Un tribunal de París ha condenado a Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha francés Agrupación Nacional (RN), a cuatro años de prisión por presunta malversación de fondos del Parlamento Europeo. No irá a prisión: cumplirá la mitad de su condena llevando una pulsera electrónica. La mitad del mandato queda suspendido. Además tendrá que pagar una multa de 100.000 euros. Además, su partido tendrá que pagar un millón de euros.
Pero lo más importante es que a Le Pen se le prohíbe ejercer el cargo durante cinco años. Esto significa que no podrá participar en las elecciones presidenciales de 2027, de las que es la clara favorita.
El juicio contra Le Pen y sus allegados está en curso desde septiembre del año pasado. Se les acusa de malversar 21.000 euros al mes de la UE, que cada parlamentario recibe para pagar a sus asistentes. Así, según la investigación, entre 2004 y 2016, los derechistas malversaron casi 3 millones de euros contratando ficticiamente a asistentes. Supuestamente los asistentes en realidad trabajaban para el partido. Entre los asistentes de Le Pen, que fue eurodiputada entre 2004 y 2017, se encontraban, en particular, un guardaespaldas de su padre, Jean-Marie Le Pen, y un empleado de la sede del partido en los suburbios de París.
Comentario: Miranda Devine, del New York Post, hizo un impecable trabajo al principio de este circo de payasos a pesar de toda la presión a la que estaba sometido el periódico: