Zbigniew Brzezinski, quien fuera consejero de seguridad nacional del presidente James Carter, sostuvo en 1997 en su libro 'El gran tablero: la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos' ('The Grand Chessboard: American Primacy and Its Geostrategic Imperatives') que una de las condiciones para que Estados Unidos conservara su hegemonía mundial consistía en impedir, a toda costa, el surgimiento de una potencia desafiante en la región de Eurasia. Hoy en día, Washington no solamente ya no tiene el control sobre esta zona, sino que los chinos están encabezando, junto con los rusos, la construcción de un gran circuito económico y financiero entre todos los países de esa región.
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Casi todos los medios de comunicación occidentales ocultaron que, a principios de noviembre, el primer ministro de China, Li Keqiang, realizó una gira por varios países de Asia central. Li aterrizó en Biskek (Kirguistán) para participar en la 15.ª
cumbre de jefes de Gobierno de la Organización de Cooperación de Shanghái (
OCS). La OCS, que cubre 300 millones de kilómetros cuadrados —aproximadamente, el 60 % de toda Eurasia— y es el hogar de una cuarta parte de la población mundial, está compuesta por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán. La India y Pakistán se encuentran en proceso de incorporación que, previsiblemente,
concluirá en la cumbre de Astaná que se realizará en junio de 2017.
Aunque en un principio fue concebida bajo una perspectiva militar y de seguridad, en estos momentos la OCS incluye también la cooperación en los rubros económico y financiero.
Justamente cuando el comercio internacional registra su peor desempeño desde que estalló la crisis financiera de 2008, para los países que conforman la OCS se ha vuelto una imperiosa necesidad estrechar sus vínculos, tanto en términos comerciales como de inversión. Para enfrentar la desaceleración económica mundial, es urgente que los países emergentes fortalezcan las relaciones sur-sur (entre países de la periferia), con vistas a reducir su dependencia de las naciones industrializadas, hoy hundidas en el estancamiento.
Comentario: Y le seguimos recordando que en SOTT no somos partidiarios ni de Clinton ni de Trump; estamos por ver qué hará el presidente electo cuando tome el cargo. Mientras tanto, lo que menciona Paul Craig Roberts es muy cierto; los medios de comunicación como CNN son simplemente marionetas del establishment.
En la siguiente entrevista, el periodista John Pilger hace un buen análisis sobre cómo lo que vemos ahora es anti-periodismo, no periodismo: