubre, publicado también en la cuenta de Telegram de South Responders, muestra un coche lleno de cadáveres carbonizados (abajo) a la entrada del kibutz Be'eri. El gobierno israelí ha presentado a estas víctimas como víctimas israelíes de la sádica violencia de Hamás. Sin embargo, la carrocería de acero fundido y el techo derrumbado del coche, así como los cadáveres completamente calcinados de su interior, evidencian el impacto directo de un misil Hellfire.

También es posible que los ocupantes varones del coche fueran activistas de Hamás que habían entrado en tropel tras la ruptura de las vallas. También es posible que regresaran a Gaza con cautivos israelíes dentro del coche.
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© South Responders/Telegram
El embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, parece haber promocionado fotos de combatientes de Hamás muertos durante su diatriba del 26 de octubre en las Naciones Unidas. Erdan gesticuló airadamente en el podio, bramando que "estamos luchando contra animales" antes de sacar un papel en el que aparecía un código QR con la leyenda "Escanee para ver las atrocidades de Hamás".

Cuando escaneé el código ese mediodía, encontré unas 8 espeluznantes imágenes de cuerpos quemados y partes del cuerpo ennegrecidas. Una mostraba una pila de cadáveres masculinos completamente carbonizados apilados en un contenedor.¿Se habrían deshecho los rescatadores y médicos israelíes de israelíes judíos muertos de esa manera?

Al parecer, todos los israelíes muertos el 7 de octubre fueron recogidos en bolsas individuales para cadáveres y transportados a los depósitos de cadáveres. Mientras tanto, numerosos vídeos grabados por israelíes mostraban cómo profanaban los cadáveres de pistoleros de Hamás abatidos por las fuerzas de seguridad: los desnudaban, orinaban sobre ellos y mutilaban sus cuerpos. Arrojar sus cuerpos a un contenedor parece formar parte de la política de facto de maltrato de cadáveres.

Poco más de doce horas después de que el embajador Erdan promocionara en la ONU las supuestas fotos de las atrocidades de Hamás, el archivo de Google Drive sólo contenía un breve vídeo. Entre las fotos misteriosamente desaparecidas estaba la imagen del contenedor lleno de cadáveres quemados. ¿Se había borrado porque mostraba a combatientes de Hamás calcinados por un misil Hellfire, y no a israelíes "quemados hasta la muerte" por Hamás?
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El embajador israelí Gilad Erdan en la ONU, 26 de octubre. El código QR que mostró conduce actualmente a un aviso 404.
La destrucción recuerda a los ataques israelíes contra Gaza

Algunos socorristas que llegaron a los lugares de la matanza en el sur de Israel después del 7 de octubre dijeron que nunca habían visto tanta destrucción. Sin embargo, para quienes han sido testigos de los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, las imágenes de casas bombardeadas y coches quemados deberían resultarles familiares.

Mientras informaba sobre los 51 días que duró el asalto israelí a Gaza en 2014, me encontré con un vehículo destruido en el centro de la ciudad de Gaza que pertenecía a un joven taxista llamado Fadel Alawan, que había sido asesinado por un avión no tripulado israelí después de que, sin darse cuenta, dejara a un combatiente de Hamás herido en un hospital cercano. En el interior del coche aún podían verse los restos de la sandalia de Alawan fundidos en el pedal del acelerador.

En la tarde del 7 de octubre, los plácidos asentamientos y las carreteras desérticas del sur de Israel estaban carbonizados y llenos de coches bombardeados muy parecidos al de Alawan. ¿Eran realmente capaces los combatientes de Hamás, ligeramente armados, de llevar a cabo una destrucción de tal magnitud?


¿Está el gobierno israelí distribuyendo fotos de bajas por fuego amigo?

El 23 de octubre, el gobierno de Israel reunió a miembros de la prensa internacional para una sesión de propaganda extraoficial. En el interior de una base militar cerrada, los funcionarios bombardearon a la prensa con películas snuff y una colección de escabrosas alegaciones de "espeluznantes escenas de asesinato, tortura y decapitación de la embestida de Hamás del 7 de octubre", según el Times of Israel.

En el que quizá sea el documento más inquietante presentado por el gobierno israelí, se mostró a los periodistas un vídeo en el que aparecía "el cadáver parcialmente quemado de una mujer, con la cabeza mutilada...". El vestido de la mujer muerta está subido hasta la cintura y le han quitado las bragas", según el Times of Israel.

Daniel Amram, el bloguero de noticias privadas más popular de Israel, tuiteó el vídeo del cadáver quemado de la mujer, afirmando que "fue violada y quemada viva"..


De hecho, la joven parecía haber muerto instantáneamente por una potente explosión. Y parecía haber sido sacada del coche en el que estaba sentada - y que podría haber pertenecido a un captor de Gaza. El vehículo estaba completamente destruido y situado en un campo de tierra, como muchos otros atacados por helicópteros Apache. Iba escasamente vestida y con las piernas abiertas.

Aunque había asistido al festival de música electrónica Nova, en el que muchas asistentes vestían con poca ropa, y sus extremidades dobladas eran las típicas de un cuerpo que ha estado sentado en un coche tras el rigor mortis, los expertos y funcionarios israelíes se lanzaron a afirmar que había sido violada.

Pero las acusaciones de agresión sexual han resultado hasta ahora infundadas. El portavoz del ejército israelí, Mickey Edelstein, insistió ante los periodistas en la rueda de prensa del 23 de octubre en que "tenemos pruebas" de la violación, pero cuando se le pidieron pruebas, dijo al Times of Israel: "no podemos compartirlas".

¿Fue esta joven una víctima más de las órdenes de fuego amigo del ejército israelí? Sólo una investigación independiente puede determinar la verdad.

El ejército israelí mata a israelíes cautivos en Gaza y se queja de su liberación

En Gaza, donde unos 200 ciudadanos israelíes permanecen secuestrados, hay pocas dudas sobre quién mata a los cautivos. El 26 de octubre, el brazo armado de Hamás conocido como Brigadas Al-Qassam anunció que Israel había matado a "casi 50 cautivos" en ataques con misiles.

Si el ejército israelí hubiera atacado intencionadamente zonas en las que sabía que se encontraban los cautivos, sus acciones habrían sido coherentes con la Directiva Aníbal de Israel. El procedimiento militar se estableció en 1986 tras el Acuerdo de Jibril, por el que Israel intercambió 1.150 prisioneros palestinos por tres soldados israelíes. Tras una fuerte reacción política, el ejército israelí redactó una orden de campo secreta para evitar futuros secuestros. La operación propuesta tomó su nombre del general cartaginés que prefirió envenenarse antes que ser cautivo del enemigo.

La última aplicación confirmada de la Directiva Aníbal tuvo lugar el 1 de agosto de 2014 en Rafah, Gaza, cuando combatientes de Hamás capturaron a un oficial israelí, el coronel Hadar Goldin, lo que llevó al ejército a lanzar más de 2.000 bombas, misiles y proyectiles sobre la zona, matando al soldado junto con más de 100 civiles palestinos.

Tanto si Israel está matando intencionadamente a sus ciudadanos cautivos en Gaza como si no, se ha mostrado extrañamente alérgico a su liberación inmediata. El 22 de octubre, tras rechazar una oferta de Hamás de liberar a 50 rehenes a cambio de combustible, Israel rechazó una oferta de Hamás de liberar a Yocheved Lifshitz, activista israelí por la paz de 85 años, y a su amiga de 79 años, Nurit Cooper.

Cuando Israel accedió a su liberación un día después, un vídeo mostró a Liftshitz estrechando la mano de un militante de Hamás y entonándole "Shalom" mientras la escoltaba fuera de Gaza. Ese mismo día, en una rueda de prensa, relató el trato humano que recibió de sus captores.

El espectáculo de la liberación de Lifshitz fue tratado como un desastre propagandístico por los asesores del gobierno israelí, y los funcionarios se quejaron de que permitirle hablar públicamente era un grave "error".

Los militares israelíes no estaban menos disgustados por su repentina libertad. Como informó el Times of Israel, "al ejército le preocupa que nuevas liberaciones de rehenes por parte de Hamás puedan llevar a los dirigentes políticos a retrasar una incursión terrestre o incluso a detenerla a mitad de camino".
Sobre el autor

Redactor jefe de The Grayzone, Max Blumenthal es un periodista galardonado y autor de varios libros, entre ellos los superventas Republican Gomorrah, Goliath, The Fifty One Day War y The Management of Savagery. Ha producido artículos impresos para diversas publicaciones, numerosos reportajes de vídeo y varios documentales, entre ellos Killing Gaza. Blumenthal fundó The Grayzone en 2015 para arrojar luz periodística sobre el estado de guerra perpetua de Estados Unidos y sus peligrosas repercusiones internas.