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El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., John Kerry, condicionó hoy el desembolso de 20 millones de dólares adicionales para programas de subversión en Cuba a una "revisión plena" de esos proyectos, presentados con el eufemismo de "pro democracia".
Kerry reconoció que este tipo de programas ha costado 150 millones de dólares al contribuyente norteamericano y solicitó que la Oficina de Supervisión del Congreso (GAO, en inglés), que ha investigado fraude y abuso de esos programas en el pasado, realice otra investigación "sobre la base legal y la eficacia de estas operaciones".
"No hay prueba de que los programas de promoción de la democracia, que hasta la fecha le han costado a los contribuyentes estadounidenses más de 150 millones de dólares, estén ayudando al pueblo cubano", dijo Kerry en un comunicado.
Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos ha destinado otros 20 millones para este año, destinado a supuestos disidentes, blogueros y tuiteros, que los reciben a través de intermediarios contratados por el gobierno o agenciados por grupos desde Miami.