Documentar episodios del fenómeno de hace miles de años puede ayudarnos a predecir tormentas solares dañinas en el futuro.

El historiador de Shingu, ciudad situada 80 millas al sur de Kioto, en Wakayama, señaló que también se había visto «vapor rojo» en el cielo del norte 90 años antes, en septiembre de 1770. Los informes de aquel acontecimiento también planteaban la hipótesis de que la extraña luz era el resultado de incendios lejanos, aunque también aparecieron otros efectos inusuales. Un relato señalaba que «aparecieron rayas blancas como varillas dentro de un intenso vapor rojo», que cubría la mitad del cielo. Algunas personas temieron que se acabara el mundo. Dedicaron danzas divinas y rezaron a Buda mientras las misteriosas luces surcaban el cielo, según otro relato.
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