Unos drones no identificados acosaron a unos destructores de la Marina estadounidense frente a las costas de California, lo que dio lugar a investigaciones de alto nivel. Como resultado, los militares están mejorando las estrategias de defensa contra drones en medio de amenazas continuas.En julio de 2019, una serie de eventos inusuales y preocupantes relacionados con drones no identificados ocurrieron alrededor del USS Kidd y otros destructores de la Marina de los Estados Unidos frente a la costa de California. Según The War Zone, estos incidentes tuvieron lugar durante varias noches e involucraron a múltiples buques, lo que plantea importantes preguntas sobre la naturaleza y el origen de estas misteriosas aeronaves.
El primer avistamiento tuvo lugar la noche del 14 de julio de 2019, cuando los marineros del USS Kidd informaron de la presencia de dos vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) en las inmediaciones del buque. Este encuentro inicial, añade NBC News, escaló rápidamente a una situación más compleja:
- Varios destructores se vieron implicados, entre ellos el USS Kidd, el USS Rafael Peralta, el USS Russell, el USS John Finn y el USS Paul Hamilton.
- Se informó de la presencia de hasta seis aeronaves pululando simultáneamente alrededor de los buques.
- Los drones demostraron capacidades inusuales, volando durante períodos prolongados en condiciones de baja visibilidad y realizando maniobras audaces cerca de los buques de guerra.
- Los encuentros duraron largos periodos, y uno de ellos se prolongó durante más de 90 minutos.
- Al parecer, los UAV igualaban la velocidad de los destructores y mantenían su presencia a pesar de las maniobras de los buques.
En la investigación participaron elementos de la Armada, la Guardia Costera y el FBI. Además, se informó de la situación al Jefe de Operaciones Navales, el oficial de más alto rango de la Armada.
A pesar de la atención de alto nivel y la investigación, la fuente y la naturaleza de estos aviones no tripulados siguen sin identificarse. En abril de 2021, casi dos años después de los incidentes, la Armada aún no había identificado el origen de los drones, aunque las capacidades demostradas por los UAV superan las típicamente asociadas a los drones disponibles en el mercado, especialmente en términos de duración y alcance del vuelo.
Más recientemente, la base aérea de Langley, en Virginia, experimentó una serie de misteriosos incidentes con enjambres de drones que duraron 17 días. Según Global News, los drones eran del tamaño de un coche, alcanzaban velocidades de hasta 160 kilómetros por hora y volaban a altitudes de entre 1.000 y 1.500 metros.
Los incidentes llamaron la atención de oficiales militares y legisladores, se debatieron en audiencias del Congreso e incluso llegaron al Presidente Biden. A pesar de la atención de alto nivel, el Pentágono no ha identificado públicamente el origen o el propósito de estos aviones no tripulados.
Se especula sobre si estos drones podrían estar vinculados a adversarios extranjeros o si podrían formar parte de un programa estadounidense no revelado. Sin embargo, su presencia abierta y persistente sobre una base militar crítica sugiere que podrían no estar destinados a la vigilancia encubierta.
El carácter prolongado de estas actividades con drones y la falta de claridad sobre su origen han suscitado importantes preocupaciones en materia de seguridad, poniendo de relieve los retos que plantea el avance de la tecnología de los drones en el espacio aéreo militar.
También nos llevan a preguntarnos hasta qué punto está preparado el ejército para hacer frente a amenazas nuevas y no convencionales como estas, así como qué tipo de estrategias podría ser necesario desarrollar para defenderse mejor contra los enjambres de drones, especialmente si los adversarios los están utilizando para sondear nuestras defensas.
La estrategia militar de defensa contra los drones
Las fuerzas armadas estadounidenses emplean un enfoque de varios niveles para defender a sus tropas y bases contra las amenazas de los aviones no tripulados. Entre las estrategias en uso se encuentran:
- Detección y seguimiento: Según el Atlantic Council, en todos los servicios militares se utiliza tecnología avanzada de radares y sensores para la detección temprana de amenazas de drones. Los distintos métodos de detección incluyen sensores electro-ópticos, infrarrojos y acústicos, así como detección de señales de radio para las comunicaciones de control de los drones.
- Contramedidas cinéticas: Según la National Defense University Press, se emplean sistemas tradicionales de defensa aérea, aunque pueden tener limitaciones contra los drones más pequeños. El ejército está invirtiendo en el desarrollo de contramedidas cinéticas rentables, como interceptores de drones reutilizables o atrayentes. También se utilizan armas, redes y otros métodos físicos de interceptación.
- Contramedidas no cinéticas: Se utilizan técnicas de guerra electrónica para interferir o interrumpir las señales de control de los drones y la navegación GPS. Se están probando y desarrollando armas de microondas de alta potencia (HPM) para su posible uso contra enjambres de drones. Las armas de energía dirigida, incluidos los láseres, están en fase de desarrollo.
- Enfoque estratégico: El Departamento de Defensa está trabajando en una estrategia ampliada contra los drones, que va más allá de los enfoques defensivos "a la derecha del lanzamiento" para incluir capacidades ofensivas "a la izquierda del lanzamiento". Esta estrategia pretende desbaratar los drones enemigos antes de que puedan alzar el vuelo, incluyendo potencialmente la interrupción de la cadena de suministro y otras medidas preventivas. La Oficina Conjunta de Sistemas Aéreos no Tripulados (JCO) está colaborando con el Mando de Operaciones Especiales de EE.UU. para desarrollar este enfoque global.
Aunque las limitaciones legales, en particular para las instalaciones militares nacionales, plantean desafíos en la aplicación de algunas medidas contra los drones, el ejército de EE.UU. sigue invirtiendo fuertemente en investigación y desarrollo de tecnologías contra los drones, reconociendo la naturaleza evolutiva de esta amenaza y la necesidad de estrategias de defensa adaptables y completas.
Operación Hard Kill
La Operación Hard Kill, escribe Unmanned Airspace, es un importante ejercicio contra sistemas aéreos no tripulados (C-UAS) llevado a cabo por la 10ª División de Montaña del Ejército de EE.UU en colaboración con el Mando de Desarrollo de Capacidades de Combate (DEVCOM). Esta operación, que tuvo lugar el 1 de agosto de 2024 en Fort Drum, Nueva York, muestra el compromiso del Ejército de desarrollar y probar tecnologías avanzadas contra drones.
El objetivo principal de la Operación Hard Kill era demostrar la capacidad de la 10ª División de Montaña y de Fort Drum para coordinar y ejecutar el uso de equipos C-UAS mediante ejercicios con fuego real. Esta operación pone de relieve la preparación y capacidad de respuesta de la división, aprovechando las instalaciones de entrenamiento únicas y de primer nivel disponibles en Fort Drum. Durante el ejercicio, se pusieron a prueba varias tecnologías y sistemas clave, entre ellos:
- Sistema CROWS (Estación Común de Armas Dirigidas a Distancia) B: Este sistema, diseñado para su uso en vehículos blindados y buques, permite a los operadores de armas atacar objetivos sin abandonar la protección de su vehículo.
- Vehículo terrestre no tripulado de cuatro patas: Una plataforma innovadora equipada con un fusil dotado de inteligencia artificial, que muestra la integración de la IA en escenarios de combate.
- Diversos equipos contra UAS: La operación contó con una serie de sistemas diseñados para detectar, rastrear y neutralizar amenazas de drones.
La Operación Hard Kill va más allá de la mera demostración tecnológica. Pone de relieve la importancia del apoyo de mando y control entre los distintos departamentos del Ejército de Tierra de EE.UU., destacando la necesidad de una integración y coordinación sin fisuras a la hora de hacer frente a amenazas complejas como los enjambres de drones.
El ejercicio atrajo la atención de diversas partes interesadas, como soldados, altos mandos y socios industriales. Su participación subraya la importancia de esta operación para configurar el futuro de la guerra contra los drones y las estrategias de defensa. El momento elegido para la Operación Hard Kill es especialmente relevante, dados los recientes incidentes comentados anteriormente.
Mediante la realización de ejercicios como la Operación Hard Kill, el Ejército estadounidense está abordando de forma proactiva estos nuevos retos. La operación no sólo evalúa la eficacia de las tecnologías C-UAS actuales, sino que también proporciona información valiosa para futuros desarrollos en esta área crítica de defensa.
El éxito de la Operación Hard Kill refuerza la reputación de la 10ª División de Montaña de mantener fuerzas preparadas y con capacidad de respuesta. Destaca la capacidad de la división para adaptarse a las amenazas cambiantes y aprovechar las tecnologías innovadoras para mejorar sus capacidades operativas.
A medida que la tecnología de los drones siga avanzando y proliferando, ejercicios como la Operación Hard Kill desempeñarán un papel cada vez más importante para garantizar que el ejército estadounidense siga estando preparado para contrarrestar posibles amenazas. Las lecciones aprendidas y las tecnologías evaluadas durante esta operación contribuirán sin duda al desarrollo continuo de estrategias y sistemas contra drones más eficaces y sofisticados.
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