Traducido por el equipo de SOTT.net

«EL último estaba frío... y asegúrate de que sea descafeinado esta vez, Don. ¿Por dónde iba? Ah, sí... eh, no, yo no diría que estoy al mando, eh, solo estoy echando una mano aquí, un empleado especial del gobierno. Sí, eso es, especial, «Elon Musk tranquilizó a los periodistas anoche cuando le preguntaron si estaba en medio de una adquisición hostil del Gobierno de EE. UU. mientras ordenaba al presidente electo Donald Trump que fuera a Starbucks a comprar café.
Trump and Elon
© Waterford Whispers News
«Ah, um, no, um, eso son solo coincidencias», continuó, negando que su equipo Doge, encargado de «recortar gastos en el gobierno federal», estuviera protegiendo activamente sus propios intereses financieros al desmantelar agencias que investigaban a sus empresas por incumplimiento normativo. «Yo, eh, no he oído nada de eso, ¿dónde está Don con mi café con leche? ¡Susie! Pon a Don al teléfono... a ver si se ha vuelto a perder... es tan difícil encontrar buenos presidentes hoy en día».

El hombre más rico del mundo insistió en que todo lo que hacía su equipo anónimo de empleados era transparente, pero instó a los periodistas a que no preguntaran por pequeños detalles tontos como sus nombres, ideología, especialmente si son abiertamente racistas, y a que confiaran en ellos para desmantelar 400 años de democracia.

«Eh, estas cosas llevan tiempo... La Alemania nazi no se construyó en un día... o, ah, eso es una broma... eh», insistió, antes de preguntar a un ayudante si es legal matar a periodistas si entran sin autorización en la Casa Blanca. «Ah, vale... entonces probablemente deberíamos cambiar esa ley, pero dejar vivir a los de Fox».