El gobierno prepara una nueva ley de semillas que beneficia a las multinacionales del agronegocio.© Desconocido
Tras varios años de "concubinato", en una relación que comenzó en 1996 cuando se aprobó la primer soja transgénica, el gobierno prepara una
nueva Ley de semillas hecha a la medida de Monsanto y las multinacionales del agronegocio, que permitirá cobrar regalías a quienes desarrollan semillas modificadas genéticamente.
Año 1996. Argentina, que contaba tan sólo con 1 millón de hectáreas de soja, comenzaba su "noviazgo" con Monsanto y las multinacionales del agronegocio: de la mano de Felipe Solá (a cargo del Ministerio de Agricultura de la Nación) lograban la aprobación de la semilla de soja RR (genéticamente modificada para soportar al glifosato "Roundup").
Año 2012. La relación de Argentina con las multinacionales del agronegocio avanzó muchísimo:
ya hay aprobadas 26 variedades de transgénicos, con más de 23 millones de hectáreas sembradas (sobre un total de 33 millones); y el 100% del algodón, el 99% de la soja y el 92% del maíz que se produce en nuestro país es modificado genéticamente.
Tras varios años de "concubinato", el 21 de agosto pasado, el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, presentó la nueva soja transgénica RR2 junto a los directivos de Monsanto y disparó: "
Hay que respetar la propiedad intelectual"
; y adelantó que el Gobierno estaba trabajando en una nueva ley de semillas que contemple el cobro de regalías para quienes desarrollan las semillas transgénicas.
Un claro anuncio de "casamiento" con la multinacional, que desde hace años le reclama al país por este tema. Movimientos campesinos, pueblos indígenas y organizaciones sociales ya bautizaron al proyecto de Ley de semillas como la "Ley Monsanto".